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Llamadas Oportunas

La Única Paz de Mente

Vol. 2                                                                           N0. 11, 12

 

LA MANERA EN QUE EL REINO VENDRÁ

 

EL APOCALIPSIS ¿QUÉ ES?

 


 

 

 

MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

Centrando Nuestras Mentes en el Reino de Cristo

 

Continuaremos nuestra lectura de Palabras de Vida del Gran Maestro, página 26, comenzando en el primer párrafo.

 

“Como los pájaros están listos para sacar la semilla de junto al camino, Satanás está listo para quitar del alma las semillas de verdad divina. El teme que la Palabra de Dios despierte al descuidado y produzca efecto en el corazón endurecido. Satanás y sus ángeles se encuentran en las reuniones donde se predica el Evangelio. Mientras los ángeles del cielo tratan de impresionar los corazones con la Palabra de Dios, el enemigo está alerta para hacer que no surta efecto. Con un fervor solamente igualable a su malicia, trata de desbaratar la obra del Espíritu de Dios. Mientras Cristo está atrayendo al alma por su amor, Satanás trata de desviar la atención del que es inducido a buscar al Salvador. Ocupa la mente con planes mundanos. Excita la crítica, o insinúa la duda y la incredulidad. La forma en que el orador escoge su lenguaje o sus maneras pueden no agradar a los oyentes, y se espacian en estos defectos. Así la verdad que ellos necesitan y que Dios les ha enviado misericordiosamente, no produce ninguna impresión duradera”.

 

¿Por qué necesitamos orar esta tarde? – Para que los ángeles puedan estar a nuestro derredor y así el enemigo no tendrá oportunidad de quitar las semillas de la Verdad Divina; para que mantengamos nuestras mentes completamente centradas en Cristo y su Reino, y no habrá avenida para que el enemigo gane entrada y así nos induzca al pecado.

 

Copyright, 1954

Todos los derechos reservados

V.T. HOUTEFF

Vol. 2, N° 11                                                                                                                                                                                              2


 

LA MANERA EN QUE EL REINO VENDRÁ

 

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS D. ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

EL SÁBADO, 11 DE OCTUBRE DE 1947

CAPILLA DEL MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

 

Los Judíos habían construido una concepción errónea de lo que sería el Reino, y cómo y cuándo éste vendría y cuando el Señor expuso su concepto erróneo, ellos se indignaron. Ellos estaban muy enojados, no porque el Reino que el Salvador reveló no era más generoso y práctico que lo que ellos habían concebido jamás, sino ¡porque sus errores fueron expuestos! Así el pueblo favorecido del cielo, los Judíos, apilaron error sobre error, y trajeron sobre sí mismos vergüenza y desastre.

 

Será la idea de los Cristianos respecto al Reino también algo erróneo, y fracasaremos en beneficiarnos de los errores de los Judíos, entonces nuestra caída sería aún más grande que la de los Judíos. Por lo tanto pongamos entonces a un lado cualquier idea preconcebida que podamos tener, y aceptemos la Verdad revelada por el Señor la cual nos trae hoy su idea fresca del Reino.

 

Mateo 13:24-26 – “Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña”.

 

Las molestas cizañas que crecen más altas y

 

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mas robustas que el trigo, Satanás las inspira y por su medio fabrican teorías erróneas concerniente al plan de Dios. Las cizañas de acuerdo a la parábola, tan parecidas al trigo que no pueden ser descubiertas excepto hasta después que dan su fruto; es decir, ellas pueden ser diferenciadas solamente por el resultado final traído por sus obras.

 

¿Y cuáles pueden ser esos resultados? ¿Qué más que ideas que no son inspiradas del Cielo podría esperar en la iglesia sino amor propio, egoísmo, fanatismo, mundanalidad, prejuicio, odio contra la reprensión y luz en sus obras malvadas? ¿Acaso no es su propósito exaltarse a sí mismos en lugar de exaltar a Cristo y su Verdad?

 

“También debes saber esto; que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de los bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios; que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; y a éstos evita. Porque éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias. Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad”. 2ª. Timoteo 3: 1-7.

 

Mateo 13:27-30 – “Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis

 

 

 

 

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también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”.

 

Aquí vemos que la idea aún de los siervos de Dios más fieles en el establecimiento del Reino y el arrancar las cizañas, no son semejantes a los planes de Dios. Esta obra de purificación pertenece únicamente a los ángeles del cielo, y esto lo harán ellos en el tiempo de la siega después que se les halla ordenado hacerlo, no antes.

 

En esta parábola también se nos dice que la cosecha espiritual es un “tiempo”, no una obra momentánea, y que ésta trae el fin del mundo tan naturalmente como la cosecha anual trae el fin del verano.

 

Así, vemos, que la separación del trigo y la cizaña toma lugar en los últimos días y en dos lugares diferentes: primero en la casa de Dios (1ª Pedro 4:14; Mateo 13:47, 48), y después en Babilonia (Apocalipsis 18:2-4).

 

En la primera las cizañas son quitadas de entre el pueblo de Dios, pero en la ultima el pueblo de Dios es quitado de entre las cizañas – de las habitaciones de demonios, de guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave sucia y aborrecible.

 

Hay dos frutos también; los que son de las doce tribus de los hijos de Israel

(Apocalipsis 7:2-8), la Iglesia, y los segundos de “todas las naciones” (Apocalipsis 7:9).

 

Mateo 13:31, 32 – “Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante

 

 

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al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas”.

 

Siendo que la semilla de mostaza es la más pequeña de todas las semillas esta parábola muestra que lo que ha de comenzar el Reino será muy insignificante, contrario a toda expectativa humana. No obstante, como la planta de mostaza llega a ser la más grande de todas las hierbas, así el Reino crecerá y llegará a ser el más grande de todos los reinos. Siendo contrario a todo plan humano, es natural que los que son como Nicodemo, y continúan avergonzándose de ser identificados con algo que es impopular, odiado e insignificante, serán como resultado dejados fuera del Reino.

 

Mateo 13:33 – “Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado”.

 

Aquí se nos muestra otra vez que el Reino ha de comenzar con algo pequeño, pero esa cosa pequeña será como levadura en una barra de pan. ¿Que podrá ser la levadura sino un mensaje impopular llevado por algo insignificante y puesto en la iglesia, la harina?. Bien, la levadura está ahora en la harina. Solo mírela leudar completamente en la masa.

 

Mateo 13:44 – “Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”.

 

 

 

 

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Los que obtengan entrada al Reino son representados aquí como buscadores de grandes tesoros, y cuando encuentran su localización, el campo, están ansiosos de comprarlo. Están seguros de su valor, y no consideran como riesgo vender todo lo que poseen, sea mucho o poco, para obtener el Reino. Lo que venden, por supuesto, no es solamente tierras ó casas, sino cualquier cosa de la cual, si no se deshacen los dejará fuera del Reino. Están seguros que están haciendo una buena inversión, que obtendrán mucho más de lo que están invirtiendo. Por otro lado, los que son fatuos, que no saben el valor de éste, sienten que no se arriesgan a hacer la inversión, y consecuentemente ser los perdedores.

 

Mateo 13:45, 46 – “También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró”.

 

Los que han de heredar el reino otra vez son aquí representados como buscadores de una joya muy valiosa, la Verdad del Reino. Y cuando la encuentran, no consideran como un juego de azar vender todo lo que tienen para comprarlo. Saben que están obteniendo una ganga, que tal inversión en realidad los hará ricos.

 

Ambos el hombre que compró el campo que tenía el gran tesoro, y el hombre que compró la perla de gran precio vendieron todo lo que tenían para cerrar el respectivo negocio. Pero aunque les costó todo lo que tenían, ambos tenían suficiente para comprar lo que querían. Así es que no importa quienes seamos, cuán ricos o cuán pobres seamos, si nos proponemos vender todo y comprar el Reino, tendremos suficiente para

 

 

 

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comprarlo.

 

Mateo 13:47, 48 – “Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera”.

 

La red debe representar la Verdad. El mensaje del Reino. Al ser echado al mar, publicado y enviado, está sujeto a pescar bueno y malo. Pero cuando la red es sacada a la orilla, los malos son echados fuera de entre los buenos, y los buenos son puestos en vasos, en el Reino. De aquí que, meramente porque uno es atraído por la poderosa Verdad, no significa que es salvo. Su oportunidad de estar para siempre con la verdad depende en llenar las expectativas que el Señor requiere.

 

Mateo 13:52 – “El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas”.

 

Aquí el Maestro claramente muestra que los mensajeros del Reino sacan de la Palabra ambas cosas, viejas y nuevas; cosas que son conocidas y cosas que son desconocidas para ellos. Así ha sido siempre en el desarrollo del rollo y así debe ser ahora.

 

Lucas 14:16, 17 – “Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado”.

 

En esta parábola es conocido que en las

 

 

 

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últimas hora del tiempo de gracia (al tiempo de la cena, al fin del día), el Cielo ha de enviar un mensaje a los que son convidados, a los que ya conocen el Evangelio de Cristo, a los miembros de la iglesia. El siervo ha de informarles que ya está todo listo, que ellos deben venir a la gran cena por tanto tiempo esperada, – una cena en la cual han de comer en la Mansión del Maestro (el Reino), no en la suya propia.

 

Lucas 14:18-20 – “Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir”.

 

Los mencionados aquí no se excusaron de aceptar el Evangelio de Cristo, sino que se excusaron de ir a la mansión del Maestro, de tomar sus sillas a su mesa. Si, de acuerdo a la parábola, los que tenían dinero para comprar tierras, bueyes, y casas, también casarse al tiempo que vino la última llamada para la cena, todos se excusaron a sí mismos con un consentimiento. Pero los pobres y afligidos, los que estaban en las calles y en las veredas, por así decirlo, que no tenían mucho, y estaban en necesidad de todo, estuvieron contentos de ir a la cena.

 

Esto es muy natural; los que están satisfechos con lo que el mundo les da, no les interesa salirse de él. Aquí vemos porqué es más fácil pasar a un camello que una persona rica por el ojo de una aguja (Mateo 19:24). Aquellos a quienes solamente se les dificulta tener riquezas,

 

 

 

 

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los que están profundamente engrosados con los bienes de este mundo, no pueden tomar tiempo para comer de la cena del Maestro. Aquí encaja el viejo dicho, “Casi salvo, pero enteramente perdido”. Aquí se ve vívidamente que aceptar una verdad pero rechazar la siguiente, no le beneficia a uno nada. La última llamada al individuo es la que mas cuenta.

 

Al tiempo cuando nuevas verdades han sido introducidas millones se han perdido sólo porque estaban tan satisfechos con lo que tenían. No vieron la necesidad de algo mejor, o eran muy orgullosos para aceptar la verdad impopular de un mensajero asignado por Dios. Así es que cuando Dios envía un mensaje, en vez de ser para ellos un paso hacia arriba, hacia la salvación, ha sido y todavía es para muchos un paso hacia abajo, hacia la condenación. Con este fin el profeta fue instruido: “…Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, más no comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad”. Isaías 6:9, 10.

 

Lucas 14:22, 23 – “Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa”.

 

El hecho que en la ciudad estaban los que ya habían sido “convidados” cuando vino a ellos la última llamada, prueba que la ciudad representa la Iglesia. El siervo fue enviado primero a ellos. Por lo tanto, los caminos y los vallados, donde los siervos fueron enseguida, representa el mundo, lejos y aparte, separado de la Iglesia. Pero la parte más

 

 

 

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importante y muy triste para recordar en esta parábola es lo que dice el versículo que sigue:

 

Lucas 14:24 – “Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena”.

 

Esto fue lo que pasó; tan pronto como ellos se excusaron a sí mismos, la gracia se cerró para ellos. No tenían otra oportunidad de gustar su cena. La gracia, no obstante, permanece abierta para quienes no habían sido aún convidados. Los que estaban en los caminos y en los vallados podían aún ser salvos.

 

La iglesia parece muy bien versada en cuanto al tiempo cuando termine la gracia para el mundo, pero no informada del todo que la gracia para sus miembros termina en el mismo momento que rechazan el mensaje enviado del cielo. Aquí se muestra porqué las cinco vírgenes fatuas encontraron la puerta cerrada aunque más tarde hayan obtenido el aceite y llegado a la puerta; su gracia había terminado cuando en la primera oportunidad fracasaron en llenar sus vasos con aceite extra, un mensaje extra.

 

Mateo 25:1-8 – “Entonces [mientras el siervo malo está siendo apartado Mateo 24:51] el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes:

 

 

 

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Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan”.

 

Aquí hay verdad que no debería ser pasada livianamente por ninguno; el aceite sólo puede representar la Verdad profética revelada, Verdad que alumbra el camino adelante. El aceite en un vaso, antes de ser puesto en la lámpara, de ningún modo alumbra el camino de alguien. De aquí que el aceite en los vasos de las cinco vírgenes debe representar un suplemento extra, Verdad extra, que vino a ellas durante el período en que cabecearon y durmieron. Porque cuando fue hecha la llamada, “Aquí viene el esposo”, todas las diez vírgenes encontraron el aceite en sus lámparas consumido. Los vasos de las prudentes, estaban llenos y así podían volver a llenar sus lámparas. En contraste, las fatuas encontraron que no sólo sus lámparas se habían apagado, pero sus vasos estaban vacíos, también. Entonces fueron a obtener aceite, pero no les aprovechó, porque la puerta se había cerrado para ellas. Habían estado satisfechas con lo que tenían en sus lámparas, presumiendo que no había necesidad de más verdad. Aunque contrario a lo que habían asumido durante el período en que cabecearon y durmieron de repente vieron que sus lámparas se apagaron. Encontrándose a sí mismas en tinieblas espirituales y confusión entonces estaban ansiosas de obtener aceite.

 

Aquí vemos que el mensaje que tiene la iglesia durante el período de cabecear y dormir no es suficiente para llevar sus miembros hasta el fin. Necesitan un mensaje extra.

 

Ahora ¿cuál es la diferencia entre el aceite en las lámparas y el aceite en los vasos? – sólo esto: El aceite que está en la lámpara, que ya alumbra el camino del viajero hacia la mansión del Maestro, debe representar Verdad en progreso. Pero el aceite en el vaso, debe representar Verdad que ha de alumbrar el camino después que la antigua Verdad ha completado su obra. Por ejemplo,

 

 

 

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después que la cosecha (el Juicio Investigador) de los muertos ha pasado, otras verdades aún más importantes deben ser introducidas para la cosecha de los vivos. Digo más importantes verdades porque son concernientes a los vivos mismos, concernientes a quienes sus propios casos serán pesados en la balanza, los que personalmente serán juzgados como “trigo” o como “cizaña”, como buen “pescado” o como “pescado” malo.

 

Además, después que el juicio de los muertos que la iglesia ha estado predicando por un número de años, haya pasado, si la Iglesia no recibe entonces un nuevo mensaje, el mensaje del juicio de los vivos, ella no tendrá mensaje, ni aceite, para el tiempo del juicio de los vivos.

 

Como el aceite estaba disponible para todas las diez vírgenes, la parábola hace claro que el mensaje del juicio de los vivos es traído a la Iglesia, pero que sólo la mitad de las vírgenes se proveen de él. Cuando el juicio de los vivos comienza y se dé el fuerte pregón, “Aquí viene el esposo: salid a recibirle”, todas se levantarán, pero solo la mitad obtendrá entrada. La otra mitad habrá pecado contra el Espíritu Santo, habrá rechazado su Verdad. Consecuentemente cuando ellas tocan a la puerta, la respuesta del Novio será, “No os conozco”. ¡Que estupidez y que chasco será!

 

Hermano, Hermana, vemos que esto, no es teoría de hombres. Es la clara verdad de Dios. Que triste caso, entonces, para los que no sólo están descuidando su vaso, sino están aún impidiendo que otros obtengan el aceite extra, mientras es repartido a todos. Verdaderamente, allí será el lloro y crujir de dientes a menos que todos los

 

 

 

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Laodicenses tibios ahora en la primera oportunidad cambien su mente acerca de ser rico y enriquecido y no tengo necesidad de ninguna cosa.

 

Mateo 25:14-30 – “Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo:

 

 

 

 

 

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Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

 

Los talentos en esta parábola representan las ventajas del Señor, sus mensajes oportunos para el pueblo. Cada uno de sus siervos es representado aquí como habiéndosele dado cierta cantidad de responsabilidad, pero no más allá de su “facultad”.

 

De esta parábola vemos que cualquier servicio que no mida hasta el 100% de capacidad, que no doble sus talentos, no es aceptable para Dios. El servicio mezquino no es servicio, sino sólo una gran pérdida.

 

Mateo 25:31-40 – “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui

 

 

 

 

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forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.

 

Aquí se muestra que las personas egocéntricas nunca entrarán al Reino de Dios. Sólo los que se están esforzando por hacer algo por otros, y especialmente por los que son domésticos de la fe, entrarán en el gozo de su Señor.

 

Más ciertamente esta venida del Señor mencionada en estos versículos no es en la que los santos lo encontraran en el aire, sino ciertamente es la que los encuentra en juicio en la tierra, “el juicio de los vivos”. el se sienta en el trono de su gloria, en el trono de su Iglesia, su Reino, y de allí él juzga y separa al mundo entero. El pone algunos a su derecha y algunos a su izquierda.

 

Veamos ahora la separación en la iglesia de acuerdo al Apocalipsis.

 

Apocalipsis 3:14-16 – “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto

 

 

 

 

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eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.

 

El “ángel” que está a cargo de la iglesia, no puede representar ninguna clase sino el ministerio de la iglesia, sus siervos. Los que están satisfechos (tibios), que no sienten necesidad de nada, no tienen necesidad de un mensaje adicional para el juicio de las vivos, – a los tales él vomita al menos que se arrepientan. Esta obra, vemos, representa la purificación de su templo.

 

Veamos en Malaquías –

 

Malaquías 3:1 – “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos”.

 

Este versículo introduce dos personas, el Señor y su mensajero. En el lenguaje de hoy este versículo se leería como sigue:

 

“He aquí, yo envió mi mensajero, el mensajero del pacto, y el preparará el camino delante de mí; y el Señor a quien vosotros buscáis súbitamente vendrá a su templo. He aquí, él vendrá, dice el Señor de los ejércitos”.

 

Malaquías 3:2-4 – “¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.

 

 

 

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Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos”.

 

Claramente estos versículos predicen que el Señor ha de enviar a Elías el profeta antes del día grande y terrible del Señor, antes de que comience el juicio de los miembros vivos de su iglesia, antes de la separación de la “cizaña” de entre el “trigo”, el “pescado” malo del bueno. Entonces él purifica los hijos de Leví – el ministerio. Dios nos asegura que antes que esta obra comience, él enviará su mensajero, el mensajero de la promesa, el profeta Elías.

 

Apocalipsis 18:1-4 – “Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”.

 

Estos versículos ilustran la separación que toma lugar en el así llamado mundo Cristiano. Pero note que el ángel proclama la caída de Babilonia en el tiempo del fuerte pregón del ángel, en el tiempo cuando la tierra es alumbrada con la gloria del ángel. Entonces es que el pueblo de Dios es realmente llamado a salir de Babilonia.

 

 

 

 

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Además, para que Dios llame a su pueblo a salir de Babilonia por causa de sus pecados, significa que el debe traerlos a un lugar donde no hay pecado, – a su iglesia purificada, su Reino, el lugar que está libre de pecado, y que no está en peligro de las plagas. Claramente, entonces, la purificación de la iglesia toma lugar primero, y después el resto de su pueblo es llamado a salir de Babilonia.

 

Recuerde ahora, esta es la manera en la que el Reino vendrá.

 

“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” Hebreos 2:1-3.

 

 

 

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MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA

No Seamos Oidores Pedregosos

 

Está tarde comenzaremos a leer en la página 27 de Palabras de Vida del Gran Maestro:

 

“Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y luego la recibe con gozo. Mas no tiene raíz en sí, antes es temporal que venida la aflicción o la persecución por la palabra, luego se ofende.

 

“La semilla sembrada en lugares pedregosos encuentra poca profundidad de tierra. La planta brota rápidamente, pero la raíz no puede penetrar en la roca para encontrar el alimento que sostenga su crecimiento, y pronto muere. Muchos que profesan ser religiosos son oidores pedregosos. Así como la roca yace bajo la capa de tierra, el egoísmo del corazón natural yace debajo del terreno de sus buenos deseos y aspiraciones. No subyugan el amor propio. No han visto la excesiva pecaminosidad del pecado, y su corazón no se ha humillado por el sentimiento de su culpa. Esta clase puede ser fácilmente convencida, y parecen ser conversos inteligentes, pero tienen sólo una religión superficial”.

 

Hay una clase de gente que es muy susceptible a la Verdad Presente, pero que, tan pronto como se levanta la persecución, reproche, inconveniencia y pruebas, inmediatamente retractan su posición. La Verdad no tiene raíz en los tales, y pronto se marchita de sus mentes y corazones. Ahora arrodillémonos y oremos por profundidad de tierra en nuestros corazones, que nosotros retengamos nuestra fe, nuestras convicciones, bajo cualquier circunstancias.

 

 

 

 

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EL APOCALIPSIS ¿QUÉ ES?

 

TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF

MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA

EL SÁBADO, 18 DE OCTUBRE DE 1947

CAPILLA DEL MONTE CARMELO

WACO, TEXAS

 

Para recibir El Apocalipsis, el último libro de la Biblia, Juan fue tomado dos veces en el Espíritu. Para ver esto leeremos Apocalipsis 1:10 y 4:2.

 

Apocalipsis 1:10 – “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta”.

 

Esta es la primera vez que Juan está en el Espíritu, y mientras recibió Apocalipsis capítulos 1, 2 y 3.

 

Apocalipsis 4:2 – “Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado”.

 

Esta es la segunda vez que Juan está en el Espíritu, el tiempo en que recibió los capítulos del  4 al 22.

 

Los primeros nueve versículos del capítulo 1 contienen la introducción de Juan al libro, y es un breve resumen de lo que el vio. Los versículos restantes del capítulo 1 contienen la introducción del Señor al Apocalipsis, después de la cual en los capítulos 2 y 3 es dado un mensaje especial para ser entregado a las siete iglesias. Esto es todo lo que Juan vio mientras estaba en el Espíritu la primera vez.

 

Ahora viniendo a los capítulos 4 y 5, leemos lo que Juan vio la segunda vez que estaba en el Espíritu.

 

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Apocalipsis 4 – “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios. Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás.

 

“El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y

 

 

 

 

 

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por tu voluntad existen y fueron creadas”.

 

Apocalipsis 5 – “Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.

 

“Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

 

“Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes,

 

 

 

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y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos”.

 

Vemos que los capítulos 4 y 5 contienen una escena de un evento especial el cual causa que el libro sea desatado. Lo que salió del Libro es, en el más completo sentido, la Revelación de Jesucristo, del único quien era digno de abrir el Libro.

 

Así es que “La Revelación de Jesucristo” comienza con el capítulo seis y termina con el último capítulo del Libro, los capítulos en los cuales están registradas las cosas que revela el desatar los siete sellos. Si, la Revelación consiste de las cosas que fueron selladas con los siete sellos.

 

Es claro ahora que es “La Revelación de Jesucristo que Dios le dio”; esto es, a Jesús Dios le dio el Libro. Jesús lo tomó, desató los sellos con los cuales estaba sellado y reveló las cosas que nadie podía revelar sino sólo él. Los Siete Sellos, por lo tanto, cubren toda “La Revelación de Jesucristo que Dios le dio”, y consiste de las cosas que salieron del Libro. La Revelación, además,

 

 

 

 

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es en siete partes, porque cada uno de los sellos descubre una cierta parte de la Revelación: El primer sello descubre las cosas registradas en el capítulo seis, versículo dos; el segundo sello revela las cosas del versículo cuatro; el tercer sello revela las cosas de los versículos cinco y seis; el cuarto sello revela las cosas de los versículos 7 y 8; el quinto sello revela las cosas de los versículos nueve a once; el sexto sello revela las cosas del versículo doce hasta el capítulo ocho; el séptimo sello revela las cosas de los capítulos ocho inclusive hasta el veintidós. Se ve que todos estos capítulos son una continuación del capítulo seis por el hecho de que cada capítulo comienza con la conjunción “Y”.

 

El Apocalipsis, entonces, es dividida en siete partes. Y cuando hablamos de los Siete Sellos, realmente estamos hablando de Apocalipsis.

 

El último de los sellos, el séptimo, está subdividido en otras siete divisiones, las Siete Trompetas, las cuales comienzan en el capítulo ocho, y aparentemente terminan en el capítulo once.

 

Lo siguiente que debemos notar es el evento que causó que el Libro fuera abierto. Para una fácil comprensión, he reproducido un dibujo del evento. Y puedo mencionar que he sido muy cuidadoso para dibujarlo exactamente como Juan lo describe.

 

 

 

 

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Por falta de espacio, las miríadas de ángeles alrededor del trono no están en el dibujo. Aquí esta el dibujo:

 

 

 

 

 

 

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¿Cuál fue el evento que causó que los sellos del libro fueran desatados? – Para encontrar la respuesta a esta pregunta, primero consideraremos los miembros en esta asamblea. Allí vemos uno sentado en el trono, luego el Cordero, enseguida los ancianos, y las miríadas de ángeles alrededor del trono, también los “seres vivientes”, que por sí mismos testifican que son una representación simbólica de los redimidos, porque dicen, “y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación”. Apocalipsis 5:9.

 

¿Qué más puede tal asamblea como esta representar sino un Juicio?. Allí vemos el Juez de Justicia, nuestro gran Abogado, sentado en el trono, luego el Cordero, y el jurado de veinticuatro, también los testigos angelicales, y cuatro seres vivientes representando a los redimidos. Además, El Apocalipsis mismo más enfáticamente declara que el evento profetizado es el Juicio en sesión, porque dice: “Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. Apocalipsis 14:7.

 

El profeta Daniel, también, cuyo libro es complemento del Apocalipsis, le fue dado un vislumbre del Juicio. El vio al Anciano de Días sentado sobre el trono, también los tronos sobre los cuales evidentemente se sientan los veinticuatro ancianos. El también vio las miríadas de ángeles, y “uno como Hijo de hombre”, el Cordero, traído cerca ante el Anciano de Días.

 

En yuxtaposición la profecía de Daniel con La Revelación de Juan están como sigue:

 

 

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La Visión de Daniel                   (Daniel 7)

 

La Visión de Juan                                 (El Apocalipsis)

1.        “Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos”. Daniel 7:9.

 

1.        “Y vi tronos”. Apocalipsis 20:4.

2.        “Y se sentó un Anciano de días”. Daniel 7:9

 

2.        “Y en el trono, uno sentado”. Apocalipsis 4:2

3.        “Un río de fuego procedía y salía de delante de él”. Daniel 7:10

 

3.        “Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego”. Apocalipsis 15:2

4.        “Venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él”. Daniel 7:13.

 

4.        “En medio del trono y de los cuatro seres vivientes … estaba en pie un Cordero”. Apocalipsis 5:6.

5.        “Los libros fueron abiertos”. Daniel 7:10.

 

5.        “Y los libros fueron abiertos”. Apocalipsis 20:12.

6.        “Millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él”. Daniel 7:10.

 

6.        “Oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono … y su número era millones de millones”. Apocalipsis 5:11.

7.        “El Juez se sentó, y los libros fueron abiertos”. Daniel 7:10

 

7.        “La hora de su juicio ha llegado” Apocalipsis 14:7. “Y vi a los muertos,

 

 

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grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Apocalipsis 20:12

 

La única diferencia, vemos, es que a Daniel se le mostró el Juicio cuando estaba siendo establecido, mientras que Juan lo vio en plena sesión.

 

El Apocalipsis, además, en los siguientes versículos una y otra vez trata de hacernos ver que el evento allí descrito es el Juicio en sesión:

 

“Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado”. Apocalipsis 14:7.

 

“Y vi tronos”, declara Juan, “ellos los que recibieron facultad de juzgar”. Apocalipsis 20:4.

 

Juan verdaderamente lo escribió como una profecía, pero cuando realmente tome lugar entonces el agente de Dios en la tierra, el Espíritu de Profecía en la Iglesia ha de proclamar que el evento realmente ha tomado lugar.

 

Puesto que los registros de ambos, los muertos y los vivos deben ser revisados por el Tribunal Judicial, el Mensaje del Primer Ángel (Apocalipsis 14:6) debe ser proclamado en ambos períodos, en el período del

 

 

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juicio de los muertos, y por el fuerte clamor en el período del juicio de los vivos. La aplicación directa del Mensaje del Primer Ángel, por lo tanto, también la llamada para salir de Babilonia, son hechas realmente en el tiempo cuando la tierra es alumbrada con la gloria del ángel. (Véase Apocalipsis 18:1-4). El Apocalipsis, sin embargo, será más completamente entendida durante el juicio de los vivos.

 

La luz que ahora resplandece en nuestro camino es una inequívoca evidencia de que nos estamos acercando al tiempo del juicio de los vivos, el tiempo cuando “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda”. Mateo 25:31-33.

 

Ahora puesto que El Apocalipsis descubre el proceso Judicial de toda la raza humana, y puesto que comenzó con el Libro sellado con siete sellos, y también puesto que El Apocalipsis, como se mostró antes, consiste de las cosas que estaban en el Libro sellado, entonces es lógico que El Apocalipsis contiene un breve bosquejo de la historia humana desde el comienzo hasta el fin del mundo.

 

El contenido de los siete sellos por lo tanto comprende toda la humanidad; y debe comenzar con Adán, el primer hombre sobre la tierra. Este hecho es particularmente notable de nuevo del hecho que las cosas que revelan los primeros cinco sellos están cubiertas en uno, dos, o tres versículos respectivamente mientras que los últimos dos sellos (los cuales contienen las cosas que pertenecen al Juicio de los vivos, al pueblo que debe saber que sus casos están en juicio) son bastante largos; el registro de las cosas que revela el sexto sello

 

 

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abarca 22 largos versículos, y el séptimo sello abarca 15 largos capítulos.

 

Mi amigo, vemos, que lo que tenemos en este estudio no es una teoría, ni una idea forzada y fantástica de alguien, sino la completa Verdad de Dios. Esto es Biblia verdaderamente, y ¡que lección, también!

 

¿Cómo, entonces, podemos usted y yo permitir que nuestra salvación se escape de nuestras manos? ¿Cómo podemos permitirnos ser descuidados e indiferentes a estas solemnes palabras en toda la historia de la humanidad? ¿No nos prepararemos para encontrarnos con nuestro Dios en paz? ¿No llenaremos nuestros vasos como las vírgenes prudentes con este aceite que alumbra para que podamos llenar de nuevo nuestras lámparas? ¿O cómo las fatuas descuidaremos nuestra oportunidad, y así se nos impida llegar a la “puerta” antes que esta se cierre contra nosotros? Que terrible aún el pensamiento de oír al Maestro decir de adentro, “Apartaos de Mi, nunca os conocí”.

 

Es porque hemos venido a un tiempo tan solemne como este, que estos estudios a través de gran costo y gran sacrificio, son esparcidos como las hojas del otoño por toda Laodicea.

 

¿Por qué privarse a uno mismo de la vida eterna, coronada con gozo y felicidad? No permita Dios que alguno de nosotros sea encontrado tal como la parábola presenta que están las cinco vírgenes fatuas.

 

 

 

 

 

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