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Llamadas Oportunas
La Única Paz de Mente
SEA UN NUEVO INSTRUMENTO TRILLADOR EN LAS MANOS DE DIOS
RENUEVOS, NO VÁSTAGOS
MEDITACIÓN PARA LA ORACIÓN DE APERTURA
“El Terreno Junto al Camino”
Leeré de Palabras de Vida del Gran Maestro, página 25, comenzando con el primer párrafo.
“Aquello a lo cual se refiere principalmente la parábola del sembrador es el efecto producido en el crecimiento de la semilla por el suelo en el cual se echa. Mediante esta parábola Cristo decía prácticamente a sus oyentes: No es seguro para vosotros detenemos y criticar mis obras o albergar desengaño, porque ellas no satisfacen vuestras ideas. El asunto de mayor importancia para vosotros es: ¿cómo trataréis mi mensaje? Dé vuestra aceptación o rechazamiento de él, depende vuestro destino eterno ...
“La semilla sembrada a la vera del camino representa la palabra de Dios cuando cae en el corazón de un oyente desatento … Absorta en propósitos egoístas y pecaminosas complacencias, el alma está endurecida ‘con engaño de pecado’. Las facultades espirituales se paralizan. Los hombres oyen la palabra, pero no la entienden. No disciernen que se aplica a ellos mismos. No se dan cuenta de sus necesidades y peligros. No perciben el amor de Cristo, y pasan por alto el mensaje de su gracia como si fuera algo que no les concerniese”.
Debemos orar para que nosotros no caigamos en el modo de los que siempre están listos para encontrar faltas y criticar, sino que demos completa atención, dejando todo prejuicio e ideas preconcebidas, sean privadas o Denominacionales; que nosotros abramos nuestros corazones a la verdad, no porque sea popular, sino porque la Biblia la enseña, dándonos cuenta que si estamos cortos en esto, seguramente nos guiará a donde guió a los antiguos Judíos.
Copyright, 1954
Todos los derechos reservados
V.T. HOUTEFF
Vol. 2, N° 9 2
SEA UN NUEVO INSTRUMENTO TRILLADOR
EN LAS MANOS DE DIOS
TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF
MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
EL SÁBADO, 4 DE OCTUBRE DE 1947
CAPILLA DEL MONTE CARMELO
WACO, TEXAS
Nuestro tema de esta tarde se encuentra en Isaías, capítulo 40 y 41. Comenzaremos con el primer versículo del capítulo cuarenta:
Isaías 40:1, 2 – “Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados”.
La Inspiración, vemos, está urgiendo aquí a alguien a consolar al pueblo de Dios. Se les tiene que decir, no que su lucha será cumplida, sino que su lucha es cumplida; que su pecado es perdonado; que Jerusalén, la iglesia, ya ha recibido doble por todos sus pecados.
Esta lucha, por supuesto, no pudo haber sido cumplida en el tiempo de Isaías, ni en el tiempo de Juan el Bautista, – no, ni siquiera en la Edad Media. Estas nuevas de consolación pueden ser dichas a la iglesia sólo después que ella ha sido libertada del yugo de los Gentiles, durante el tiempo en el cual el pueblo ha pagado doble por sus pecados antes y después de la dispersión. Este capítulo, entonces, en su totalidad se aplica al tiempo del fin, a nuestro tiempo.
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Isaías 40:3 – “Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios”.
Este es el versículo en el cual Juan el Bautista encontró su texto como mensajero para preparar el camino para el primer advenimiento de Cristo. Pero puesto que ya hemos visto que el capítulo comienza con un mensaje para el pueblo de Dios que vive en el tiempo del fin, el tiempo que ellos han pagado por todos sus pecados, y puesto que el tiempo de su redención al fin ha llegado, obviamente el capítulo tiene una primera como una final aplicación: Este se aplica a ambos al primero y al segundo advenimiento de Cristo. El último de estos es figurativo – una voz que clama en el desierto, no en la viña, no en la tierra de Judá (Isaías 5:7), sino en el desierto, en las tierras de los Gentiles.
Isaías 40:4 – “Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane”.
La carga del mensaje que debe ser proclamado es para preparar al pueblo para encontrarse con el Señor; para nivelar los lugares altos, levantar los bajos, remover todos los impedimentos, para que el camino del Señor, el camino para su venida, sea despejado. Estos términos, por supuesto, figurativamente dicen: Los ensalzados serán humillados; los humildes y los que han sido arrojados serán ensalzados; el mal tiene que ser hecho bien, porque en el dominio de Dios la igualdad y la justicia deben prevalecer.
“Cuando el Espíritu de Dios conmueve el alma con su maravilloso poder de despertarla, humilla el orgullo humano. El placer mundanal, la jerarquía y el poder son tenidos por inútiles. Son destruidos los ‘consejos,
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y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios’, y se sujeta ‘todo intento a la obediencia de Cristo’. Entonces la humildad y el amor abnegado, tan poco apreciados entre los hombres, son ensalzados como las únicas cosas de valor. Tal es la obra del Evangelio, de la cual el mensaje de Juan era una parte”. El Deseado de Todas las Gentes, página 108.
Isaías 40:5 – “Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado”.
Aquí se nos dice que cuando este “reavivamiento y reforma” tome lugar, la gloria del Señor será manifestada, y toda carne juntamente lo verá. Por lo tanto comprendamos que si hacemos estas cosas, todos seríamos los precursores de estas promesas gloriosas, y los siervos de Dios para este tiempo.
Isaías 40:6-8 – “Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.
El mensaje de la hora es para mostrar que todo hombre es mortal, no más durable que la hierba; que aún sus virtudes no son más durables que las flores del campo; pero que la Palabra de Dios permanece para siempre; que los que desean obtener vida eterna, llegar a ser tan eternos como la Palabra misma, no deben poner su confianza en ningún hombre, sino en la Palabra de Dios solamente; que ellos investiguen por sí mismos, “¿Es esto Verdad?”
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y no, “¿De quién viene?”
Isaías 40:9 – “Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! ”.
Los que finalmente estén sobre el Monte de Sión, y quienes están preparando ahora el camino del Señor trayendo estas buenas nuevas, son aconsejados todos a subirse en un monte alto, como si fuera, y levantar sus voces juntos sin ninguna clase de temor, a proclamar a las ciudades de Judá (a las iglesias por doquiera) preparar el camino del Señor y decir: “¡He aquí a vuestro Dios!”
Isaías 40:10 – “He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro”.
El brazo del Señor que gobierna por él debe ser figurativo de aquellos por medio de los cuales él obra (Isaías 51:9), de quienes han de estar con él sobre el Monte Sión (Apocalipsis 14:1), – la iglesia sin mancha ni arruga. “Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, y sin príncipe, y sin sacrificio, y sin estatua, y sin efod, y sin terafín. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días”. Oseas 3:4, 5.
Los mensajeros de la hora han de declarar, también, que la recompensa del Señor (vida eterna) viene con él, pero que su obra todavía está delante de él, aún por ser terminada.
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Isaías 40:11 – “Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas”.
Este cuidado sobre su pueblo se sentirá cuando su brazo gobierne por él. El tomará cargo entonces de su obra, y de su pueblo, como un pastor cuida de su rebaño. El ejercerá cuidado personal sobre todos, viejos y jóvenes igualmente.
Isaías 40:12 – “¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?”.
Puesto que no hay otro que Dios mismo quien pueda hacer todas estas cosas, y puesto que él mismo tomará cargo de su propio rebaño, sabemos que su cuidado sobre ellos será incomparable. ¿Y por qué no apresuramos ese tiempo?.
Isaías 40:13, 14 – “¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?”.
Sabemos que el Espíritu quien guía a toda Verdad y todo conocimiento no es guiado o enseñado por hombre alguno. De allí que, ¿por qué depender de algún hombre que está despojado de Inspiración para hacer juicio en Verdad inspirada? La Palabra muestra que no sólo los hombres sino aún las naciones son como nada.
Isaías 40:15-17 – “He aquí que las naciones le son como la gota
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de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es”.
Cuando entendamos que las naciones sobre la tierra son nada en comparación con el poder de Dios, que ni siquiera el bosque, ni las bestias del Líbano son suficientes para sacrificios, sólo entonces veremos todos los hombres inclusive nosotros mismos, tan insignificantes, y tan sin valor como el polvo. Entonces veremos nuestra dependencia de Dios tan importante y tan completa como es la dependencia de un infante de sus padres.
Isaías 40:18 – “¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis?”.
Ahora esta es una pregunta para que cada uno conteste en nuestra propia mente.
Isaías 40:19, 20 – “El artífice prepara la imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cadenas de plata. El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una imagen de talla que no se mueva”.
En estos versículos se muestra cuán fatuos son los hombres; ellos no se detienen a considerar que aunque una pieza de madera puede ser buena para combustible, con todo cuando los hombres tratan de hacer de esto una semejanza de Dios, no es sino un disparate y que el postrarse a ella, es degradante y blasfemo.
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Isaías 40:21-26 – “¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca. ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo. Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio”.
Puesto que Dios es más grande que lo que la imaginación humana pueda alcanzar, ¿por qué los hombres dependen tan poco de él y tanto de sus propias obras? Es verdad, actualmente tal vez no nos postramos a una imagen, pero tal vez hacemos otras cosas que son igualmente idólatras. Verdaderamente, si no fuera tal el caso estas exhortaciones no habrían venido a nosotros a través de esta oportuna profecía revelada.
Isaías 40:27-31 – “¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo al cansado, y multiplica
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las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.
¿No es sorprendente que la iglesia, habiendo venido a través de las edades hasta aquí, ahora deba ser enseñada en los primeros fundamentos de su fe?
Isaías 41:1, 2 – “Escuchadme, costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio. ¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; los entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata?”.
Para renovar su fuerza el pecado debe ser quitado, y para acercarse a Dios, se debe aprender de él. Habiendo hecho esto, ellos deben entonces invitar a otros a venir a juicio. Las naciones mantendrán silencio hasta ese tiempo, y luego dirán, “Venid, y subamos al monte de la casa de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y enseñarános en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”. Miqueas 4:2
Nuestra obra es entonces preparar el camino del Señor para reunir al pueblo.
Isaías 41:3-5 – “Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado.
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¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros. Las costas vieron, y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se congregaron, y vinieron”.
Estos versículos muestran claramente que la manifestación del poder de Dios se sentirá por todas partes.
Isaías 41:6 – “Cada cual ayudó a su vecino, y a su hermano dijo: Esfuérzate”.
El pueblo de Dios verdaderamente ha de ayudar a sus vecinos. Los necios a pesar de esto harán necedades, y continuarán en su idolatría.
Isaías 41:7-10 – “El carpintero animó al platero, y el que alisaba con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura; y lo afirmó con clavos, para que no se moviese. Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo. Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
Las promesas de Dios a sus siervos son seguras. Acordémonos de ellas ahora. Nunca encontraremos una oportunidad tan buena como la que tenemos hoy. Mañana será muy tarde; respondamos mejor mientras Dios está suplicando.
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Isaías 41:11, 12 – “He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra”.
Ahora es nuestra oportunidad para hacer todo lo que podemos con los que se nos oponen, porque aquí se nos dice claramente que si ellos continúan en su hostilidad, perecerán.
Isaías 41:13 – “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo”.
Si nosotros como pueblo no somos tímidos, entonces ¿por qué todas estas súplicas y estímulos? ¿por qué las incitaciones para quitar nuestros temores?
Isaías 41:14, 15 – “No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor. He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo”.
Trillar las montañas (reinos) es tomar el trigo (los santos) de ellos. Los siervos de Dios, por lo tanto, se les promete aquí un nuevo instrumento, diferente de alguno jamás usado antes; eso es, la reunión de los santos en el tiempo de la cosecha será cumplido en una manera no imaginada, contraria a todo plan humano. Estos instrumentos tendrán dientes; súbitamente separará el trigo de la paja y soplará el tamo. Cristo, “Quien tiene su aventador en su mano,
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y aventará su era, y allegará su trigo en el alfolí, y quemará la paja en el fuego que nunca se apagará” Mateo 3:12. Por esta causa somos llamados, y para esta gran obra hemos de preparar el camino.
Isaías 41:16, 17 – “Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel. Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé”.
Si, el tamo será soplado y el torbellino se lo llevará lejos para ser quemado con fuego consumidor. Pero el pueblo de Dios se regocijará en el Señor, y sus menesterosos serán consolados.
Isaías 41:18 – “En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca”.
La lluvia tardía, vemos aquí, será abundante. Habrá ríos y arroyos, y fuentes donde ni se esperan. Todo esto es un pronóstico de la gran cosecha, aún de los lugares desiertos, de las tierras de los paganos. “Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas las gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos” Apocalipsis 7:9.
Isaías 41:19 – “Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad
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cipreses, pinos y bojes juntamente”.
Dios embellecerá las tierras de los Gentiles con gente que tengan caracteres y gracias Cristianas tan hermosas como el cedro, la acacia, el arrayán, las olivas juntos. No hay nada en el mundo hoy que de a los hombres la esperanza y la paz mental sino estas promesas de Dios.
Isaías 41:20-24 – “Para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó. Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob. Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió”.
Aquí está un desafío para todos nuestros adversarios. Permítanles que le digan que pasará de aquí en adelante si ellos pueden, o permítanles decir el pasado sí ellos lo harán, Dios los desafía. Y que así puedan ahora saber que son como nada, y los que escogen seguirles, aún ellos serán abominación para Dios.
Isaías 41:25 – “Del norte levanté a uno, y vendrá; del nacimiento del sol invocará mi nombre; y pisoteará príncipes como lodo, y como pisa el barro el alfarero”.
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Este que está en la profecía viene de algún lugar del norte de la Tierra Prometida. El llama al Señor temprano – tan temprano como sale el sol. También viene sobre príncipes, y como el alfarero olla el barro. “Y en los días de estos reyes, levantará el Dios del cielo un reino … el cual desmenuzará y consumirá todos estos reinos”. Daniel 2:44.
Isaías 41:26 – “¿Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos; o de tiempo atrás, y diremos: Es justo? Cierto, no hay quien anuncie; sí, no hay quien enseñe; ciertamente no hay quien oiga vuestras palabras”.
¿Hay alguien quién halla declarado estas cosas al pueblo? pregunta el Señor. Luego El contesta su propia pregunta: Sí, no hay quien enseñe, ciertamente no hay quien oiga nuestras palabras.
Isaías 41:27, 28 – “Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén daré un mensajero de alegres nuevas. Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no respondieron palabra”.
Cuando Dios visita a su pueblo con estas buenas nuevas, no encuentra hombre entre sus siervos para hacer esta obra, y ningún consejero entre ellos para dar una respuesta a estas cosas. No obstante nosotros debemos hacer todo lo que podamos para despertarlos. Debemos exaltar la Palabra, consolar su pueblo, y preparar el camino para que él pueda hacer un nuevo instrumento trillador de nosotros.
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¡AVERGONZADOS DE JESÚS!
Jesús, estará en la vida,
de un hombre mortal Avergonzado de Ti
Avergonzado de Ti, A quienes los ángeles alaban,
Y cuyas glorias es por los días sin fin?
Avergonzado de Jesús más pronto se ruboriza
la tarde para poseer una estrella;
El vierte rayos de luz divina
Sobre mi alma anochecida.
¡Avergonzado de Jesús! simplemente
la medianoche pronto se averigua del mediodía,
Fue la medianoche de mi alma hasta que él,
la estrella de la mañana, me iluminó y ordenó a la oscuridad que huyera.
¡Avergonzado de Jesús! ese estimado amigo
sobre quien mis esperanzas para el cielo dependen.
No; cuando me ruborizo, esta es mi vergüenza
Que yo más que nadie reverencie Su nombre
¡Avergonzado de Jesús! si, puedo
cuando ninguna culpa tenga que borrar,
Ninguna lágrima que limpiar, nada bueno que pedir,
Ningún miedo por calmar, ninguna alma por salvar.
Hasta entonces no es mi jactancia en vano
Hasta entonces me jacto de un Salvador muerto
Y/o, pueda esta ser mi gloria,
que Cristo nunca se avergüence de mi.
Joseph Grigg
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RENUEVOS, NO VÁSTAGOS
A Los Hermanos Esparcidos
TEXTO DE LA ALOCUCIÓN POR V. T. HOUTEFF
MINISTRO DE LOS DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
CAPILLA DEL MONTE CARMELO
WACO, TEXAS
En tanto que con frecuencia se nos pregunta que significa la “D” en las Llamadas Oportunas en conexión con el nombre “Adventista del Séptimo Día”, trataremos de explicar. La “D” significa Davidianos. Los publicadores en lugar de imprimir el nombre completo, con frecuencia usan la forma abreviada “D” cuando el espacio es limitado.
Fundamentalmente nosotros somos Adventistas del séptimo Día. Puesto que los hermanos líderes de la Denominación Adventista del Séptimo Día rechazaron la adición al Mensaje del Tercer Ángel (Primeros Escritos, página 277) de la misma manera que los Judíos torcieron el evangelio de Cristo, y como las iglesias populares torcieron el mensaje que siguió de allí en adelante, nosotros fundamentalmente hemos permanecido Adventistas del Séptimo Día. Estamos separados de la iglesia madre porque los “tibios” hermanos por mayoría de voto nos desfraternizaron, y pusieron un guardián en las puertas de la iglesia para asegurarse que no pudiéramos entrar a las iglesias en el día Sábado. Evidentemente ellos hicieron estas cosas para forzarnos a renunciar a la Verdad revelada por el Señor, y también para intimidar a los que estaban abrazando la Verdad Presente y quienes podrían investigar por si mismos y aceptar el mensaje de la hora. No había razón para echarnos.
Como no podíamos dar la espalda al “alimento a su debido tiempo” enviado por Dios fuimos, por supuesto
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obligados a agregar Davidianos al nombre Adventista del Séptimo Día, para no ser acusados de tergiversación. De cualquier manera, nunca nos hemos separado de la Denominación. Como un pueblo todavía asistimos a las iglesias de la denominación siempre y cuando no se nos impida entrar.
Nuestra obra es estrictamente dentro de nuestra denominación como fue la de Juan y Cristo dentro de su Denominación. Por lo tanto nuestras creencias fundamentales son las mismas que las de la denominación, con la excepción de las verdades doctrinales adicionales que el mensaje adicional nos trae. Por lo tanto, las circunstancias nos han puesto en una situación similar a la de los apóstoles; sus creencias fundamentales, también, eran las creencias fundamentales de los Judíos, y en adición a ellas, ellos tenían el Evangelio de Cristo.
Para echar en cara y poner prejuicio en el pueblo contra el mensaje enviado del Cielo, irónicamente la oposición nos llama “vástagos”. su misma expresión contra nosotros, prueba que nosotros estamos en lo correcto y ellos en el error. Si no fuera por los “vástagos”, la iglesia Cristiana nunca hubiera venido a la existencia, no, ni las iglesias Protestantes, ni tampoco la Adventista del Séptimo Día.
Así que gracias a Dios que nosotros hemos tenido la fortaleza para no hacer de la carne nuestro brazo (no tomar la palabra de los sacerdotes y rabinos, como si fuera, sino mirarla por nosotros mismos, personalmente para saber que es la Verdad) y soportar el reproche como lo hicieron los que han ido antes de nosotros.
Es aquí donde propia y oportunamente se aplica la declaración del profeta Isaías: “Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a
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sus ojos, porque pereció el derecho” Isaías 59:15.
La verdad del asunto, es que los así llamados vástagos no son sino retoños. Y siempre recordemos que así como un árbol muere cuando deja de echar retoños en cada estación, así una iglesia cuando deja de mantenerse con la Verdad progresiva del Cielo. Aún el mundo sabe que los retoños siempre han mantenido a la iglesia viva y libre, y que los retoños siempre lo harán. Por lo tanto nos sentimos grandemente honorados de ser retoños en lugar de capullos durmientes.
Si, es un gran honor ser perseguido, escarnecido, y abusado por la causa de Cristo y su Verdad. Jesús declaró: “Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas” Lucas 6:22, 23.
“Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos los que os aborrecen, y os niegan por causa de mi Nombre, dijeron: Glorifíquese Jehová. Mas él se mostrará con alegría vuestra, y ellos serán confundidos” Isaías 66:5.
“Y reyes serán tus ayos, y sus reinas tus amas de leche: el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies. Y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que me esperan.
“¿Será quitada la presa al valiente? ¿Libertárase la cautividad legítima? Así empero dice Jehová: Cierto, la cautividad será quitada al
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valiente, y la presa del robusto será librada; y tu pleito yo lo pleitearé, y yo salvaré a tus hijos” Isaías 49:23-25.
Es claro ver que los que echan fuera a los hermanos creyentes de la verdad de su medio, lo están haciendo por orden del Diablo, porque los que están atentos a la orden del Señor, no echan fuera ni aún la “cizaña”. ellos saben que la obra de purificar la iglesia pertenece sólo a los ángeles.
“Vi luego el tercer ángel. Dijo mi ángel acompañante: ‘Su obra es terrible. Su misión es tremenda. Es el ángel que ha de separar el trigo de la cizaña, y sellar o atar el trigo para el granero celestial. Estas cosas debieran absorber completamente la mente y la atención’”. Primeros Escritos, página 118.
“Así mismo el reino de los cielos es semejante a la red, que echada en la mar, saca toda suerte de peces; la cual estando llena, la sacaron a la orilla; y sentados, juntaron lo bueno en vasos, y lo malo echaron fuera. Así será el fin del siglo; saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes” Mateo 13:47-50.
Así que estemos correctos o equivocados, sabemos que las obras de los hermanos no están en armonía con el Señor.
Los pioneros de la fe Cristiana dieron sus vidas por causa de la Verdad, ¿por qué nosotros no?
Ahora para juzgar si somos o no somos Adventistas del Séptimo Día, permítame poner delante de usted nuestras
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creencias fundamentales del libro, “Creencias fundamentales y Directorio”. Aquí notará que toda la lista de creencias fundamentales es citada del anuario de la denominación A.S.D. Y ¿por qué? – simplemente porque sus creencias son las nuestras también. También notará las verdades doctrinales adicionales que siguen.
CREENCIAS FUNDAMENTALES DE LOS
DAVIDIANOS ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
Surgiendo en 1930 de en medio de la denominación Adventista del Séptimo Día (“la iglesia de Laodicea”), la Asociación de los Davidianos Adventistas del Séptimo Día siempre ha estado entregada a la obra profética (predicha en Isaías 52:1) de preparar a la iglesia de Laodicea, la última con “la cizaña” entre “el trigo”, para la proclamación final del evangelio “en todo el mundo” Mateo 24:14
Esta Asociación, en común con la denominación Adventista del Séptimo Día, tiene “ciertas creencias fundamentales, la principal característica de las cuales, junto con una porción de las referencias de la Escritura sobre la cual están basadas”, son originalmente resumidas como sigue:
“1. Que las Santas Escrituras del Antiguo y el Nuevo Testamentos fueron dadas por inspiración de Dios, contienen una suficiente revelación de su voluntad para los hombres, y son la única regla infalible de fe y práctica. 2ª Timoteo 3:15-17.
“2. Que la Deidad, o Trinidad, consiste del Padre Eterno, un Ser espiritual, personal, omnipotente, omnipresente, omnisapiente,
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infinito en sabiduría y amor; el Señor Jesucristo, el Hijo del Padre Eterno, por quien todas las cosas fueron creadas y por medio de quien la salvación de los ejércitos redimidos será completada; el Espíritu Santo, la tercera persona de la Divinidad, el gran poder regenerador en la obra de la redención. Mateo 28:19.
“3. Que Jesucristo es el mismo Dios, siendo de la misma naturaleza y esencia del Padre Eterno. Mientras tenía su naturaleza divina tomó sobre sí la naturaleza de la familia humana, vivió en la tierra como un hombre, ejemplificada en su vida como nuestro Ejemplo los principios de justicia, confirmó su relación con Dios por muchos milagros poderosos, murió por nuestros pecados en la cruz, fue resucitado de los muertos, y ascendió al Padre, donde siempre vive para hacer intercesión por nosotros. Juan 1:1, 14; Hebreos 2:9-18; 8:1, 2; 4:14-16; 7:25.
“4. Que cada persona para obtener salvación debe experimentar el nuevo nacimiento; que esto abarca una entera transformación de la vida y el carácter por el poder regenerador de Dios por medio de la fe en el Señor Jesucristo. Juan 3:16; Mateo 18:3; Hechos 2:37-39.
“5. Que el bautismo es una ordenanza de la iglesia Cristiana y debe seguir al arrepentimiento y perdón de pecados. Por su observancia la fe se muestra en la muerte, el entierro, y la resurrección de Cristo. Que la forma correcta del bautismo es por inmersión. Romanos 6:1-6; Hechos 16:30-33.
“6. Que la voluntad de Dios con relación a la conducta moral está comprendida en su ley de los diez
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mandamientos; que estos son grandes morales, preceptos inmutables, válidos para todos los hombres, en todas las edades. Exodo 20:1-17.
“7. Que el cuarto mandamiento de esta inmutable ley requiere la observancia del Sábado del séptimo día. Esta santa institución es a la misma vez un memorial de la creación y una señal de santificación, una señal del reposo del creyente de sus propias obras de pecado, y su entrada al reposo del alma que Jesús promete a los que vengan a él. Génesis 2:1-3; Exodo 20:8-11; 31:12-17; Hebreos 4:1-10.
“8. Que la ley de los diez mandamientos muestra el pecado, la penalidad del cual es la muerte. La ley no puede salvar al transgresor de su pecado, no le imparte poder para guardarle de pecar. En infinito amor y misericordia, Dios provee un medio por el cual esto puede ser hecho. El proporcionó un sustituto, a Cristo el Justo, para morir en lugar del hombre, “Al que no conoció pecado, hizo pecado por nosotros, para que fuésemos hechos justicia de Dios en él.’ 2ª Corintios 5:21. Que uno es justificado no por obediencia a la ley, sino por la gracia que es en Cristo Jesús. Aceptando a Cristo, el hombre es reconciliado con Dios, justificado por su sangre por los pecados del pasado, y salvado del poder del pecado morando en su vida. Así el evangelio llega a ser ‘poder de Dios para salvar a todo aquel que cree’. Romanos 1: 16. Esta experiencia es obrada por el agente divino el Espíritu Santo, que convence de pecado y guía al que Quita el Pecado, induciendo al creyente a una relación del nuevo pacto, donde la ley de Dios está escrita en el corazón, y por medio del poder capacitador del Cristo viviente, su vida es puesta en conformidad con los preceptos
divinos. El honor y el mérito de
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esta maravillosa transformación pertenece totalmente a Cristo. 1ª Juan 2:1, 2; 3:4; Romanos 3:20; 5:8-10; 7:7; Efesios 2:8-10; 3:17; Gálatas 2:20; Hebreos 8:8-12.
“9. Que Dios ‘quien sólo tiene inmortalidad.’ 1ª Timoteo 6:16. El hombre mortal posee una naturaleza inherentemente pecaminosa y de muerte. La vida eterna es el don de Dios por la fe en Cristo. Romanos 6:23. ‘El que tiene al Hijo, tiene la vida’. 1ª Juan 5:12. La inmortalidad es otorgada al justo en la segunda venida de Cristo, cuando los justos muertos son resucitados de las tumbas y los justos vivos trasladados para encontrar al Señor. Es entonces que a los tenidos por fieles ‘se les dará la inmortalidad’. 1ª Corintios 15:51-55.
“10. Que la condición del hombre en la muerte es una de inconsciencia. Que todos los hombres, buenos y malos igualmente, permanecen en la tumba desde la muerte hasta la resurrección. Eclesiastés 9:5, 6; Salmos 146:3, 4; Juan 5:28, 29.
“11. Que habrá una resurrección de ambos, los justos y los impíos. La resurrección de los justos tomará lugar en la segunda venida de Cristo; la resurrección de los impíos tendrá lugar mil años después, al fin del milenio. Juan 5:28, 29; 1ª Tesalonicenses 4:13-18; Apocalipsis 20:5-10.
“12. Que finalmente el impenitente, inclusive Satanás, el autor del pecado, será, por el fuego del último día, reducido a un estado de no-existencia, viniendo a ser como si no hubieran sido, limpiando así el universo de Dios de pecado y pecadores. Romanos 6:23; Malaquías 4:1-3; Apocalipsis 20:9, 10; Abdías 16.
“13. Que ningún período profético [diciendo
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tiempo profético - estableciendo una fecha exacta de la venida de Cristo] es dado en la Biblia que alcance hasta el segundo advenimiento, pero que el más largo, los 2300 días de Daniel 8:14, terminaron en 1844, y nos trajeron a un evento llamado la purificación del santuario.
“14. Que el verdadero santuario, del cual el tabernáculo en la tierra era un tipo, es el templo de Dios en el Cielo, del cual Pablo habla en Hebreos 8 en adelante, y del cual el Señor Jesús, como nuestro gran sumo sacerdote, es ministro; y que la obra sacerdotal de nuestro Señor es el antitipo de la obra de los sacerdotes Judíos de la antigua dispensación; que este santuario celestial es el que será limpiado al fin de los 2300 días de Daniel 8:14; siendo su purificación, como en el tipo, una obra de juicio, comenzando con la entrada de Cristo como el sumo sacerdote en la fase del juicio de su ministerio en el santuario celestial prefigurada en el servicio terrenal de la purificación del santuario en el día de expiación. Esta obra de juicio en el santuario celestial comenzó en 1844. Su terminación cerrará la gracia para la raza humana.
“15. Que Dios, en el tiempo del juicio y de acuerdo con su armonioso trato con la familia humana los amonesta de los eventos venideros que afectan vitalmente su destino (Amós 3:6, 7), envía una proclamación de la proximidad del segundo advenimiento de Cristo; que esta obra es simbolizada por los tres ángeles de Apocalipsis 14; y que su triple mensaje trae a la vista una obra de reforma para preparar un pueblo para encontrarse con él a su venida.
“16. Que el tiempo de la purificación del santuario, sincronizado con el período de la
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proclamación del mensaje de Apocalipsis 14, es un tiempo de juicio investigador, primero con referencia a los muertos, y segundo con referencia a los vivos. Este juicio investigador determina quienes de las miríadas que duermen en el polvo de la tierra son dignas de una parte en la primera resurrección, y quien de sus multitudes vivientes son dignas de traslación. 1ª Pedro 4:17, 18; Daniel 7:9, 10; Apocalipsis 14:6, 7; Lucas 20:35.
“17. Que los seguidores de Cristo deben ser un pueblo piadoso, no deben adoptar máximas impías, no deben conformarse a las costumbres perversas del mundo; no deben amar sus placeres pecaminosos, no deben practicar sus vicios y extravagancias. Que el creyente debe reconocer que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, y por tanto debe vestirlo con una limpia, modesta, y decente indumentaria. Además, que en el comer, beber y en toda su línea de conducta debe conformar su vida como que ha venido a ser un seguidor del humilde y sumiso Maestro. Así pues todo creyente deberá abstenerse de las bebidas intoxicantes, del tabaco, y otros narcóticos, evitando todo práctica y acto que corrompe o contamina el alma. 1ª Corintios 3:16, 17; 9:25; 10:31; 1ª Timoteo 2:9, 10; 1ª Juan 2:6.
“18. Que el divino principio de los diezmos y ofrendas para sostener la obra del evangelio es en reconocimiento de que Dios es el propietario de nuestras vidas, y que nosotros somos administradores que tenemos que rendirle cuenta de todo lo que ha encomendado en nuestra posesión. Levítico 27:30; Malaquías 3:8-12; Mateo 23:23; 1ª Corintios 9:9-14; 2ª Corintios 9:6-15.
“19. Que Dios ha dado a Su iglesia los dones del Espíritu Santo, como está anunciado en 1ª
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Corintios 12 y en Efesios 4, que estos dones obran en armonía con los principios divinos de la Biblia, y son dados para la perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo. Apocalipsis 12:17; 19:10; 1ª Corintios 1:5-7.
“20. Que la segunda venida de Cristo es la gran esperanza de la iglesia, la gran culminación del evangelio y del plan de salvación. Su venida será literal, personal, y visible. Muchos eventos importantes estarán asociados con Su venida, tales como la resurrección de los muertos, la destrucción de los malos, la purificación de la tierra, la recompensa de los justos, el establecimiento de Su reino eterno. El cumplimiento de varias de estas profecías, en particular las que se encuentran en los libros de Daniel y Apocalipsis, juntamente con las condiciones que existen en el orden físico, social, industrial, político y religioso del mundo, indican que la venida de Cristo ‘está cerca a las puertas’. Mateo 24:33. E1 tiempo exacto de este evento no ha sido predicho. Los creyentes son exhortados para estar listos, 'porque en la hora que menos penséis, el Hijo del hombre' (Mateo 24:44) será revelado. Lucas 21:25-27; 17:26-30; Juan 14:1-3; Hechos 1:9-11; Apocalipsis 1:7; Hebreos 9:28; Santiago 5:1-8; Joel 3:9-16; 2ª Timoteo 3:1-5; Daniel 7:27; Mateo 24:36, 44.
“21. Que e1 reino milenario de Cristo comprende el período entre la primera y la segunda resurrección, durante cuyo tiempo los santos de todas las edades reinarán con su bendito Redentor en los Cielos. Al fin del milenio, la Santa Ciudad con todos sus santos descenderá a la tierra. Los impíos, levantados en la segunda resurrección, subirán sobre la anchura de la tierra con Satanás al frente y
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circundarán el campo de los santos y entonces Dios hará descender fuego del cielo y los devorará. En esta conflagración que destruirá a Satanás con todas sus huestes, la tierra misma será regenerada y purificada de los efectos de la maldición. Así será purificado el universo de Dios de la mancha corrupta del pecado. Apocalipsis 20; Zacarías 14:1-4; 2ª Pedro 3:7-10.
“22. Que el Señor hará nuevas todas las cosas. La tierra, restaurada a su primitiva belleza, vendrá a ser la morada eterna de los santos del Señor. La promesa que fue hecha a Abraham de que por medio de Cristo él y su simiente poseerían la tierra a través de las interminables edades de la eternidad, será cumplida. ‘Y que el reino, y el señorío, y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los señoríos le servirán y obedecerán’. Daniel 7:27. Cristo, el Señor, reinará supremo y toda criatura que esté en los cielos en la tierra y bajo de la tierra, y los que estén en los mares le rendirán ‘alabanza, y honor, y gloria, y poder’ a ‘Aquel que está sentado en el trono y al Cordero para siempre jamás’. Génesis 13:14-17; Romanos 4:13; Hebreos 11:6-16; Mateo 5:5; Isaías 35; Apocalipsis 21:1-7; 5:13; Daniel 7:27”. Anuario de la Denominación Adventista del Séptimo Día, Edición de 1947, páginas 4-6.
EN ADICIÓN a estos principios fundamentales de fe profesadas en común con los Adventistas del Séptimo Día, la Asociación Davidiana profesa:
1. Que el don profético en la Iglesia Adventista del Séptimo Día (por medio del cual vino a existencia la iglesia en 1844 y fue alimentada y conservada por siete décadas) dejó
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de manifestarse en 1915 y no fue vuelto a manifestarse sino hasta 1930; y que esta suspensión y su remanifestación son paralelas con la suspensión del don profético en el Antiguo Testamento y su remanifestación en el Nuevo.
2. Que la presente manifestación ocurrió a los 430 años de la profecía de Ezequiel 4 y que esta “adición” está anticipada en Primeros Escritos, página 277.
3. Que esta fue manifestada nuevamente en la obra final de la iglesia para efectuar el sellamiento de los 144.000 siervos de Dios (Testimonios para la Iglesia, Volumen 3, página 266, en inglés), y para dar poder y fuerza (en Primeros Escritos, página 277) al mensaje de los Tres Ángeles (Apocalipsis 14:6-11) a fin de que los 144.000 puedan llevar a cabo la obra final por todo el mundo, y juntar a sus hermanos de entre todas las naciones (Isaías 66:19, 20; Apocalipsis 18:4).
4. Que 1a destrucción de la cizaña de entre los primeros frutos vivientes (Mateo 13:30, 48, 49; Ezequiel 9:6, 7) resulta en la purificación de la iglesia.
5. Que inmediatamente que los ángeles suelten los cuatro vientos (Apocalipsis 7:1-3), el tiempo de angustia será manifestado y Miguel se levantará para libertar a Su pueblo, todos cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida del Cordero (Daniel 12:1).
6. Que al soltar los ángeles los cuatro vientos para que soplen en los cuatro ángulos de la tierra (Apocalipsis 7:1), esto no anticipa una guerra en todo el mundo sino más bien un decreto mundial impuesto en toda Babilonia por la imagen-bestia, y que entonces ninguno podrá comprar o vender, sólo los que adoren a
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“la imagen”. Apocalipsis 13:15-17.
7. Que subsiguientemente, el tiempo de la angustia de Jacob (Jeremías 30:7) para los 144.000, los hijos de Jacob, lógicamente se desarrolla en su camino de regreso a su hogar (Génesis 32:1, 24) en la tierra de sus padres (Ezequiel 36:28; 37:21, 25).
8. Que el evento de esta época precedente ocasionará el que sea cambiado el nombre de los 144.000 como fue cambiado el nombre de Jacob su padre (Génesis 32:28), y que todos como un solo cuerpo reciben un nuevo nombre que la boca del Señor nombrará (Isaías 62:2).
9. Que estos eventos finalmente culminarán en el establecimiento del Reino (Daniel 2:44; Isaías 2:1-4; Miqueas 4; Ezequiel 37), en donde los 144.000, los que siguen al Cordero “por donde quiera que va” (Apocalipsis 14:4) estarán con Él en el Monte de Sión (Apocalipsis 14:1), y allí “recibirán la fortaleza de las naciones” Isaías 60:5, 11.
10. Que con esta serie de eventos sobrevendrá el Grito Potente del ángel que ilumina la tierra con su gloria (Apocalipsis 18:1), cuando otra Voz clama, “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”. Apocalipsis 18: 4.
11. Que en respuesta de esta llamada, las naciones dirán: “Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”. Miqueas 4:2.
12. Que la Voz cesará de clamar hasta que hayan sido reunidos todos los santos de entre todas
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las naciones de la tierra. Y entonces “vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán”. Amos 8:11, 12.
13. Que entonces seguirá la desorganización de la confederación mundial de las naciones que formaron la imagen de la bestia (Apocalipsis 19:1-3) la clausura del juicio investigativo de los vivientes (Apocalipsis 15:5-8) el fin del tiempo de prueba (Apocalipsis 22:11), y el derramamiento de las siete últimas plagas sobre los impíos (Apocalipsis 16).
14. Que durante la séptima plaga, los ejércitos ordenados para la batalla de Armagedón pelearán y serán diseminados por los ejércitos del cielo (Testimonios para la Iglesia, Volumen 6, página 406, en inglés), y Jesucristo aparecerá en Su gloria, destruirá el resto de los impíos, resucitará a los justos muertos (1ª Tesalonicenses 4:15-16), e introducirá el milenio (Apocalipsis 20:5).
15. Que por un poco tiempo (Apocalipsis 20:3), cien años (Isaías 65:20), después del milenio, los malos vivirán otra vez y finalmente serán destruidos por medio del fuego (Apocalipsis 20:9), así que todas las cosas serán renovadas, y el plan original de Dios de un gozo celestial por toda una eternidad sin interrupción será cumplido (Apocalipsis 21:4).
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