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Llamadas Oportunas
La Única Paz de Mente
UNA VARA QUE HABLA LLAMANDO A REFORMA Y CREA UNA GRAN CONTROVERSIA
EN LOS UMBRALES DE UN NUEVO MUNDO A
LA VISTA DEL ANTIGUO
MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA
Voy a leer del libro El Discurso Maestro de Jesucristo, página 109, el último párrafo.
D.M.J., pp. 109-110 - “Mientras no nos sintamos en condiciones de sacrificar nuestro orgullo, y aún de dar la vida para salvar a un hermano desviado, no habremos echado la viga de nuestro propio ojo ni estaremos preparados para ayudar a nuestro hermano. Pero cuando lo hayamos hecho, podremos acercarnos a él y conmover su corazón. La censura y el oprobio no rescataron jamás a nadie de una posición errónea; pero ahuyentaron de Cristo a muchos y los indujeron a cerrar sus corazones para no dejarse convencer. Un espíritu bondadoso y un trato benigno y persuasivo pueden salvar a los perdidos y cubrir multitud de pecados. La revelación de Cristo en nuestro propio carácter tendrá un poder transformador sobre aquellos con quienes nos relacionemos. Permitamos que Cristo se manifieste diariamente en nosotros, y él revelará por medio de nosotros la energía creadora de su palabra, una influencia amable, persuasiva y a la vez poderosa para restaurar en otras almas la perfección del Señor nuestro Dios”.
De acuerdo al punto de vista de la Inspiración, ninguno de nosotros está calificado para encontrar faltas en otros. ¿Nos damos cuenta de lo que leímos? Que solamente cuando voluntariamente abandonamos nuestras vidas por un hermano que está descarriado, seremos dignos y capaces de ayudar a otros a corregir sus faltas.
En la luz de esto ¿qué necesitamos Hermano, Hermana? Oremos por una experiencia de que Cristo sea manifestado en nosotros; orar por una experiencia que nos preparará para ayudar a otros en lugar de oponernos a ellos; orar porque tengamos una influencia amable, persuasiva y a la vez poderosa Verdad sobre ellos. Entonces seremos capaces de que sabiamente nos acerquemos al hermano errado, tocar su corazón y mostrarle sus faltas. Solamente entonces ellos nos oirán, pero ciertamente no hasta entonces.
Copyright, 1953
Todos los derechos reservados
V.T. HOUTEFF
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UNA VARA QUE HABLA LLAMANDO A REFORMA Y CREA UNA GRAN CONTROVERSIA
TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF
MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
EL SÁBADO, 8 DE FEBRERO DE 1947
CAPILLA DEL MONTE CARMELO
WACO, TEXAS
Nuestro tema de esta tarde comienza con –
Miqueas 6:1, 2 – “Oíd ahora lo que dice Jehová: Levántate, contiende contra los montes, y oigan los collados tu voz. Oíd, montes, y fuertes cimientos de la tierra, el pleito de Jehová; porque Jehová tiene pleito con su pueblo, y altercará con Israel”.
Primero debemos notar que el mensajero de Dios es mandado a contender contra los montes, y que los collados oigan su voz. Entonces es obvio que en esta escritura así como en cualquier otra parte de la Biblia, montes y collados son figurativos de reinos y gobiernos.
Notemos también que el mensajero de Dios debe contender ante los montes y no en contra de ellos; quiere decir que el problema que él proclama que el Señor tiene una controversia con Su pueblo, que él está pidiendo por una reforma entre ellos, y que ellos voluntariamente no están cooperando.
Como hemos visto en estudios anteriores, las profecías de Miqueas 4 y 5 vienen a su madurez en los últimos días de nuestros tiempos, en un tiempo en que la Inspiración por la revelación de estas profecías llama a una reforma entre el pueblo de Dios.
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Las profecías ahora están siendo reveladas por primera vez desde que fueron escritas, y la reforma ya se ha iniciado, el hecho es que en lugar de aceptar alegremente el reciente mensaje revelado, están creando una controversia a través de las iglesias Adventistas; obviamente indica que ahora es el tiempo para contender ante los montes; ahora es el tiempo para que ellos (“los montes”) oigan la controversia del Señor con Su pueblo.
Las palabras, Levántate, pleitea con los montes, y oigan los collados tu voz, implica que antes su voz había sido oída sólo localmente, pero ahora él debe hacer frente a la situación para que los montes, collados y fuertes fundamentos de la tierra oigan que el Señor está pleiteando con Su pueblo.
Si, hasta ahora hemos estado solamente como jugueteando con los adversarios del Señor, pero nosotros ahora estamos decididos a atender los negocios del Señor con toda preferencia. Nunca más sacrificaremos la Verdad y sus Principios. Debemos dejar para siempre los dichos de los hombres no importa cuales sean, y consagrar nuestra fe y esperanza a un “Así dice el Señor”, sin considerar por medio de quien lo dice o en su lugar, se llevará un chasco. Como seguidores del Señor debemos oír Su dolorido corazón suplicando por un reavivamiento y una reforma:
Miqueas 6:3 – “Pueblo mío, ¿qué te he hecho, o en qué te he molestado? Responde contra mí”.
¡Pensad en esto! Un Dios tan grande como El, rogando a seres humanos como nosotros tan insignificantes y pecadores, deseando saber por qué están en contra de El.
Miqueas 6:4 – “Porque yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redimí; y envié
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delante de ti a Moisés, a Aarón y a María”.
Dios nos está hablando a nosotros que somos los descendientes de los profetas, de los apóstoles, y de los discípulos quienes a través de los años de servidumbre entre las naciones Gentiles han perdido su identidad nacional. Es verdad que no nos llamamos Israelitas, Jacobitas, o Judíos a nosotros mismos, pero Dios nos llama así.
Los pocos fieles de Dios estuvieron dispuestos y aún gozosos por causa de la verdad y la justicia a enfrentar los reproches de sus ciegos e infieles hermanos. ¿No deberíamos sentirnos gozosos de hacer tanto como ellos? Ellos ganaron la carrera y la corona, no hay razón para que nosotros no la ganemos. Verdaderamente nosotros no podemos perder nuestra recompensa en esta última hora.
Miqueas 6:5 – “Pueblo mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac rey de Moab, y qué le respondió Balaam hijo de Beor, desde Sitim hasta Gilgal, para que conozcas las justicias de Jehová”.
Aquí se nos dice que para conocer la justicia del Señor debemos recordar los procedimientos de Dios para con nuestros antepasados, porque su amor hacia nosotros nos es menor al amor que El tuvo hacia ellos. Recordemos el incidente de cuando Balac invitó a Balaam para maldecir a Israel, y cómo El hizo que Balaam hablara por El y bendijera a su pueblo, que por su causa El trajo los propósitos del rey a la nada e hizo que Balaam proclamara a Balac: “He aquí, yo me voy ahora a mi pueblo; por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postreros días … Saldrá Estrella de Jacob, y se levantará cetro de Israel, y herirá las sienes de Moab, y destruirá a todos los hijos de Set. Será tomada Edom, será también tomada Seir por sus
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enemigos, e Israel se portará varonilmente”. Números 24:14, 17, 18.
En efecto Balaam dijo al rey de Moab: “Yo he hecho lo mejor para obtener tu favor y maldecir a Israel, pero Dios ha prevalecido. Israel ha ganado; tú y yo hemos perdido. Y aún más, déjame decirte lo que este pueblo hará a tu pueblo en los postreros días: El que tiene que regir a Israel herirá por todos lados a Moab, e Israel se portará varonilmente”.
Así fue como Balaam fue impelido a predecir el nacimiento de Cristo y Su reino, haciendo que Israel se porte varonilmente contra Moab y sus vecinos en los postreros días.
Saber todas estas cosas es saber que el Señor es nuestra justicia. Además si El está con nosotros, ninguno podrá ganar ninguna cosa contra nosotros; que la batalla es del Señor porque no tenemos necesidad de temer a nuestros enemigos; y porque todo lo que hagamos prosperará sin consideración de quien esté en pro o en contra de nosotros.
Miqueas 6:6, 7 – “¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?”.
De estos versículos es aparente que el desarrollo de estas escrituras traen un reavivamiento y una reforma entre el pueblo de Dios como el mundo nunca ha visto. Los que reciben la Verdad en su totalidad, confiesan humildemente que son pecadores y que desean saber lo peor de su caso. Con gozo sacrifican todas las cosas; para ellos ningún sacrificio es bastante grande para que pueda encomendarlos delante del
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Señor. Tan pronto como se deshacen del orgullo de sus opiniones, y tan pronto como humildemente inquieren cómo deben venir a adorar al Señor, y tan pronto como hacen esto viene a ellos la respuesta:
Miqueas 6:8 – “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.
Hacer justicia, amar misericordia, y andar humildemente con nuestro Dios, es el más grande presente que alguno pueda traer ante el Señor. Y a fin de aprender cómo hacer justicia, cómo amar misericordia y cómo andar humildemente, se nos dice enfáticamente:
Miqueas 6:9 – “La voz de Jehová clama a la ciudad, y el sabio mirará a tu nombre. Oíd la vara, y a quien la establece”.
El Señor declara que Su voz está clamando a la ciudad (a la iglesia), y que los hombres de sabiduría verán el nombre, oirán la Vara y a Quien la establece.
Manifiestamente esta vara es capaz de hablar y ser oída. Así el mandamiento “Oíd la Vara”. Y lo más que nosotros podemos saber, es que la única vara que ha hablado es “LA VARA DEL PASTOR”. Además, no fue el resultado de un estudio de la Biblia por el cual el libro fue llamado con ese nombre, porque el autor no estaba familiarizado con el texto, ni siquiera tenía una comprensión del libro de Miqueas al tiempo que fue dado al libro el título de “La Vara del Pastor”.
Yo por nada puedo pasar por alto, descuidar, o rechazar el consejo del Señor en este asunto. Yo debo oír la Vara y a quien la establece; esto si espero tener un
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hogar en su Reino. Yo no puedo hacerlo de otra manera, Dios es mi ayuda, porque él mismo declara que si yo supiera cómo venir ante él, y cuál ofrenda es aceptable a él, cómo hacer justicia, cómo amar misericordia y cómo andar humildemente ante él, yo debo oír la Vara que “clama a la ciudad”.
Ahora depende de nosotros decidir si oímos la voz del hombre o la voz de la Vara del Señor. Esta es hoy la prueba y el interés propio de cada uno, porque una de estas dos voces, la voz del hombre o la voz de la Vara, determinará nuestro destino para cualquiera de estos dos resultados, muerte eterna o vida eterna.
Desde que este mensaje anuncia que el día grande y terrible del Señor está cerca – que el Juicio de los Vivos está por comenzar, y desde que Isaías el profeta le fue dada la visión de la venida del Señor a Su templo para esta obra judicial, mientras que la experiencia del profeta fue aún una visión, por lo tanto, debe representar la experiencia de los siervos de Dios que están anunciando el día del Señor. Su experiencia y comisión debe ser nuestra experiencia y comisión:
“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mi. Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad. Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra esté hecha un desierto; hasta que Jehová haya echado
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lejos a los hombres, y multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra”. Isaías 6:8-10.
“A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y sea él vuestro miedo. Entonces él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén. Y muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados; se enredarán y serán apresados”. Isaías 8:13-15.
Miqueas 6:10, 11 – “¿Hay aún en casa del impío tesoros de impiedad, y medida escasa que es detestable? ¿Daré por inocente al que tiene balanza falsa y bolsa de pesas engañosas?”.
Aquí definitivamente está comprendido que estas cosas abominables – tesoros ganados con escasas medidas – existen en la casa del impío. La idea de hacerse rico pronto a costa del sudor de los otros, está condenada aquí. Todas estas abominaciones que son ocasionadas por el egoísmo, deben ser echadas por todos quienes quieran sobrevivir al día grande y terrible del Señor.
La última pregunta del Señor, “¿Daré por inocente al que tiene balanza falsa y bolsa de pesas engañosas?” denota que algunos están apoyándose en sus pesas engañosas y erróneamente espera ser contado entre los puros.
Hay dos clases de ladrones. El ladrón número uno es el que roba abiertamente. Pero el número dos es la persona que manipula su negocio para tener un poco más de lo que le pertenece. A él no le importa, si el otro individuo hace menos o nada. Todo lo que a él le preocupa es lo que a él mismo le parece justo. Esta clase de latrocinio es la peor porque es practicada
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aún por lo así llamados mejores Cristianos.
Miqueas 6:12 – “Sus ricos se colmaron de rapiña, y sus moradores hablaron mentira, y su lengua es engañosa en su boca”.
Los actos de violencia, mentira y latrocinio, declara la Inspiración, están entre el pueblo de Dios.
Miqueas 6:13 – “Por eso yo también te hice enflaquecer hiriéndote, asolándote por tus pecados”.
Hermano, Hermana, el tiempo ha llegado en que debemos olvidarnos de nosotros mismos y ser honestos con todos los hombres, para darnos cuenta de que es igual que atarnos a nuestra espalda un cuerpo de un hombre muerto y así minar nuestra fuerza y ponernos enfermos en la cama. Para los codiciosos y egoístas el Señor declara:
Miqueas 6:14, 15 – “Comerás, y no te saciarás, y tu abatimiento estará en medio de ti; recogerás, mas no salvarás, y lo que salvares, lo entregaré yo a la espada. Sembrarás, mas no segarás; pisarás aceitunas, mas no te ungirás con el aceite; y mosto, mas no beberás el vino”.
Miqueas 6:16 – “Porque los mandamientos de Omri se han guardado, y toda obra de la casa de Acab; y en los consejos de ellos anduvisteis, para que yo te pusiese en asolamiento, y tus moradores para burla. Llevaréis, por tanto, el oprobio de mi pueblo”.
Mas bien que caminar en el consejo de la Vara de Dios, el impío camina en el consejo de los impíos. ¿Y qué tan impíos son sus consejos? La Inspiración declara que sus consejos son tan impíos como lo fueron los consejos de la casa de
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Omri y Acab (Léase 1ª de Reyes 16:25, 26, 29, 30, 33). Por consiguiente su suerte será la suerte de los de la casa de Acab (Léase 2ª de Reyes 10:10, 11).
Seguramente que Miqueas 6 no deja duda o cosa semejante acerca del tiempo que por completo ha venido para el Pueblo de Dios, para atender estos negocios como nunca antes. El mensaje que hemos estado entregando, la Inspiración manda, que “la verdad debe ser expuesta como caen las hojas de los árboles en otoño”. Testimonios para la Iglesia, Volumen 9, página 186. Y aquí están las hojas.
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MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA
Daré lectura del libro El Discurso Maestro de Jesucristo, página 110, primer y segundo párrafo. Notaréis que estos párrafos están basados en la escritura que dice, “No deis lo santo a los perros”.
D.M.J., p. 110 - “Jesús se refiere aquí a una clase de personas que no tiene ningún deseo de escapar de la esclavitud del pecado. Por haberse entregado a lo corrupto y vil, su naturaleza se ha degradado de tal manera que se aferran al mal y no quieren separarse de él. Los siervos de Cristo no deben permitir que los estorben quienes sólo consideran el Evangelio como tema de contención e ironía. El Salvador jamás pasó por alto a una sola alma, por hundida que estuviera en el pecado, si estaba dispuesta a recibir las verdades preciosas del cielo. Para los publicanos y rameras, sus palabras eran el comienzo de una vida nueva. María Magdalena, de quien él echó siete demonios, fue la última en alejarse de su sepulcro y la primera a quien él saludó en la mañana de la resurrección. Saulo de Tarso, uno de los enemigos acérrimos del Evangelio, fue el que se transformó en Pablo, el ministro consagrado de Cristo. Bajo una apariencia de odio y desprecio, aun de crimen y de degradación, puede ocultarse un alma a la que la misericordia de Cristo rescatará y que relucirá como gema en la corona del Redentor”.
Vemos aquí que Dios en su declaración, “No deis lo santo a los perros”, Cristo instruye a sus seguidores a abstenerse de probar a sacar alguna verdad de la Biblia a aquellos que no tienen deseos de estar libres del pecado. Aunque es segura la promesa de que El no pasará por alto ni una alma que desea ayuda y voluntariamente quiera aceptar y practicar la verdad, no obstante cuán profundamente haya caído en el pecado. Por esta misma razón oraremos por un creciente deseo de escapar de la esclavitud del pecado. Verdaderamente lo más importante no es cuán bueno o cuán malo hayamos sido sino cuán susceptible y sumisos somos a la Verdad Presente mientras se está revelando. La real carga de nuestra oración, será que alcancemos una visión de la verdad que nos hace libres si aceptamos como el rollo de desarrolla.
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EN LOS UMBRALES DE UN NUEVO MUNDO A LA VISTA DEL ANTIGUO
TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF
MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
EL SÁBADO, 15 DE FEBRERO DE 1947
CAPILLA DEL MONTE CARMELO
WACO, TEXAS
Esta tarde vamos a estudiar el capítulo siete de Miqueas. Este capítulo trae a nuestra consideración tres divisiones del tiempo en las que se presentan tres diferentes condiciones en la tierra. La primera condición está registrada en los cuatro primeros versículos; la segunda, en los versículos del 5‑14; y la tercera, desde el versículo 15 en adelante hasta concluir el capítulo.
Comencemos nuestro estudio con -
Miqueas 7:1 – “¡Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma deseó primeros frutos”.
Algo es comparado a una vendimia después que sus frutos son recogidos. ¿Qué es? Encontraremos la respuesta al leer -
Miqueas 7:2-6 – “Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno hay recto entre los hombres; todos acechan por sangre; cada cual arma red a su hermano. Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez juzga por recompensa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo confirman. El mejor de ellos es como el
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espino; el más recto, como zarzal; el día de tu castigo viene, el que anunciaron tus atalayas; ahora será su confusión. No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado, cuídate, no abras tu boca. Porque el hijo deshonra al padre, la hija levanta contra la madre, la nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre son los de su casa”.
Los justos habiendo sido sacados del mundo y los impíos dejados en ello, su condición se ilustra por una viña robada de su fruto y dejado en un estado de ser abandonada y en temor a causa de la completa maldad. Este zarandeo toma lugar en el día cuando Dios visita a Sus atalayas; es decir, en el día de Juicio, el día cuando El separe “el trigo” de la cizaña (Mateo 13:30), el buen pescado del mal pescado (Mateo 13:47, 48), las ovejas de las cabras (Mateo 25:31-46).
Miqueas 7:7-10 – “Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá. Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz. La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; él me sacará a la luz; veré su justicia. Y mi enemiga lo verá, y la cubrirá de vergüenza; la que me decía: ¿Dónde está Jehová tu Dios? Mis ojos la verán; ahora será hollada como lodo de las calles.
Estos versículos presentan al pueblo fiel de Dios, el pueblo a quien estas profecías han sido reveladas como teniendo un enemigo que lleva una designación femenina “enemiga mía”. Esta “enemiga” cuestiona y duda la presencia de Dios entre Su pueblo, ella se burla de ellos a causa de su fe.
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Puesto que estas profecías ahora, por primera vez, están trayéndose a la luz, constituyen el mensaje de la hora; y puesto que sobre nosotros ha sido colocado la carga de llevar el mensaje a la iglesia, y puesto que ella es nuestra enemiga, como la iglesia judía fue para con la Cristiana, la Inspiración testifica en contra de ella, y pronuncia su destino.
Entonces, acontecerá que “los Gentiles verán” la justicia de los santos y todos los reyes su gloria y ellos como pueblo serán “llamados por nuevo nombre, el cual la boca del Señor pronunciará” (Isaías 62:2).
Miqueas 7:11, 12 – “Viene el día en que se edificarán tus muros; aquel día se extenderán los límites. En ese día vendrán hasta ti desde Asiria y las ciudades fortificadas, y desde las ciudades fortificadas hasta el Río, y de mar a mar, y de monte a monte.
Puesto que este decreto es removido en el día que el Reino (la iglesia purificada) es restaurado, en el día que los santos sean fortificados, el decreto no tiene efecto sobre ellos. En aquel día, declara la Inspiración, habrá un gran recogimiento de Asiria y de las ciudades fortificadas, aún desde mar a mar y de montes a monte. este mensaje, por lo tanto, es el que precede la cosecha de la tierra, el día grande y terrible del Señor, el Juicio para los Vivos, el día en el cual que todas las cosas son restauradas. (Marcos 9:12).
Miqueas 7:13, 14 – “Y será asolada la tierra a causa de sus moradores, por el fruto de sus obras. Apacienta tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu heredad, que mora sólo en la montaña, en medio del Carmelo; busque pasto en Basán y Galaad, como en el tiempo pasado.
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Antes que estas promesas sean cumplidas, sin embargo, la Inspiración declaró que la tierra había de ser desolada, la dispersión del pueblo tendría lugar primero.
Esta Vara de Dios no sólo habla, sino alimenta, también. ¿Y qué podría ser sino “alimento en su debido tiempo”? ¿Sino el mensaje de la hora? El pueblo, explica la escritura, son aquellos que moran solitariamente en los bosques, en medio del Carmelo. La profecía, para este día y hora recomienda el mensaje que la Vara contiene, y la cual el Carmelo da, ningún otro.
Miqueas 7:15 – “Yo les mostraré maravillas como el día que saliste de Egipto.
Nos es dada la promesa de que la experiencia de los santos ha de ser semejante a la experiencia del Movimiento del Éxodo. Así como ellos fueron sacados de Egipto con la mano poderosa de Dios y fueron traídos salvos a la tierra prometida, así será ahora.
“Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra” (Isaías 11:11, 12).
Miqueas 7:16-18 – “Los gentes verán, y se avergonzarán de todo su poderío; pondrán la mano sobre su boca, ensordecerán sus oídos.
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Lamerán el polvo como la culebra; como las serpientes de la tierra, temblarán en sus encierros; se volverán amedrentados ante Jehová nuestro Dios, y temerán a causa de ti. ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia”.
“Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín; sino que volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también los de oriente; Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón los obedecerán. Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias” (Isaías 11:13‑15).
Tan grande como será el día del Señor para los que han sido fieles, así será de terrible para los que han sido infieles.
Miqueas 7:19 – “El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados”.
¡Nuestro Dios es realmente maravilloso! El no retiene su ira. El se deleita en la misericordia. El olvida de los pecados del penitente. Los echa fuera donde ya más no se pueden encontrar.
Miqueas 7:20 – “Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos”.
La Inspiración reafirma todas las promesas de Dios. Ellas
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nunca fallan. Sus profecías son seguras. Estamos en el umbral de un nuevo mundo en vista del viejo – pronto no habrá más pecado.
“Por esto están delante del trono de Dios y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de agua de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos” (Apocalipsis 7:15-17).
Aun ahora el Señor dice, “Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra.
“Juró Jehová por su mano derecha, y por su poderoso brazo: Que jamás daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que es fruto de tu trabajo;
“Sino que los que lo cosechan lo comerán, y alabarán a Jehová; y los que lo vendimian, lo beberán en los atrios de mi santuario. Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos.
“He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra. Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te
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llamarán Ciudad Deseada, no desamparada” (Isaías 62:6‑12).
Sin duda que nos encontramos en los umbrales de un nuevo mundo a la vista del antiguo. Permitan que nuestra fe y vuestras obras contesten ahora las más asombrosas preguntas que el Señor ha hecho desde el principio del mundo.
“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.
“¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando el se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata; y traerán a Jehová ofrenda en justicia.
“Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos. Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos. Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos” (Malaquías 3:1‑6).
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