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RESPONDEDOR
Este librito resuelve sus problemas
Para que todo aquel que tenga sed por la verdad pueda conseguirla, este
librito de preguntas y respuestas está enviado gratis, como servicio Cristiano.
Pídalo. Exige una sola cosa: la obligación del alma de examinarlo todo y de
retener lo bueno. Las únicas cuerdas que van con esta oferta gratis son los
lazos de carmesí del Calvario—las cuerdas que ligan.
Nombres y direcciones de Adventistas del Séptimo Día serán apreciados.
Impreso en los Estados Unidos.
Preguntas y Respuestas Sobre Temas de la Verdad Presente en el Interés de
los Hermanos y Lectores Adventistas
de La Vara del Pastor Por
V. T. Houteff
Este “escriba” instruido en el reino de los cielos, “saca ...cosas nuevas y
cosas viejas”. Mateo 13:52
Ahora “santificad al Señor Dios en vuestro corazón, y estad siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. 1 Pedro 3:15
CONTENIDO
El Respondedor
¿CUAL PROFECÍA CUMPLIDA, LA DE
JOSÍAS O DE JUAN?
Pregunta No. 77:
Puesto que su predicción de la caída del Imperio Otomano
en el 11 de agosto, 1840, fue cumplida notablemente, fue Josías Litch correcto
al reclamar que la profecía de Apocalipsis 9:5, 15–20, fue realizada
perfectamente?
Respuesta:
Aunque en la realización de la
predicción de Litch, hubo un elemento de coincidencia aparentemente
preternatural, el evento en consideración no podría haber sido el descrito en
la profecía de Juan, porque este último revela que los cuatro ángeles atados en
el Eúfrates habían de matar la tercera parte de los hombres. ¿Y dónde en las
Escrituras se representa cualquier nación gentil por ángeles? Además, el
imperio, otomano no cayó de ningún modo; en lugar de eso, se colocó “bajo el
control de las naciones cristianas”—Conflicto de los Siglos, p. 382. Además,
los ángeles tenían un ejército de 200, 000,000 de a caballo, mientras que
¡Turquía nunca tuvo esa cantidad de hombres de a caballo en toda su existencia!
Más aún, la profecía del Apocalipsis exige una “matanza [de] la tercera parte
de los hombres” (Apocalipsis. 9:15), mientras que en el cumplimiento de la
predicción de Litch, ninguna matanza se realizó. En vista de todos estos
hechos, es evidente de por sí que aunque la predicción de Litch pudiera
—5—
haberse cumplido, de ninguna
manera tenía que ver con la del Revelador.
El Conflicto de los Siglos
registra meramente que la predicción de Litch, no la de Juan, se cumplió. Así
que la predicción de Litch basándose erróneamente en el Apocalipsis fue una
coincidencia preternatural, no un cumplimiento de la profecía del Revelador.
¿LA GRAN TRIBULACIÓN Y EL TIEMPO
DE ANGUSTIA, SON LO MISMO?
Pregunta No. 78:
¿Cómo puede uno probar que la gran tribulación, cual no
la ha habido desde el principio del mundo . . . ni la habrá” (Mat. 24:21), no
es el tiempo de angustia cual nunca fue desde que hubo nación”? Dan. 12:1.
Respuesta:
Profetizando de “la gran
tribulación,” Cristo previno que sería un tiempo de persecución, dificultad, y
muerte para los santos, y que ellos deberían, por lo tanto, huir “a los montes”
para salvar sus vidas, de no ser así, “ninguna carne sería salva”. Mat. 24:16,
22. Pero Daniel predice que en el tiempo de angustia cual nunca fue, “Miguel se
levantará y librará a cada uno de los santos, así que no experimentarán la muerte.
Obviamente, por lo tanto, estos dos eventos ocurren en diferentes etapas. Cada
uno siendo
—6—
especial y único, el mayor de su
clase. De hecho, la profecía declara que no habrá otra tal tribulación “y que
no habrá ninguna otra tal angustia”.
(Véase El Respondedor, No. 2, Pregunta No. 47, para una explicación más
detallada de estos dos eventos.)
¿CUANDO LOS HOMBRES SE LLAMARON
POR EL NOMBRE DEL Señor?
Pregunta No. 79:
¿No invocó Abel el nombre del Señor cuando él ofreció su
sacrificio? (Gen. 4:4) Siendo así, ¿Por qué en Génesis 4:26 (el margen) dice
que después que Set nació, “entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre
de Jehová”?
Respuesta:
Aunque desde la muerte de Abel al
nacimiento de Set (Gen. 4:25) Caín fue el único hijo de Adán, con todo, ni él
ni su posteridad fueron seguidores de Dios; así que ellos eran “los hijos de
los hombres”. Pero Set y sus descendientes, quienes tenían el espíritu de Abel,
invocaron el nombre de Jehová y fueron “los hijos de Dios”. Gen. 6:2.
Por eso como hubo dos clases
diferentes de adoradores (la verdadera y la falsa) en contacto cercano la una
de la otra, llegó a ser necesario el darse títulos para poder hacer una
distinción entre los seguidores de los hombres y los seguidores de Dios. Los
descendientes de Set fueron los primeros en
—7—
“llamarse por el nombre del
Señor,” Igual como los Judíos quienes mucho tiempo después aceptaron a Cristo
fueron los primeros en llamarse Cristianos, mientras que los Judíos que
rechazaron a Cristo continuaron llamándose Judíos, así los descendientes de
Caín continuaron llamándose “los hijos de los hombres”.
De esta escritura llega la
evidencia que las prácticas religiosas descuidadas e ignorantes que vemos hoy,
con su espíritu perseguidor en contra de los que adoran a Dios precisamente
como él ha mandado, tuvieron su comienzo con Caín; también que de Abel sale la
influencia de obediencia, alcanzando hasta este día. Por consiguiente, hay
todavía en el mundo “los hijos de los hombres” igual que “los hijos de Dios,”
los seguidores de los hombres y los seguidores de Dios. Justo como la religión
de “los hijos de los hombres en aquellos días fue tal como su padre Caín la
practicaba,—no según el mandamiento de Dios, sino de acuerdo a su propia
elección,— así es la religión de los hijos de los hombres. Muchos todavía
adoran en la misma manera en que lo hicieron sus padres, no tomando las menores
molestias para saber por sí mismos la diferencia entre lo falso y lo verdadero,
sino que natural e irreflexivamente van precipi tándose hacia su destino, como
los puercos de los gadarenos se precipitaron por un despeñadero en la mar (Mat.
8:32; Mar. 5:13).
Pero a pesar del santo nombre que
los hijos de Set tomaron para sí mismos en aquellos días, muchos de ellos se
mezclaron con los
—8—
hijos de los hombres; es decir,
“viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron
para sí mujeres, escogiendo entre todas” Gen. 6:2. Esta mala práctica,
rápidamente acarreó la maldad de los hijos de los hombres a los hogares de los
hijos de Dios. “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la
tierra y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de
continuo solamente mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la
tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la
tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el
reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Y he aquí yo
traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que
haya espíritu de vida bajo el cielo; todo lo que hay en la tierra morirá”. Gen.
6: 5–7, 17
Mirando hacia nuestro propio día,
Jesús declaró: Porque como en los días del diluvio, estaban comiendo y
bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el
arca. Y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así
será también la venida del Hijo del hombre;” Mat. 24:38, 39 ¿No deberían por lo
tanto “los hijos de Dios” en estos días prestar aún más atención a estos
ejemplos y guardarse separados de las hijas de los hombres?
—9—
Estas lecciones enseñan que cada
individuo mismo, sin la influencia de otro, debería resolver saber y practicar
la verdad si quiere escapar a los tejidos invisibles del enemigo distribuidos
por el sendero de sus pies. El debería saber hoy lo propio de su caso, si el
quiere guardar su corona de vida eterna, su tesoro más precioso. Si él no lo
hace, la perderá.
¿NO ES LA REFORMA LA
PERFECCIÓN?
Pregunta No. 80:
La declaración en “El Código Simbólico,” julio, 1935,
vol. 1, No. 13, p. 9, dice que: “Si el individuo no se reforma al momento
cuando es convencido de la verdad, no lo hará más tarde,” me hace temer. Porque
si tal es el caso, entonces yo he hecho cosas para hacerme perder. ¿Qué
esperanza habrá para mí?
Respuesta:
El Código no quiere decir por la
palabra “reforma” que uno tiene que llegar a ser perfecto todo a la vez. La
perfección es alcanzada por medio de seguir en la verdad y de subir la escalera
de la perfección paso a paso. (Véase Testimonios, Tomo 1, p. 187. Un verdadero
cristiano nunca se atrasa, sino como un maíz perfecto del campo, se desarrolla
constantemente en la espiga, así también él se desarrolla en su esfera
cristiana como la luz le guíe. Por lo tanto si usted ha hecho un comienzo y
—10—
todavía está corriendo en la
carrera, no hay razón por la que usted debería perderse, “porque siete veces
cae el justo, y vuelve a levantarse” Prov. 24:16. “Hijitos míos estas cosas os
escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado abogado tenemos para
con el Padre, a Jesucristo el Justo”. 1 Juan 2:1
La clase que no se reforma, según
el Código, son los que no empiezan en la carrera cuando son convencidos de la
verdad avanzada, pero quienes como los Judíos en los días de Cristo o los
Laodicenses hoy día, dicen “somos ricos y aumentados en bienes y no tenemos
necesidad de ninguna cosa” (Apocalipsis. 3: 17) o quienes, como Felix, se
excusan diciendo: ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré”. Hechos
24:25 El hecho de que usted está luchando por vencer el pecado caminando en la
luz, es evidencia suficiente que usted no está perdido. Y si así continúa, será
salvo, de otro modo todos estamos perdidos.
Al enemigo le gustaría engañarnos
de una forma u otra, no le importa cual, y no deberíamos darle ninguna ocasión,
el consejo de Pablo es: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor
nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que
nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Heb.
12:1
—11—
¿SANTIFICADO EN UN MOMENTO, O DÍA
TRAS DÍA?
Pregunta No. 81:
¿Qué papel desempeñamos en el proceso de la
santificación, y cuándo es una persona santificada?
Respuesta:
“Deberíamos considerar las
palabras del apóstol Pablo, en las cuales él apela a sus hermanos por las
misericordias de Dios, a presentar sus cuerpos `en un sacrificio vivo, santo,
aceptable para Dios’ . . . la santificación no es meramente una teoría, una
emoción, o una forma de palabras, sino un principio vivo y activo, entrando en
la vida cotidiana. Exige que nuestros hábitos de beber, comer y vestirnos, sean
tales para conservación de nuestra salud mental y moral y que para que podamos
presentar al Señor nuestros cuerpos—no una ofrenda corrupta por malos hábitos,
sino— “un sacrificio vivo, santo, agradable para Dios. Rom.
12:1".—Consejos sobre la Salud, p. 67 (en inglés). “La verdadera
santificación viene por medio de la realización del principio del amor. “Dios
es amor” y el que mora en amor mora en Dios y Dios en el. “La vida del corazón
en que Cristo mora, revelará la piedad práctica. El carácter será purificado,
elevado, ennoblecido, glorificado. La pura doctrina se combinará con obras de
Justicia; preceptos celestiales se convertirán en prácticas santas.
—12—
“La santificación . . . No se
logra con un vuelo feliz de sentimientos, sino es el resultado de morir
constantemente al pecado, y vivir constantemente para Cristo, los malos actos
no pueden corregirse, ni reformas efectuadas en el carácter por esfuerzos
débiles e intermitentes. Sólo es por un esfuerzo largo y perseverante, la ruda
disciplina, y conflicto severo que venceremos. No sabemos un día, cuán fuerte
será nuestro conflicto otro día. Mientras Satanás reine, tendremos al yo para
subyugar, y pecados habituales para vencer. Mientras que dura la vida no habrá
lugar donde pararse, ningún punto que podamos alcanzar y decir, lo he logrado
plena mente. La santificación es el resultado a la obediencia de toda la
vida”.—Hechos de los Apóstoles, p. 560 en inglés.
“Día tras día, hora tras hora,
una obra vigorosa de abnegación propia y de consagración tiene que llevarse a
cabo adentro. Luego las obras darán testimonio de que Jesús está viviendo en el
corazón por la fe. La santificación no cierra las avenidas del alma al
conocimiento, sino expande la mente y la inspira a buscar la verdad como tesoro
escondido”.—Consejos para Maestros, p. 449. inglés.
“No hay santificación bíblica
para los que echan una parte de la verdad tras de ellos”. (Testimonio, Tomo 1, p.
338), porque “esta obra no puede progresar en el corazón mientras que la luz
sobre cualquier parte de la verdad es rechazada o descuidada. El alma
santificada no se contenta con quedar en la ignorancia, sino que deseará
caminar en la luz y buscar
—13—
más luz. Como el minero busca oro
y plata, así el seguidor de Cristo buscará la verdad como tesoros escondidos, y
se apresura de luz a mayor luz, siempre aumentando en conocimiento. El crecerá
continuamente en gracia y en el conocimiento de la verdad.—Review and Herald,
17 de junio , 1890.
“Muchos . . . no ejemplifican la
verdad en sus vidas. Tienen ejercicios especiales sobre la santificación y con
todo echan la palabra de Dios de tras de ellos, oran santificación, y gritan
santificación . . . la Verdad Presente que es el canal no es considerada, sino
hollada bajo los pies. Los hombres pueden clamar ¡Santidad! ¡santidad!
¡santificación!,¡santificación!, ¡consagración! ¡consagración! y con todo no
conocer más de ella por experiencia, que el pecador con sus malas propensiones.
Dios pronto quitará este vestido falso de la profesa santificación que algunos
que son de mente carnal llevan para esconder la deformidad del
alma.”—Testimonios, Tomo I p. 338, 336.
“El profeta Daniel fue un ejemplo
de la verdadera santificación. Llenó su larga vida de notable servicio que
rindió a su Maestro. Era un hombre ‘muy amado’ en el cielo. Sin embargo, en
lugar de jactarse de su pureza y santidad, este profeta tan honrado por Dios,
se identificó con los mayores pecadores de Israel, cuando intercedió cerca de
Dios en favor de su pueblo:
—14—
‘no derramamos nuestros ruegos
ante tu rostro a causa de nuestra justicia, sino a causa de tus grandes
compasiones.’ ‘Hemos pecado, hemos obrado impíamente.’ El declara, ‘Yo estaba
hablando, orando y confesando mi pecado, y el pecado de mi pueblo.’ Y cuando
más tarde el Hijo de Dios apareció para instruirle, Daniel dijo, ‘Mi lozanía se
me demudó en palidez de muerte, y no retuve fuerza alguna.’
“Cuando Job oyó la voz del Señor
de entre el torbellino, exclamó, ‘Me aborrezco, y me arre piento en el polvo y
en la ceniza’”. Fue cuando Isaías contempló la gloria del Señor, y oyó a los
querubines que clamaban: “Santo, Santo, Santo es Jehová de los ejércitos”, que
dijo abrumado: ‘¡Ay de mí, pues soy perdido!’ Después de haber sido arrebatado
hasta el tercer cielo y haber oído cosas que no le es dado al hombre expresar,
Pablo habló de sí mismo como el “más pequeño de todos los santos”— Conflicto de
los Siglos, p. 524.
La santificación de Pablo fue un
conflicto constante consigo mismo. El dijo: “yo muero diariamente”, su voluntad
y sus deseos estaban en pugna cada día. En lugar de seguir la inclinación el
hizo la voluntad de Dios, no importaba cuán doloroso fuera para su propia
naturaleza. “Dios conduce a su pueblo paso a paso. La vida cristiana es una
batalla y una marcha. En esta guerra no hay descanso, el esfuerzo tiene que ser
continuo y perseverante.
—15--
“Es por esfuerzos incansables que
mantenemos la victoria sobre las tentaciones de Satanás. La inte gridad
cristiana tiene que buscarse con energía irresistible, y mantenida con una
firmeza de propó sito resuelta.
“Ninguno será llevado hacia
arriba sin esfuerzo severo y perseverante por su propia cuenta. Todos tienen
que involucrarse en esta guerra por sí mismos . . . la lucha por la conquista
sobre el yo, por la santidad y el cielo, es una lucha de toda la vida. Sin el
esfuerzo continuo y actividad constante, no puede haber avance en la vida
divina, ningún logro de la corona del vencedor ”—Testimonios, Tomo 8, p. 313.
“Esto es la voluntad de Dios
concerniente a los seres humanos: aún su santificación. Al esfor zarnos en el
camino hacia arriba, hacia el cielo, cada facultad tiene que guardarse en la
condición más sana, preparada para hacer servicio. Los poderes que Dios ha dado
al hombre tienen que estirarse . . . el hombre no puede hacer esto de sí mismo,
tiene que conseguir la ayuda divina. ¿Qué parte, el agente humano tiene que
hacer?—`Por tanto amados míos, como siempre habéis obede cido, no como en mi
presencia solamente, sino mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra
salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el
querer como el hacer por su buena voluntad’ Fil. 2:12, 13"— Testimonios,
Tomo 8, p. 64.
Finalmente la realización del
principio de la verdadera santificación en el corazón cristiano es ilustrada de
una forma incomparable, en la parábola de Cristo de la semilla que crece:
“Primero hierba, luego
—16—
espiga, después grano lleno en la
espiga”. Mar. 4:28.
Así de gracia en gracia trepa la
escalera a la verdadera santificación, que es el proceso dinámico de generación
progresiva por el impartimiento continuo de la justicia de Cristo, “por el
poder del espíritu de Dios que mora adentro” (Conflicto de los Siglos, p. 469
[inglés]); “Pues impartimiento del espíritu es impartimiento de la vida de
Cristo” Obreros Evangélicos, p. 302)—la santificación completa.
Comparándola, “la justicia por la
cual somos santificados” la primera fase de la santificación es imputada. La
justicia por la cual somos santificados [segunda fase] es impartida, la primera
es nuestro título al cielo, la segunda es nuestra idoneidad para el The Review
and Herald, 4 de junio, 1895 (En Cristo nuestra justicia, p. 98 [inglés]).
“La germinación de la semilla
representa el comienzo de la vida espiritual, y el desarrollo de la planta es
una bella figura del crecimiento cristiano. Como en la naturaleza, así también
en la gracia, no puede haber vida sin crecimiento. La planta debe crecer o
morir, así como su crecimiento es silencioso e imperceptible, pero continuo,
así es el desarrollo de la vida cristiana. En cada desarrollo, nuestra vida
puede ser perfecta; pero si se cumple el propósito de Dios para con nosotros
habrá un avance continuo. La santificación es la obra de la vida. Con la
multiplicación
—17—
de nuestras oportunidades,
aumentará nuestra experiencia y se acrecentará nuestro conocimiento. Llegaremos
a ser fuertes para llevar responsabi lidades, y nuestra madurez estará en
relación con nuestros privilegios”.—Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 65
[inglés].
“Esto es la santificación
bíblica. No es mera mente una ostentación o una obra exterior, es la
santificación recibida por el canal de la verdad. Es la verdad recibida en el
corazón, y llevada a cabo prácticamente”.—Testimonios, Tomo I, p. 339.
Cristo oró por sus discípulos en
estas palabras: “Santifícalos en tu palabra, tu palabra es verdad” No hay
santificación genuina, excepto por la obediencia a la verdad”.—The Sanctified
Life, p. 49.
Pregunta No. 82:
Explique por favor la siguiente declaración de “La Vara
del Pastor,” Vol. 1, p. 153; “Ahora a su pueblo El da un año para cumplir”.
Respuesta:
La siguiente declaración
significa que Dios limitó a los líderes de Laodicea a un año en el cual aceptar
el mensaje del sellamiento y llevarlo a sus iglesias respectivas. Cuando
fracasaron en hacer esto, por el fin de este período limitado de gracia él los
rechazó como sus siervos. Y ahora, si cualquiera de ellos acepta el mensaje
adicional
—18—
(Testimonios para Ministros, p.
106; Obreros Evangélicos, p. 304 [inglés]), y desea llevarlo a los laicos sólo
puede hacer esto bajo la dirección del mensaje presente—La”reorganización”
mencionada en Cristo Nuestra Justicia, Edición 1941, p. 121 [inglés].
Pregunta No. 83:
Por favor explique el significado de la “vara” como se
usa en Ezequiel 21:8—15?
Respuesta:
Llamando a Israel la “vara” de su
hijo (Sal. 74:2; 110:2) Dios muestra que ellos fueron su Vara para castigar a
los paganos, igual que Asiria fue su Vara para castigar a Israel (Isa. 10:5).
Así que la Vara es un símbolo de poder o gobierno, también un instrumento de
castigo.
Pregunta No. 84:
¿Quiere decir la Biblia: cuchillos, escopetas o bayonetas
cuando habla de “la espada del Señor” en los últimos días?
Respuesta:
El término “espada” como se usa
en las escrituras, significa guerra, derramamiento de sangre y venganza. La
espada de Dios es cualquier instrumento que El usa para ejecutar juicio, no
necesariamente una arma de acero. ha menudo ha sido
—19—
la pestilencia, fuego, hambre,
terremotos y otra multitud de fuerzas elementales, aún los impíos, como el
clamor de David muestra: “levántate oh Jehová sal a su encuentro, póstrales;
libra mi alma de los malos con tu espada”. Salmos 17:13
¿SON, “SIÓN” Y “JERUSALÉN” LO MISMO?
Pregunta No. 85:
Por favor explique la diferencia entre los términos
“Sión” y “Jerusalén” de Isaías 52:1 y de Apocalipsis 14:1.
Respuesta:
“Sión y “Jerusalén” de Isa. 52:1
tienen que representar gente, porque sería ridículo decir a un cerro y a una
ciudad: despierta, despierta, vístete de tu fuerza, vístete de tus vestidos
hermosos”.
Sobre la colina exaltada de Sión
antiguo, se ubicaba el palacio del rey, y “habitaron los jefes del pueblo en
Jerusalén; más el resto del pueblo echó suertes para traer uno de cada diez
para que morase en Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las
otras ciudades” Nehemías 11:1. Así la familia real moraba en Monte Sión, y los
jefes menores y otros gobernantes representantes vivían en Jerusalén.
La llamada: “Despierta,
despierta, vístete de tu fuerza, vístete de tus vestidos hermosos”, se aplica a
la iglesia de Laodicea, la última de las siete
—20—
iglesias, la cual termina el
período del “trigo” y “cizaña” mezclados, porque después que ella se vista de
sus ropas hermosas; los impíos ya no más van a entrar en ella”. Los que se
despertarán a la llamada animada, se vestirán de su fortaleza separándose de
los impíos, vistiéndose sus ropas hermosas volviéndose a la justicia, son los
que en “los últimos días compondrán Sión y Jerusalén —los príncipes y
gobernadores en la Iglesia o Reino restaurado”.
Luego “Revestida de la armadura
de la Justicia de Cristo, la Iglesia entrará en su conflicto final”, hermosa
como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos en orden, ha de
salir ante todo el mundo vencedora y para vencer”.— Profetas y Reyes, p. 535.
Por eso “sólo a los que han resistido a la tentación, en la fortaleza del Omnipotente les será permitido participar en proclamarlo”, [El mensaje del tercer ángel] cuando se haya henchido hasta ser el Fuerte Clamor”.— Review and Herald, 19 de nov. 1908.
Ahora en cuanto al significado de
los dos términos, Sión y Jerusalén, como se usan en Apocalipsis 20:1, la
segunda referencia en la pregunta, el Revelador explica que los 144,000 de las
doce tribus de Israel son los que componen Sión. Aquí están sus palabras: “Y
miré, y he aquí, el Cordero estaba sobre el monte de Sión,
—21—
y con el ciento cuarenta y cuatro
mil que tenían el Nombre de su Padre escrito en sus frentes”. Apoc. 14:1.
Siendo estos las primicias (Apoc.
14:4), muestra además que son los primeros en la cosecha “el fin del siglo”.
Mateo 13:39. Obviamente, entonces los que son vistos después de ellos “la
grande muchedumbre . . . de todas las naciones,” (Apoc. 7:9), son solamente los
de la segunda cosecha, algunos de quienes morarán en Jerusalén.
Así que en este tiempo de la
cosecha, ocurrirá que: “. . . el monte de la casa del Señor [Monte Sión] será
establecido en la cabeza de las montañas, y será exaltado por encima de las
colinas; y todas las naciones fluirán a él”. Isa. 2:2.
¿LOS HA PISOTEADO EL, O
LOS PISOTEARÁ?
Pregunta No. 86:
Por medio de Isaías (capítulo 63, verso 3) Cristo declaró
de si mismo: “Pisado he yo sólo el lagar, y de los pueblos nadie fue conmigo:
pasillos con mi ira, hollélos con mi furor, y su sangre salpicó mis vestidos, y
ensucié todas mis ropas”. ¿Esta escritura se aplica a la obra de Cristo en el
tiempo de su segunda venida?
La respuesta:
La primera parte del verso se
aplica a la primera venida de Cristo. Y la última parte al
—22—
tiempo de la purificación de la
Iglesia. De este modo Cristo, por uso de lenguaje profético, parece estar
mirando atrás al tiempo de sus sufrimientos cuando estaba en la cruz,
recalcando el hecho que no hubo nadie con él, y que por lo tanto, por ilación,
los que no tenían parte en su agonía no tienen ningún derecho de enseñorearse
sobre los que El ha libertado; y que los que siguen manteniendo a su pueblo en
esclavitud y en ignorancia de su verdad, él los pisoteará en su furia y los
pisoteará en su ira, y esparcirá su sangre sobre sus ropas, así manchando toda
su vestimenta, y liberando a su pueblo.
¿BAUTIZADO PARA LA REMISIÓN DE
LOS PECADOS, O PARA PROGRESAR CON LA VERDAD?
Pregunta No. 87
Puesto que fuimos recibidos en la Iglesia Adventista del
Séptimo Día como miembros basados en nuestro bautismo anterior en la Iglesia
bautista, ¿será necesario ahora bautizarnos de nuevo?
Respuesta:
Las Santas escrituras enseñan una
necesidad de un sólo bautismo, (Efesios 4:5) y como usted fue bautizado por
inmersión en la Iglesia Bautista y más tarde se unió con la iglesia Adventista
del Séptimo Día por ninguna otra razón sino para caminar en la luz más
brillante de su palabra, usted no tiene necesidad de rebautizarse. Y si usted
ha sido fiel a sus votos cristianos
—23—
también en la Iglesia Adventista
del Séptimo Día, entonces usted no tendrá necesidad de otro bautismo ahora.
Supongamos que usted haya sido bautizado por el apóstol Pablo y recibido en la
membresía en la Iglesia y viviendo en el tiempo actual todo el tiempo caminando
en la luz avanzando hacia el Señor, usted habría seguido por todos los 7
movimientos sucesivos de la reforma —los 7 períodos de la Iglesia. En el
período protestante usted habría sido Luterano primero y Davidiano último.
Siguiendo así fielmente la luz de la verdad, no es bíblico ni lógico que Dios
hubiera exigido que se volviera a bautizar cada vez que se tomara un paso hacia
adelante.
¿QUIEN ES EL REY DE LA OBRA DEL
CENTRO DEL MONTE CARMELO —DIOS O EL HOMBRE?
Pregunta No. 88
La mayoría de nosotros tuvimos una lucha para desatarnos
de las ligaduras puestas sobre nosotros por el liderazgo actual de la Iglesia y
parece no más que razonable que tengamos la certidumbre que el Señor está
dirigiendo en todos los movimientos del Monte Carmelo. ¿Podremos saber
exactamente cuál parte de la obra del Monte Carmelo está bajo la dirección del
Señor?
Respuesta:
Pensando cuidadosamente sobre
este asunto sólo puede rematar en la realización que como Dios ha prometido
tomar las riendas en sus propias manos, entonces es exactamente lo que El
—24—
necesariamente está haciendo. Por
eso toda la confusión y perplejidad con las preguntas, la crítica y las dudas
sobre la obra son irrazonables, inexcusables, y dañinas.
“Satanás,” dice el Espíritu de
Profecía, “es hábil para sugerir dudas e idear objeciones al testimonio directo
que Dios envía, y muchos piensan que es una virtud, un indicio de inteligencia
en ellos el ser incrédulos y presentar dudas. Los que desean dudar tendrán
abundante ocasión para ello. Dios no se propone evitarnos toda oportunidad de
ser incrédulos. El da evidencias que deben ser investigadas cuidadosamente con
mente humilde y espíritu susceptible de ser enseñado, y todos deben decidir por
el peso de la evidencia”.—Testimonios, Tomo 2, p. 290. Además, ningún hombre
puede juzgar la obra por su propia sabiduría, o por la sabiduría de otros seres
humanos, pues dice el Espíritu de verdad: “Los obreros se sorprenderán por los
medios sencillos que utilizará para realizar y perfeccionar su obra en
justicia. . . . Permítanme decirles que el Señor obrará en esta última obra,
muy diferente del orden común de las cosas, y de una forma que será contraria a
los planes de cualquier ser humano”.—Testimonios para los Ministros, p. 300.
“No conviene que usted sea acobardado por las apariencias exteriores. Por
difícil
—25—
que sea,” conviene que usted
lleve adelante la obra que el Señor ha dicho que se debe llevar”.— Testimonios,
Tomo 9, p. 141.
Si cada uno hace bien su parte en
la obra que le es dada hacer, verá pronto que no tiene ni necesidad ni
capacidad para cuidar de los deberes del Señor, ni de los deberes dados, y lo
único correcto, será aceptar valientemente este alto desafío a Josué: 11, si
anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás
mi casa, también tú guardarás mis atrios, y entre estos que aquí están te daré
lugar”. Zac. 3:7. A los creyentes en la Verdad Presente, una de las evidencias
más ciertas, que el Señor está dirigiendo en la obra del Monte Carmelo, es que
no importa la oposición incesante, la falta de obreros, y muchas otras
dificultades, la obra sigue constantemente adelante con un poder irresistible.
Es verdaderamente como la semilla de mostaza.
A pesar de su comienzo humilde e
insignificante, la crítica y la oposición en contra de ella, y los obstáculos
inútiles e impedimentos que haya tenido que superar, está despertando a multitudes
por toda Laodicea. Ha lanzado el barco de la reforma, y mientras que muchos
— 26 —
han entrado en ello, otros están
rápidamente acercándose a la decisión para buscar la seguridad que ofrece.
Ellos están estudiando de nuevo la Biblia en la luz divina de La Vara del
Pastor. El Mensaje de los Tres Ángeles ha llegado a ser para ellos claro y
dulce como una fuente de la montaña. Y los que nunca tenían y aún nunca creían
en las escrituras del Espíritu de Profecía, están ahora comprando todos los
volúmenes.
Cierto, ninguno puede con
reflexión decir que tal es la obra del enemigo, pues sería dar crédito a
Satanás como el autor de la Biblia. Si la Biblia es del Señor, el mensaje de la
Vara no puede ser del diablo, porque es la Biblia revelada. Nunca sin el poder
de Dios podría haber leudado a la denominación entera, porque el Todopoderoso
declara: “Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; guardaréla de noche y de
día, porque nadie la visite. No hay en mi enojo, ¿Quién pondrá contra mí en
batalla espinas y cardos? Yo los hollaré, quemarélos juntamente”. Isa. 27: 3,
4.
Los que solamente profesan creer,
están aquí advertidos que el Señor sabe su obra, y que no ha dejado a sus
obreros en tinieblas concerniente a eso. El expone sus secretos, el dice: “Y
tú, hijo del hombre, los hijos de tú pueblo se mofan de Ti junto a las paredes
y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro cada uno con su
hermano, diciendo:
—27—
`venid ahora y oíd qué palabra
sale de Jehová.’ Y vendrán a Ti como viene el pueblo, y estarán delante de Ti
como mí pueblo, y oirán tus palabras y no las pondrán por obra, antes hacen
halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y he
aquí que tu eres a ellos como cantor de amores, gracioso de voz, y que canta bien.
Oirán tus palabras, más no las pondrán por obra. Empero cuando ello viniere (he
aquí viene) sabrán que hubo profeta entre ellos”. Ezeq. 33:30—33.
¿ES DEMASIADO TARDE ENTRAR EN LA
RED?
Pregunta No. 89:
Hay entre nosotros uno que está enseñando que si la red
fue jalada la ribera (Mateo 13: 47,48) en 1930), entonces los que no estaban en
ella en ese tiempo (es decir los que no fueron miembros de la Iglesia
Adventista del Séptimo día) no pueden esperar ser parte de las pri micias. ¿Si
esto es verdad entonces porque intentar entrar ahora, en lugar de esperar el
tiempo para los segundos frutos? O si uno ya está en el mensaje, ¿Por qué
continuar esfor zándose para vivir al tanto de ello, si sus esfuerzos son
destinados a fracasar, siendo que perdió la fecha?
Respuesta:
El acto parabólico de jalar la
red a la ribera (El Señor momentáneamente interrumpiendo Su obra), no impide en
el sentido
—28—
literal a ninguno de entrar en
ella si se esfuerza debidamente, pues aunque como pescado no puede en realidad
nadar en una red después que sea jalada a la rivera, con todo, como pueblo, uno
puede en realidad entrar a la Iglesia hasta el fin de la Gracia.
De cierto, si un buen pescado
logra entrar en una red mientras que está jalándose a la ribera, los pescadores
no lo arrojarán fuera sencillamente porque la red no lo atrapara. Más bien
serán considerados más preciosos a causa de su propio esfuerzo por entrar en
ella, sin que el pescador tuviere que ir a atraparlos con la red. Si uno no
puede ver la posibilidad de sí mismo como pescado entrando en la red, el puede
fácilmente verse como oveja entrando en el redil.
Claramente, entonces la idea de
una fecha de expiración es un concepto falso, que sólo puede desanimar el
progreso del Cristiano causando que algunos ya en el mensaje, razonan de tal
forma para salirse a causa de la futilidad de quedar dentro, y justificando a
otros en no hacer el esfuerzo necesario para entrar en la red de salvación
cuando la oportunidad se presenta. En verdad hasta los obliga a pasar por alto
su oportunidad presente y buscar y esperar otra que nunca vendrá.
¡Dice el Espíritu de Dios: Si
oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones. Heb. 4:7.
—29—
¿QUE HACER CUANDO UNO ES
DESFRATERNIZADO?
Pregunta No. 90
¿Deberíamos nosotros, quienes han sido desfraternizados
seguir asistiendo a los servicios de la iglesia? Y si tal debe ser el caso, y
si se nos presenta una oportunidad para decir una pala bra tocante a la Verdad
Presente, deberíamos hacerlo? Pero si nos piden que no digamos nada que se
relacione con la Verdad Presente— ¿deberíamos acatar y quedar silenciosos para
siempre? ¿Y qué haremos si no nos permiten participar en el servicio de la
santa cena?
Respuesta:
Nuestra relación con la iglesia
es la misma como fue la de Juan el Bautista, Jesucristo, y los apóstoles.
Tenemos un mensaje que proclamar a la iglesia, y aunque los oficiales de la
iglesia nos digan que salgamos, como el Sanedrín mandó a los apóstoles fuera
del templo, de una forma cristiana, tenemos que rehusar salir y debemos
continuar regresando a la iglesia. Porque si salimos y nos alejamos y llegamos
a ser extranjeros, ¿Cómo entonces podemos proclamar el mensaje a nuestro
pueblo? Todos tienen que darse cuenta, sin embargo, que mal? conviene mal a un
cristiano causar cualquier disturbio a cualquier tiempo, especialmente durante
los servicios de la iglesia. Tampoco es posible para cualquiera de nosotros por
tales métodos, presentar el mensaje a aquellos, o convencerles que estamos
hablando “la palabra de vida,” pero dando un testimonio silencioso,
—30—
reverentemente, y decorosamente
en la iglesia y fuera de la iglesia, no daremos provocación para nada, sino
acusaciones falsas. En la Escuela Sabática es perfectamente justo y permisible
contestar preguntas que surgen en conexión con la lección. Por esto no nos
pueden acusar justamente de causar disturbios, porque de ninguna forma es una
violación del propósito constituido en las reglas de la escuela sabática. Pero
si alguno de ellos nos pidiera específicamente que no contestemos preguntas, entonces
deberíamos refrenarnos de hacerlo, en lugar de causar contención y desagrado.
Es malo crear controversia o
disputa sobre cualquier punto que pueda surgir. Nada sino mal, puede resultar a
la Verdad Presente un tal proceder. ¡Que su comportamiento gane la confianza de
la gente! Dos de las principales razones para no alejarse o no quedar fuera de
la Escuela Sabática y los servicios de la iglesia son: (1) que estaríamos
despojándonos de los privilegios del culto público en la iglesia que ayudamos a
construir, (2) que ausentándonos de los servicios llegaríamos a ser extranjeros
a nuestros hermanos, y tendríamos que llegar a familiarizarnos de nuevo con
ellos, si jamás tuviéramos que dar el mensaje a ellos. (3) pero continuando, no
obstante, a ir a la iglesia, vamos a tener, después que la congregación se
despida, oportunidades para hablar con los hermanos en el interés del mensaje,
instándoles a investigar por sí mismos, o que asistan a nuestros estudios, o
que lean las publicaciones
—31—
de la Verdad Presente. También
hay siempre una oportunidad para conseguir uno o más nuevos nombres y
direcciones para enviar a nuestra lista de correos. Así que si voluntariamente
nos quedamos fuera de los servicios de la iglesia, nos colocamos en una
posición para ser acusados de ser separatistas del cuerpo, y a la misma vez
perder la oportunidad de llegar en contacto con la congregación.
Más aún, si en esta manera nos
separamos, luego en el cumplimiento de Ezequiel 9, cuando los que no tengan la
marca “sean quitados”, no tendríamos el mismo derecho a reclamar una heredad en
la denominación.
En cuanto a nuestra participación
en el servicio de la santa cena de la Denominación, creemos por cuanto que la
iglesia celebra esta ordenanza regularmente, deberíamos participar en cuanto
sea posible. Porque si voluntariamente nos ausentamos de ello, les daríamos una
impresión incorrecta. Si la iglesia rehúsa servirnos o permitir que sirvamos a
otros en la ordenanza de humildad, no hay nada que podamos hacer sino esperar
hasta que el servicio sea terminado. Y si nos pasan por alto cuando pasan con
el pan y el vino no deberíamos murmurar o decir nada, sino con paciencia
aguantar el desprecio. Humillándonos, de esta forma las personas honestas en la
congregación verán la actitud no cristiana de ellos, y también la insensatez de
los oficiales de la iglesia.
—32—
Y ellos van a empezar a
despertarse y comprender la situación. Aunque, en contra de nuestra voluntad,
podamos ser excluidos de participar en las ordenanzas, sin embargo tendremos nuestros
nombres en el libro de la vida, y como el ladrón bautizado en la cruz,
entraremos al paraíso por haber hecho lo mejor. Por lo tanto, seamos fieles en
asistir a los servicios de la iglesia y en nuestro comportamiento, “no sea que
permaneciendo aun la promesa de entrar en su reposo alguno de vosotros parezca
no haberla alcanzado” Hebreos 4:1.
¿CUAL ES LA DIFERENCIA ENTRE
“VENIDO Y VINIENDO?
Pregunta No. 91.
“En La Vara del Pastor”, Tomo 1, p. 20, se hace el punto
que Juan vio el ángel de Apocalipsis 18, no viniendo, no en vuelo bajando, sino
“venido” es decir ya llegado. Pero en Inglés ordinario, ‘venido’ en este
contexto significa descender o descendido y la hermana White dice: “Y mientras
descendía”. ¿Cómo, por lo tanto, puede “La Vara” poner debido énfasis sobre el
pensamiento que Juan lo vio ya “venido”—ya llegado?
Respuesta:
Cuando algo de alta velocidad,
tal como una bala, o un destello de relámpago está viniendo, su velocidad de
viaje no da tiempo al observador para ver la continuación de su progreso,—su
“venir”; él sólo puede verlo cuando ha llegado final mente—”venido”. Así el
hecho de que el ángel
—33—
de Apocalipsis 18:1 se ve, no
“viniendo” (como es el ángel de Apocalipsis 20:2), sino “venido” significa que
el llega súbitamente—como el ángel de Daniel 9:20, 21. Pero en contraste,
fijándose en el acercamiento de un objeto tal como el sol, un observador puede
ver constantemente la continuidad del ascenso. De acuerdo a esto La Vara
observa que al ángel de Apocalipsis 7:2, se le vio mientras estaba lejos, “Que
subía de donde salía el sol, porque el subía lentamente como el sol; mientras
que el ángel de Apocalipsis 18:1 fue visto súbitamente “venido”. Porque al
momento terrífico de su vuelo hacia abajo no permitió suficiente tiempo para
que el ojo humano le viera “viniendo”. Esta contradistinción entre la velocidad
de los dos ángeles a causa del significado diferente de cada uno, es el punto
de énfasis.
¿SI EN ESE ENTONCES CADA PARTE
FUE UNA MITAD, ¿COMO SERÁ AHORA?
Pregunta No. 92.
La Vara del Pastor, Tomo 1, p. 30 hace la declaración que
la denominación Adventista del Séptimo Día alcanzó el número de membresía de
300,000 al tiempo cuando el libro fue escrito, este hecho sugiriendo que como
la mitad, 144,000, son las 5 vírgenes prudentes, y la otra mitad son las 5
vírgenes fatuas, ¿Pero cómo puede ser esto ahora, cuando hoy día la
denominación tiene un número de miembros de más de 500,000?
Respuesta:
Escribiendo en 1930 la Vara
estaba hablando
—34—
necesariamente en términos, no de
la membresía de hoy (que se desconocía en ese tiempo), sino de la membresía
establecida en ese tiempo. Y aunque el número en ese tiempo se sugería
naturalmente como la mitad de miembros (2 clases, buenos y malos —vírgenes
prudentes y vírgenes fatuas), puesto que sólo hay 144,000 Israelitas para ser
sellados, el número de los no sellados habría aun entonces superado el número
de los sellados.
En el análisis final, sin
embargo, no es el propósito de la Vara ni su intención, decir cuantos sean
prudentes y cuantos sean fatuos, en esta cosecha de las primicias, porque
cuando se llegue a conocer la entera verdad, la figura de las “5 vírgenes
prudentes, además de abarcar 144,000 de las tribus de Israel, pueda ser que
abarque a un número considerable de las naciones gentiles”.
¿SUPERA LA MEMBRESIA EL
CONOCIMIENTO DE LA VERDAD?
Pregunta No. 93
¿Aunque yo no soy miembro de la iglesia Adventista del
Séptimo Día, con todo, puesto que tengo la luz sobre Ezequiel 9, y sobre la
verdad de los 144,000, caeré yo en la matanza de los impíos si yo no acepto
plenamente la luz, ni vivo al tanto de ella? Y por otra parte, ¿podría yo estar
en la posición de gozar de los privilegios de los 144,000 y ser uno de ellos si
yo obedezco toda la luz de este mensaje?
--35--
Respuesta:
Aunque usted no es miembro de la
iglesia, todavía tendrá que dar cuenta por la luz que tiene sobre el tema,
porque nadie encuentra la verdad accidentalmente, o la comprende sin la ayuda
del Espíritu Santo. Por la misma ley de contabilidad o de responsabilidad
sagrada, aunque usted pueda haber venido en el mensaje sólo recién, usted puede
ser elegible para la elección de los 144,000, si vive al paso del mensaje que
ha de purificar y sellarlos. Si con seguridad, sin embargo, ser uno de ellos no
sabemos, pero si usted es fiel al mensaje, por lo menos será uno con ellos.
¡AHORA YO CREO! ¿PERO SOY YO
ELEGIBLE PARA MEMBRESÍA!
Pregunta No. 94.
Si uno ha leído “La Vara del Pastor” y ha aprendido y
cree lo que el mensaje enseña, ¿le aconsejaría primero a unirse con la
denominación Adventista del Séptimo día?
Respuesta:
Si uno ha aceptado sin reserva la
verdad completa, su privilegio y deber es ser bautizado en la iglesia. Pero
habiendo estudiado el mensaje del tercer ángel por la agencia de la Vara, a la
cual el ministerio Adventista del Séptimo Día se opone, por consiguiente puede
ser que le nieguen bautismo y membresía por ello. Sin embargo, si ha hecho todo
lo que pudiera para recibir
—36—
bautismo y unirse con la iglesia
y rehúsan tener compañerismo con él, luego su deber será arreglarse con el
centro del Monte Carmelo para bautismo y membresía.
Es tener su nombre en uno en los
libros, no meramente de la iglesia, sino del cielo, lo que es la seguridad
áurea de salvación. Y es la aceptación del mensaje de la hora, y un esfuerzo
conmensurado para obedecer fielmente sus enseñanzas, lo que gana la membresía
del Santo en su certificado de membresía en el cielo.
Mientras que uno da testimonio en
favor de la Verdad Presente, sus enemigos en la denominación se opondrán a él,
para desfraternizarle si ya tiene membresía allí, pero tal pérdida no debería
desanimarle. Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando
os aparten de si, y os vituperen y desechen vuestro nombre como malo, por causa
del Hijo del hombre” Lucas 6:20—22, “Oíd palabra de Jehová, vosotros los que
tembláis a su palabra; vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan fuera por
causa de mi nombre dijeron: Jehová sea glorificado, pero el se mostrará para
alegría vuestra, y ellos serán confundidos”. Isaías 66:5
¿QUE EN CUANTO A PEDRO Y
LAS LLAVES?
Pregunta No. 95.
Favor de explicar Mateo 16:15—19. ¿Por qué Cristo dio las
llaves a Pedro? ¿Porque no a otro, ni a todos?
—37—
Respuesta:
Pedro fue el único que dio la
respuesta a la pregunta, ¿pero quien decís vosotros que yo soy? “por lo tanto a
Pedro y a ningún otro, Jesús dijo, “A ti te daré las llaves del reino del
cielo, habiéndole primero asegurado que “carne y sangre no lo habían revelado a
él, sino su Padre que está en el cielo”.
Cuando Dios hace que un hombre comprenda
algo que esta más allá del conocimiento finito, la Biblia llama esto la
Inspiración. Así Jesús declaró a Pedro Inspirado. Esta Inspiración y el
testimonio de Jesús, por lo tanto, fueron las llaves al tema central de la
salvación del hombre —el conocimiento del Hijo de Dios. Esto es la verdad, el
evangelio que había de proclamarse. Fue la Verdad Presente —un mensaje
Inspirado directamente de Dios. Así posesionando una revelación por la cual
cada hombre debía de juzgarse, o para salvación o condenación, Pedro y sus
asociados llegaron a ser responsables, o por cerrar, o abrir la salvación a
cada alma viviente bajo el cielo.
Por consiguiente, cuando Cristo
dio las llaves a Pedro, le dio el evangelio y una comisión divina a predicarlo.
Y mientras Pedro y sus colaboradores fuesen fieles a esa carga, por tanto
tiempo poseían las llaves para cerrar o abrir el reino de Dios, y tener atado
en el cielo, lo que ellos ataban o desataban en la tierra. De acuerdo a esto
con la Inspiración y la revelación progresiva, La Verdad Presente, van las
llaves.
—38—
Obviamente, por lo tanto, un
mensaje del cielo proclamado por los siervos escogidos de Dios es Todopoderoso,
y por ello el destino eterno del hombre es decidido. Claramente, entonces las
llaves no son la iglesia misma, sino están en el mensaje que ella proclama. Así
que ningún hombre o grupo de hombres tiene poder para atar o desatar con la
aprobación del cielo, excepto a la instancia de un mensaje dado directamente
del cielo para que ellos lleven durante ese tiempo. “Diferentes períodos de la
historia de la iglesia fueron señalados por el desarrollo de alguna verdad
especial adaptada a las necesidades del pueblo de Dios en aquel tiempo,”—El
Conflicto de los Siglos, p. 667. Esto ha sido así desde tiempo inmemorable.
Noé, también tenía las llaves, y
fue así capacitado para desatar o atar igual en el cielo y en la tierra. El
hecho de que aun las puertas del infierno, no podían prevalecer en contra del
arca da testimonio de esto.
Y la promesa de Dios a Abraham
“bendeciré aquellos que te bendicen y maldeciré al que te maldice; y en Ti
serán benditas todas las familias de la tierra, (Gén. 12:3), muestra que el
también tenía las llaves del cielo. También en la mano de Moisés controlada
providencialmente, las llaves abrieron las puertas del reino a la libertad y
salvación de los justos.
—39—
“Y la cerraron con destrucción
sobre los impíos”. Y dijo Moisés: “En esto conoceréis que Jehová me ha enviado
para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad.
“Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados
siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió. Más si Jehová
hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus
cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres
irritaron a Jehová. Y aconteció que cuando cesó él de hablar todas estas
palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de ellos. Abrió la tierra su
boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos
sus bienes”. Núm. 16:28—32. Mediante Moisés, Dios entregó las llaves a la
hueste hebraica, y las quitó de ellos el día de Cristo cuando los judíos le
rechazaron. Luego el transfirió las llaves a los fundadores de la iglesia
cristiana. Pero a pesar del ejemplo del pasado, los seguidores de los apóstoles
con tiempo también repetían los errores de los seguidores de Moisés durante
toda la edad oscura, y especialmente el período de la Reforma, Dios continuaba
confiando mensajeros tras mensajeros, y movimiento tras movimiento. Pero vez
tras vez desde la reforma hasta la llamada de Guillermo Miller, cada grupo
sucesivo
—40—
repetía la insensatez de llegar a
estar satisfecho con un mensaje estático, hasta que finalmente cuando todas las
iglesias protestantes del día de Guillermo Miller rechazaron el mensaje para
ese tiempo, ellos también, inconscientemente rehusaban ser custodios de las
llaves sagradas.
Así Miller y sus asociados las
poseían hasta el tiempo del otro mensaje de Dios, el juicio de los vivos cuando
las llaves sagradas pasaron del movimiento Milerita a la denominación
Adventista del Séptimo día. Pero si ahora ella rehúsa las amonestaciones de
Dios para ungir sus ojos con el colirio que el esta ofreciendo a ella, ella
también, permitirá que las llaves sean quitadas y pasen a las manos de los que
están proclamando el mensaje adicional, el juicio de los vivos, el mensaje del
Fuerte Clamor. (Véase Primeros Escritos, p. 277—279) y tragedia de tragedias
¡esta misma cosa los Laodicenses en su ceguedad están haciendo así repitiendo
la historia del pueblo de Dios por las edades.
¿A QUIEN DEBERÍAN IR MIS
DIEZMOS?
Pregunta No. 96.
¿Mientras que uno todavía tiene membresía en la
denominación Adventista del Séptimo Día debería uno pagar diezmos a los
Davidianos?
Respuesta:
Uno puede mejor contestar esta
pregunta,
—41—
haciendo se las siguientes
preguntas:
¿Creo yo que La Vara del Pastor
contiene el mensaje de la hora, el mensaje de los 144,000? ¿He recibido yo
alguna ayuda espiritual de ello? ¿Me ha hecho arrepentirme de mis pecados que
anteriormente hacía? ¿Soy yo ahora un mejor Adventista que antes que yo
aceptara el mensaje? ¿Me ha hecho amar la Biblia, el Espíritu de Profecía, y a
los hermanos más que antes? Si la respuesta a cada una de estas preguntas es
“no”, luego debería pagar su diezmo a la iglesia en la cual es todavía un
miembro. Si su respuesta a ellas es “si” y si todavía está en duda en cuanto a
donde debería pagar su diezmo, debería hacerse más preguntas: ¿Si yo hubiese
continuado en el curso Laodicense en el cual la Vara me encontró, podría haber
sido salvo y listo para encontrar al Señor en su venida? ¿Pueden mis hermanos
Adventistas del Séptimo Día ser salvos quedando en su condición actual?
Si a estas preguntas la repuesta
de uno es “no,” “luego sus repuestas a las siguientes preguntas le instruirán
donde pagar su diezmo”.
Puesto que soy responsable por la
luz que ahora está brillando sobre mi camino, y puesto que yo tengo que darla a
mis hermanos, debería yo pagar mi diezmo a la Denominación para que el
ministerio tenga más dinero,
—42—
para pelear contra el mensaje, y
también contra mis esfuerzos personales para alcanzar al pueblo con ello, y de
esta manera estar trabajando en contra, sólo ayudándoles a mantener al pueblo
en tinieblas, o debería yo pagarlo a los Davidianos el alfolí de la Verdad
Presente, donde naturalmente debería ir para promover el avance de la reforma
tan conmovedora de corazón, y así rescatar mis hermanos Adventistas del Séptimo
día de la ruina eterna. Y si ellos mismos no están preparados para encontrarse
con el Señor (Testimonios, Tomo 6, p. 371 [inglés], (Consejos Sobre el Régimen
Alimenticio, p. 547), entonces ¿cómo pueden ellos preparar adecuadamente a los
paganos. En vista de todos estos hechos deberían ir mis diezmos a la
denominación Adventista del Séptimo día en favor de los paganos, o debe ir para
el mensaje del sellamiento en favor de mis hermanos. ¿Y si no me atrevo a
colocar mis diezmos al apoyo de lo que yo creo ser la Verdad Presente, luego
como tal mensaje se va a sostener y en cual otro lugar puedo yo de buena
conciencia colocar mis diezmos?
¿Además, si los coloco en la
denominación para ser usados mayormente para la evangelización de personas en
el mundo, en lugar de colocarlos en el alfolí de la Verdad Presente para ser
usados para beneficio de mis hermanos, entonces estaría yo haciéndolo al
descuido de mis propios hermanos, y así negando que yo soy guardián de mi
hermano? Y debería yo, además, obedecer la orden del ministro a ir en búsqueda
de ovejas en la casa de Baal, en lugar de prestar oídos al mandato expreso del
Señor
—43—
a llevar el remedio enviado del
cielo a las ovejas enfermas de pecado, en la casa de Israel (Mateo 10:6)? ¿Cual
de estos esfuerzos me ganaría con más seguridad la aprobación, “Y su Señor le
dijo: bien buen siervo fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré;
entra en el gozo del Señor”. Mateo 25:21.
¿Quien es pues el siervo fiel, y
prudente al cual puso su Señor sobre su casa para que les dé el alimento a
tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual cuando su Señor venga, le halle
haciendo así. Mateo 24:45—46
Ahora si después de haber
contestado todas estas preguntas a su satisfacción, todavía no está decidido en
cuanto a que debería hacer con el diezmo, luego Léase Tratado No. 4, Las
Ultimas Noticias para Mamá, Edición 1943, p. 63—70. “Acuérdese de la esposa de
Lot,” haga lo que el Señor dice”.
¿NO PUEDE SER MI CASA EL
ALFOLÍ?
Pregunta No. 97.
¿Será bíblico que uno detenga personalmente sus diezmos y
ofrendas para poder llevar la obra del evangelio en su propia comunidad, según
sus propios planes?
Respuesta:
En ninguna parte de las
escrituras encontramos permiso para usar el diezmo del Señor a nuestra
discreción.
—44—
La única justificación para hacer
esto sería la pura incapacidad por alguna razón para enviarlos al alfolí del
Señor. Si uno voluntariamente, sin embargo, hace tal práctica, estaría poniendo
un mal ejemplo ante otros, y si, siguiendo su ejemplo, otros hacen lo mismo, su
curso de acción inevitablemente resultaría en obstaculizar la obra del Señor,
sangrar y minar su tesorería, y así desorganizando su obra y reduciendo su
iglesia a un mero cascarón, mientras que sus miembros están pagándose como
obreros en la viña del Señor y corriendo sin haber sido enviados, ¡que
Babilonia sería eso!.
Aunque el Señor manda “traed
todos los diezmos al alfolí” (Malaquías 3:10), El no dice, “traed todas las
ofrendas,” así que mientras que uno se emprende en alguna actividad o misión
personal de caridad, debería sostenerla de las ofrendas, no del diezmo.
“Los ángeles guardan un registro
fiel de la obra de cada hombre, y cuando el juicio pase sobre la casa de Dios,
la sentencia de cada uno es registrada cerca de su nombre, y el ángel es
comisionado a no perdonar a los siervos infieles, sino a talarlos al tiempo de
la matanza, . . . y las coronas que ellos pudieron haberse llevado si hubiesen
sido fieles, . . . “Son colocadas sobre las cabezas de los que han sido salvos
por los siervos fieles”.—Testimonios, Tomo 1, p. 198.
—45—
¿ES MI DEBER ARREGLAR LA
TESORERÍA DEL Señor?
Pregunta No. 98
¿Deberíamos pagar nuestros diezmos al alfolí si sabemos
que no los usan debidamente?
Respuesta:
Sabiendo que nuestros diezmos
pertenecen al alfolí de Dios, nuestra mayor carga debería ser que sean
fielmente pagados allí. En ninguna parte en la Biblia podemos encontrar que el
Señor ha colocado sobre cualquiera que pague el diezmo, el deber de ser policía
para los canales por los cuales pasan sus fondos.
La tesorería del Señor está bajo
su control, y si El mismo no lo ve debido el corregir algún abuso en el manejo
de su dinero, ciertamente nosotros no podríamos corregirlo, por mucho que
intentemos. Si guardamos fielmente esa parte de su obra con que El nos encarga,
nuestra única preocupación sería saber donde está su alfolí, y luego fielmente
depositar su dinero allí. No nos ha hecho responsables de su uso; de eso, El
personalmente se encargará,—mientras que El está ahora “tomando las riendas en
sus propias manos”. “Cuando la tierra prometida fue dividida entre las doce
tribus de Israel, la tribu de Leví no recibió tierra para su herencia, como las
11 tribus recibieron. En lugar de eso, el Señor mandó que los diezmos de las
otras tribus habían de darse a los Levitas. Esto fue su heredad. Los diezmos fueron
en realidad suyos. E
—46—
igual como los que recibían los
diezmos no tenían derecho de decir a los pagadores qué hacer con el resto de
sus ganancias después que ellos habían diezmado, así los que pagan los diezmos
no tienen derecho de dictar a los que los reciben, qué hacer con esos diezmos.
Cada tribu misma fue responsable ante el Señor para lo que El le había dado.
Así debe ser hoy.
Pregunta No. 99:
Deuteronomio 14:22 dice: “Indefectiblemente diezmarás
todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año”. ¿Cómo debería yo
calcular el diezmo para mi cosecha?
Respuesta:
Para facilitar la respuesta a
esta pregunta, consideremos el ejemplo de un cultivador de papas. Digamos que
él no tiene expensas de obreros alquilados, de riegos, de renta, etc. Si él es
libre de semejantes gastos, y si su ingreso total es 50 dólares cada acre,
luego la cantidad entera será sujeta al diezmo, la que sería $5 cada acre. Si,
sin embargo, él tiene que operar con gastos adicionales para producir su
cosecha, luego, obviamente, tales gastos deberían deducirse del valor entero de
su ingreso. El diezmará sólo de lo que queda. Por ejemplo, si el valor total de
su cosecha es $50 cada acre, y sus gastos son $10 cada acre, entonces, la
ganancia, la cantidad sujeta al diezmo,
—47—
sería 40 dólares cada acre, y el
diezmo será $4 dólares en vez de $5 cada acre.
Si por otra parte, uno es un
empleador y sostiene los gastos de seguridad social, transporte de ida y vuelta
a su trabajo, etc., luego uno sustrae la cantidad de los gastos de sus
ganancias antes de diezmar. Por ejemplo, si el recibe $100 mensualmente, y
tiene que pagar 10 centavos cada día o como $2.60 para transportación, luego él
sustrae $2.60 de $100 y diezma de lo que queda ($97.40). Si las entrada de uno
provienen de rentar sus edificios, luego se sustrae la cantidad que se gasta
para mantener la propiedad del ingreso total. Computando sus ingresos de esta
forma, uno diezma todos sus bienes.
Pregunta No. 100
Puesto que la Biblia enseña que uno debería diezmar todas
sus ganancias ¿No debería uno diezmar todos sus regalos?
Respuesta:
Usada como sustantivo, la palabra
“producto” o “aumento” significa “Lo que es añadido a la cantidad original”
ganancias,—la entrada de labor o de la herencia de uno, y como no sabemos si
bíblicamente se puede decidir si es necesario diezmar los pequeños regalos de
amor, la decisión debe descansar enteramente con el individuo.
—48—
¿CUALES “SEGUROS” DEBERÍAN LOS
CRISTIANOS LLEVAR?
Pregunta No. 101
¿Los seguros de entierro, “caen bajo el título de seguros
de vida?
Respuesta:
En la misma naturaleza de ello,
seguro de entierro es necesariamente un tipo, una clase de “seguros de vida”.
Llamándolo así, sin embargo, no es condenarlo. El Espíritu de Profecía da
testimonio en contra de seguros de vida, no tanto porque ello es seguro de
vida, sino porque el mundo lo lleva en lugar de la iglesia.
Si la falsedad y la vergüenza en
esta práctica no son inmediatamente obvias, llega a ser dolorosa mente evidente
cuando uno se hace las preguntas: ¿Debería un ciudadano leal y verdadero del
reino buscar ayuda o protección de un ciudadano de algún otro reino? ¿A quién
ha designado el Señor para cuidar de su pueblo, al mundo o ala iglesia? ¿Exige
el Señor a sus hijos cortar todas las relaciones con el mundo cuando están
bien, sólo para que vuelvan a el cuando están en problemas, tienen
enfermedades, o muerte, para que el mundo cuide de ellos? ¿Han de confiar los
cristianos en Cristo solamente cuando están bien, y en el diablo cuando están
enfermos o moribundos? ¿No ha dado el Señor el privilegio a la iglesia de
recibir una bendición hasta por dar un vaso de agua a uno de sus pequeñuelos
(Mateo 10: 42)?
—49—
Auto–evidentes son las respuestas
a estas y a otras preguntas semejantes. En total, deben dar la respuesta
correcta general: nunca deberían los miembros de la Iglesia tener que depender
del mundo, deben depender de la iglesia solamente. Sacando la lana de los
miembros de la iglesia como un pastor quita la lana de sus ovejas, hasta lo
máximo, cuando están bien y tienen más “lana” para dar, la iglesia es
moralmente obligada de cuidar de cada uno cuando uno que está enfermo o
incapacitado y con nada más qué dar, y también de proveer a cada uno de ellos
con el entierro de un santo. Por eso, una iglesia que permite que sus miembros
lleven cualquier tipo de seguro personal, exceptuando con la iglesia misma,
está trayendo vergüenza a la cristiandad y así deshonrando al Señor. Y el
cristiano que descuida hacerse digno de una póliza de seguros en la iglesia, es
como un hombre insensato que edifica su casa sobre la arena. Las necesidades
del laico han sido casi totalmente descuidadas, la Vara es la que está
urgentemente amonestándonos, que nosotros como miembros de la Verdad Presente y
reformadores, que acudamos a la ayuda del Señor, e inmediatamente corrijamos
estos males, todas estas cosas malas.
Los ministros de Dios no son
llamados para ser vendedores y promovedores de tales cosas para conseguir
recursos para llevar adelante su obra. Más bien son llamados a ser predicadores
de la Verdad y sub–pastores para su pueblo, cuidando tiernamente cada oveja,
porque los tales son dignos de ser bien cuidados y protegidos no solamente en
la salud, sino también en la enfermedad, y no sólo en la vida, sino también en
la muerte.
—50—
Es un reproche para Cristo cuando
su pueblo es dejado al cuidado o de las compañías de seguros del mundo, o a
merced de las sociedades caritativas del mundo. La iglesia es moral y
legalmente obligada a extender sus brazos maternales a sus hijos y darles
cuidado tierno.
Así como guardianes de la
Iglesia, somos desafiados a hacer este deber también, y no nos atrevemos a
fracasar. Esta gran responsabilidad, junto con esa de llevar a cabo nuestro
programa de mantenimiento a los Cuarteles Generales “de la obra final que se
hace en favor de la Iglesia”, exige por lo tanto, una cantidad mayor de
recursos, que meramente el primer diezmo, la entrada ministerial. ¿Qué
entonces?
No podemos acudir a la práctica
de la denominación de levantar blancos de dinero durante los servicios de la
Iglesia, porque tal práctica detrae de las reuniones y profana la casa de Dios
junto con su santo día. Tal obra profana en la tierra santa tiene que pararse.
¡No esperen hasta que el Señor manifieste su gran poder y eche fuera las ovejas
y bueyes junto con los cambiadores de dinero, voltee sus mesas y esparza sus
entradas ilegales.
El mensaje anuncia
inequívocamente, que el Davidiano que agradará al Señor, contribuirá fiel y
sistemáticamente, un segundo diezmo de sus ganancias a este fondo necesario, de
esta manera ayudará a edificar una pared de defensa contra la posibilidad de
que el enemigo traiga
—51—
a nuestras reuniones
educacionales y sagradas, un tráfico profano que mata el tiempo y el espíritu.
Haciendo esto cada creyente fiel, estará invirtiendo automáticamente en esta
póliza de seguro sagrada, que le asegurará sus propiedades y la de su familia,
no sólo en esta vida, pero también en la venidera.
Si la entrada de uno es de $15 la
semana luego su primer diezmo será $1.50, y su segundo diezmo de la cantidad
que queda (13.50) será $1.35. Así que su primero y segundo diezmo de su entrada
de 15 dólares llegará a un total de $2.85. ¿Es esto demasiado, hermano y
hermana, para una obra tan grande y grandiosa como la presentada en el mensaje
Davidiano, tan vital para su salvación y bienestar?
Que todos los creyentes en la
Verdad Presente fielmente paguen un primero y segundo diezmo en cuanto sea
posible, para que la Asociación pueda mantener su escuela ministerial, además
de su escuela de internos para los hijos dignos de los muy necesitados en la
Verdad Presente, quienes son de la edad para la escuela, y proveer un hogar
para los viejos, y cuidado médico para los enfermos necesitados, alimento para
los hambrientos, y entierro para los que caen en sus puestos del deber.
Esta llamada tan urgente y tan
probadora, hermano y hermana, desafía su fidelidad, su lealtad, su cooperación,
su visión en comprender enteramente el mensaje, y su amor por la heredad del
Señor. Levántese por lo tanto y resplandezca.
—52—
“¿No es antes el ayuno que yo
elegí, desatar las ligaduras de impiedad, deshacer los haces de opresión, y
dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas
tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando
vieres al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu carne.
“Entonces nacerá tu luz como el
alba, y tu salud se dejará ver presto; e irá tu justicia delante de Ti, y la
gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás y ha de oirte Jehová;
clamarás y dirá él: heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el
extender el dedo y hablar vanidad. Y si derramares tu alma al hambriento y
saciares el alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será
como el medio día. Y Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías hartará tu
alma, y engordará tus huesos. Y serás como huerta de riego y como manadero de
agua, cuyas aguas nunca faltan. Y edificarán los desiertos antiguos, los
cimientos de generación y generación levantarás; y serás llamado reparador de
portillos, restaurador de calzadas para habitar. Isa. 58:6—12.
“Las contribuciones exigidas de
los hebreos para fines religiosos y caritativos, llegaban a un total de una
cuarta parte de sus entradas. Con un impuesto tan pesado sobre los recursos del
pueblo, uno pensaría
—53—
que lo reduciría a uno a la
pobreza, pero al contrario la observancia fiel de estas regulaciones fue una de
las condiciones de su prosperidad. Bajo su condición de obediencia Dios les
hizo esta promesa: “Reprenderé al devorador por vosotros, y el no destruirá los
frutos de vuestra tierra; ni vuestra viña echará su fruta antes de tiempo en el
campo... y todas las naciones le llamarán bendecida porque será una tierra
deleitosa, dice el Señor de los ejércitos. “Patriarcas y Profetas p. 527 (en
Inglés”).
“Cuando Pablo envió a Tito a
Corintio a forta lecer los creyentes, allí le instruyó...en la gracia de
dar...Su benevolencia testificó que ellos no habían recibido la gracia de Dios
[el mensaje] en vano. ¿Qué podría producir semejante liberalidad sino la
santificación del Espíritu?
“La prosperidad espiritual se
conecta muy de cerca con la liberalidad cristiana. Los seguidores de Cristo
deberían regocijarse en el privilegio de revelar en sus vidas la beneficencia
del Redentor. Mientras que dan al Señor, tienen la seguridad que su tesoro está
pasando delante de ellos a los atrios celestiales. . . . El sembrador
multiplica su semilla arrojándola. . . . Al compartir aumentan sus bendi
ciones. Los Hechos de los Apóstoles p. 344, 345.
La iglesia por lo tanto, está
bajo una pesada obligación moral,
—54—
y legal, no sólo de llevar el
seguro para todos sus seguidores fieles y verdaderos, sino también de cuidar de
sus necesidades si ellos en algún momento llegan a ser incapacitados. De igual
modo sus miembros tienen la obligación de apoyar su obra y de obedecer su
mensaje divino.
Explicando este deber divinamente
impuesto sobre el pueblo, y el descuido completo de los pastores Laodicenses de
ello, el desenlace final a causa del abandono de su deber, Ezequiel advierte:
“Hijo del hombre, profetiza
contra los pastores de Israel, . . . oíd palabra de Jehová: vivo yo, ha dicho
el Señor Jehová, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas
fueron para ser comidas de toda bestia del campo, sin pastor; y mis pastores no
buscaron a mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a si mismos, y no
apacentaron a mis ovejas, por tanto, oh pastores oíd palabra de Jehová: “Así ha
dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores y demandaré mis
ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se
apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les
serán más por comida”.
“Porque así ha dicho Jehová el
Señor: He aquí, yo, yo requeriré mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce a
su rebaño el pastor, el día que está en medio de sus
—55—
ovejas esparcidas, el día del
nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las
tierras; y las llevaré a su tierra, y las apacentaré en los montes de Israel
por las riberas, y en todas las habitaciones del país. En buenos pastos las
apacentaré, y en los altos montes de Israel será su majada. Allí dormirán en
buena majada, y en pastos gruesos serán apacentadas sobre los montes de Israel.
Yo apacentaré a mis ovejas y yo
les haré tener majada, dice el Señor Jehová. Y buscaré la perdida y tornaré la
amontada y ligaré la perniquebrada, y corroboraré la enferma; más a la gruesa y
a la fuerte destruiré; yo las afrentaré en juicio.
Más de vosotras, ovejas mías así
ha dicho el Señor Jehová, he aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carnero y
machos cabríos. ¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que holléis con
vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas
sentadas, holléis además con vuestros pies las que quedan? Y mis ovejas comen
lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis hollado.
—56—
“Por tanto, así les dice el Señor
Jehová, He aquí yo, yo juzgaré entre la gruesa y la oveja flaca por cuanto
empujasteis con el lado y con el hombro, y acorneasteis con vuestros cuernos a
todas Las flacas. las esparcisteis fuera. Yo salvaré mis ovejas y nunca más
serán en rapiña y juzgaré entre oveja y oveja”.
“Y despertaré sobre ellas un
pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará y él les será
por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de
ellos. Yo Jehová he hablado.
“Y estableceré con ellas pacto de
paz, y haré cesar de la tierra las malas bestias; y habitarán en el desierto
seguramente, y dormirán en los bosques. Y daré a ellas y a los alrededores de
mi collado bendición; y haré descender la lluvia tardía en su tiempo, lluvias
de bendición serán. Y el árbol del campo dará fruto, y la tierra dará su fruto
y estarán sobre su tierra seguramente, y sabrán que yo soy el Señor, cuando
Jehová quebraré con yuntas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven
de ellos. Y no serán más presa de las gentes, ni las bestias de
—57—
la tierra las devorarán, sino que
habitarán seguramente, y no habrá quien espante.
“Y despertaréles una planta de
renombre, y no más serán consumidos de hambre en la tierra, ni serán más
avergonzados de las gentes y sabrán que yo su Dios, Jehová estoy con ellos, y
ellos son mí pueblo, la casa de Israel, dice el Señor Jehová. Y vosotras ovejas
mías, ovejas de mí pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice el Señor
Jehová”. Ezequiel 34:7—31.
¿QUIENES SON DIGNOS DE
LIMOSNA?
Pregunta No. 102
¿Quienes son los pobres dignos?
Respuesta:
“Los pobres dignos” son los que a
causa de mala suerte, no por mal manejo, u ociosidad, son faltos de las
necesidades de la vida y quienes están honestamente procurando caminar en la
luz que les es dada. “El objetivo de las palabras de nuestro Salvador (en Lucas
12:33) no ha sido presentado con claridad. Vi que el objetivo que se tiene al
vender no es para dar a los que pueden trabajar y sostenerse a sí mismos, sino
difundir la verdad. Es un pecado sostener en la ociosidad a aquellos que
podrían trabajar. Algunos han asistido celosamente a todas las reuniones, no
para glorificar a Dios,
—58—
sino por los “panes y los peces”.
Habría sido mejor que los tales se queden en casa, “haciendo con sus manos lo
que es bueno” para suplir las necesidades de sus familias, y tener algo qué dar
para sostener la preciosa causa. Primeros Escritos p. 94—95.
La instrucción inspirada para la
Iglesia (1 Timoteo 5:9), aconseja que ninguna viuda bajo 60 años de edad ha de
depender de la Iglesia para su mantenimiento.
Con todo, por lo tanto vemos que
los pobres dignos son los fieles a quienes la adversidad, ha despojado de las
cosas materiales de la vida. Y necesitamos bien recordar que esta mala fortuna
puede sobrevenirnos en cualquier momento, pues como está escrito; “El tiempo y
ocasión acontecen a todos”. Eclesiastés 9:11.
“Mientras tenemos oportunidad,
por lo tanto,” Dice Pablo, “hagamos bien a todos los hombres, especialmente a ellos
quienes son de la casa de la fe. (Gálatas 6:10), para los que tengan un
certificado de membresía.
¿PARA CUALES USOS ES EL SEGUNDO DIEZMO?
Pregunta No. 103.
¿PARA CUALES USOS ES EL SEGUNDO DIEZMO?
Respuesta:
“A fin de fomentar las reuniones
del pueblo, para los servicios religiosos, y también para suplir las
necesidades de los pobres, se le pedía a Israel que diera un segundo diezmo de
todas sus ganancias. Con respecto al primer
—59—
diezmo el Señor había dicho: “He
aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel, (números
18:21), y acerca del segundo diezmo mandó: “y comerás delante de Jehová tu Dios
en el lugar que el escogiere para hacer habitar allí su nombre, el diezmo de tu
grano, dé tú vino y de tú aceite, y los primerizos de tus manadas, y de tus
ganados para que apréndase temer a Jehová tú Dios todos los días,”
(Deuteronomio 14:23; Véase verso 29, y 16:1—14) Durante dos años debían llevar
el diezmo o su equivalente en dinero al sitio donde estaba el santuario.
Después de presentar una ofrenda de agradecimiento a Dios y una porción
específica para el sacerdote, y el ofrendante, debían participar los levitas,
los extranjeros, los huérfanos y las viudas. Se proveía así para las ofrendas
de gracias y los festines de las celebraciones anuales, y el pueblo había de
frecuentar la compañía de los sacerdotes y levitas, a fin de recibir
instrucción y ánimo en el servicio de Dios.
Pero cada tercer año este segundo
diezmo había de emplearse en casa, para agasajar a los levitas y a los pobres,
como dijo Moisés: “Y comerán en tus viñas, y se saciarán” (Deut. 26:12). Este
diezmo había de proveer un fondo para los fines caritativos y hospitalarios.
Otras medidas aún se tomaban en
favor de los pobres. Después del reconocimiento de los requerimientos divinos,
nada hay que diferencie tanto las leyes dadas por Moisés de cualquier otras
como el espíritu generoso y hospitalario que ordenaban hacia los pobres.
—60—
Aunque Dios había prometido
bendecir grandemente a su pueblo, no se proponía que la pobreza fuese
totalmente desconocida entre ellos. Declaró que los pobres no dejarían de
existir en la tierra. Siempre habría entre su pueblo algunos que le darían
oportunidad de ejercer la simpatía, la ternura y benevolencia. En aquel
entonces, como ahora, las personas estaban expuestas al infortunio, la
enfermedad y pérdida de sus propiedades, pero mientras se siguiera
estrictamente las instrucciones dadas por Dios, no habrían mendigos en Israel,
ni quien sufriera por falta de alimentos.
La ley de Dios le da derecho al
pobre en cierta porción del producto de la tierra, cualquiera estaba autorizado
para ir cuando tenía hambre, al sembradío de su vecino, a su huerto, a su
viñedo, para comer del grano o de la fruta hasta satisfacerse. Obrando de
acuerdo con esta premisa, los discípulos de Jesús arrancaron espigas y comieron
del grano al pasar por el campo cierto sábado.
“Toda la rebusca de las mieses,
el huerto, y el viñedo, pertenecían a los pobres: cuando segares tu mies en tu
campo no volverás a tomarlas...cuando segares tu mies en el campo dijo Moisés,
y olvidaras alguna gavilla en el campo no volverás a tomarla....cuando
sacudieres tus olivas, no rebuscarás tras Ti,...cuando vendimies tu viña no
rebuscarás tras Ti.
—61—
Para el extranjero, para el
huérfano, y para la viuda será. Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de
Egipto. (Deut. 24:19,22, véase lev. 19:9,10). Cada séptimo año había una
provisión especial para los pobres. El año sabático de la siembra que seguía al
fin de la cosecha. En el tiempo de la siembra que seguía al de la siega, el
pueblo no debía sembrar, no debía podar ni arreglar los viñedos en la
primavera, y no debía sembrar, no debía contar con una cosecha, ni del campo ni
de la viña. De lo que la tierra produjera espontáneamente podían comer cuando
estaba fresco, pero no podían guardar ninguna porción de esos productos en sus
graneros.
La producción de ese año había de
dejarse para el consumo gratuito del extranjero, el huérfano, la viuda, y hasta
para los animales del campo. (Véase Exo. 23:10,11, Lev. 25:5). Pero si la
tierra producía ordinariamente tan sólo lo suficiente para suplir las
necesidades del pueblo, ¿Cómo había de subsistir este durante el año en que no
se recogían cosechas? La promesa de Dios proveía ampliamente para esto, pues
Dios había dicho: Entonces yo os enviaré mí bendición el sexto año y hará fruto
añejo hasta el año noveno, hasta que venga su fruto comerás del añejo. (Lev.
25:21,22). Patriarcas y Profetas p. 270,271,272. Así que el segundo diezmo
aunque sea más en una base voluntaria que el primero, es igualmente importante.
—62—
Y es en realidad una contribución
divinamente ordenada a largo plazo, para el bienestar de uno mismo. Al tiempo
actual constituyen nuestras ofrendas generales. Anteriormente fue usado para
adelantar la obra de nuestra academia y pagar algunas deudas que teníamos, pero
ahora mientras la Asociación crece y se expande, el uso del diezmo está también
ampliándose.
En primer lugar, cuida de esa
parte de nuestra obra educacional para la cual el primer diezmo no pudiera
usarse legítimamente. Y en segundo lugar, cuida las necesidades de los pobres
dignos. En breve, es realmente la póliza regional y verdadera de seguros
mutuos, y debería llevarse por todos los Davidianos quienes son elegibles para
tener un certificado de membresía.
Así, mientras que es imperativo
que todos los creyentes de la Verdad Presente se dispongan de este certificado
de membresía, es aun más urgente, que todos los tales deberían pagar primeros y
segundos diezmos, porque si se ofrece el certificado de membresía a los que
pueden, pero no quieren pagar los diezmos, tales personas llegarían a ser una
influencia desmoralizadora entre ellos. Por esta razón la Asociación está por
lo tanto obligada a conceder el certificado de membresía sólo a miembros
completos y maduros que son hacedores alegres de la Palabra. En casos donde
resulta imposible pagar un segundo diezmo completo, una parte es aceptable)
El descuido de la denominación al
olvidar a sus miembros,
—63—
un abandono por el cual está bajo
pesada condena ción, debería ser una lección severa para cada uno de nosotros,
que como reformadores y portadores del mensaje, no nos atrevemos a fracasar.
Somos privilegiados para ser reparadores de portillos para levantar las
desolaciones de muchas generaciones”. (Isa. 61:4), debemos si es necesario
probar cada nervio y estirar cada músculo para cumplir con los deseos del
Señor. Y aún más a este aspecto, porque es para el bienestar material igual
como espiritual de cada uno de nosotros. Es un plan económico de un buen
sentido—parte de un programa equilibrado dado por Dios a Moisés en el monte
Sinaí, y por mucho tiempo descuidado y en oscuridad, y como tal es una de las
instituciones divinas, (Profetas y Reyes p. 678 en Inglés) que ha de ser
restaurada, “antes de la venida de Jehová, grande y terrible”.
Que honesta e inteligentemente
nos hagamos la pregunta, por tanto, si nosotros caemos a las organizaciones de
caridad del mundo o en las compañías de seguros del mundo, luego, ¿Cómo podemos
como Davidianos ser los pilares de la Iglesia y así del mundo? Y ¿ha designado
el Señor la Iglesia o el mundo para cuidar de su pueblo peculiar? ¿Y si
nosotros, como salvadores no podemos cuidar de las necesidades de los que están
en el mundo, luego, lo mínimo que podemos hacer, es cuidar del propio pueblo.
“Hay quienes reparten, y les es
añadido más; y hay quienes son escasos más de lo que es justo, más vienen a
pobreza”. “El alma liberal será engordada,
—64—
y el que saciare él también será
saciado. (Prov. 11: 24, 25).
“El perezoso no arará a causa del
invierno, pedirá pues en la siega, y no hallará”.Prov. 20:4.
“Y será que si oyeres diligente
la voz de Jehová tu Dios, para guardar, para poner por obra todos sus
mandamientos, que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te pondrá en alto
sobre todas las gentes de la tierra, y vendrán sobre ti todas estas
bendiciones, y te alcanzarán cuando oyeres la voz de Jehová tú Dios. Bendito
serás en tu ciudad, y bendito tú en el campo. Bendito el fruto de tu vientre, y
el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas,
bendito tu canastillo y tus obras, bendito serás en tu entrar, y bendito en tu
salir. “Pondrá Jehová a tus enemigos que se levantaren contra de Ti, por un
camino saldrán a ti, por siete caminos huirán delante de Ti. Enviará Jehová
contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello que pusieres tu mano, y
te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. Confirmaráte Jehová por
pueblo suyo santo, como te ha jurado, cuando
—65—
guardares los mandamientos de
Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos.
“Y verán todos los pueblos de la
tierra que el Nombre de Jehová es llamado sobre Ti y te temerán. Y te hará
Jehová sobre aventurador de bienes, en el fruto de tu vientre y en el fruto de
tu bestia, y el fruto de tu tierra, el país que juró Jehová a tus padres que te
había de dar.
“Abrirte ha Jehová a su buen
depósito, el cielo, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir
toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas gentes, y tú no tomarás
emprestado, y te pondrá Jehová por cabeza y no por cola, estarás encima
solamente y no estarás debajo, cuando obedecieres a los mandamientos de Jehová
tu Dios, que te ordeno hoy, que los guardes y cumplas. (Deut. 28:1—13).
Pregunta No. 104
¿Como pueden los creyentes lograr y obtener la unidad
entre sí?
Respuesta:
Para derrotar al enemigo, y para
mantener unidad y armonía, que cada creyente deje de buscar defectos en sus
hermanos, mire sus propios pasos y no los de ellos, que se dé cuenta que ellos
tienen la misma oportunidad como él para saber lo correcto y lo malo.
—66—
Lleve su propia oportunidad, y no
la de ellos, estime a ellos o considere a ellos mejor que a sí mismo, y no haga
ni diga nada que no le gustaría a él que hagan o digan de él o a él.
Que cada uno se dé cuenta, como
Pablo, que la caridad—longanimidad y tolerancia, proviniendo del amor—es el
mayor, más urgente, más indispensable y más elevado de todos los logros. “Si yo
hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal
que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos
los misterios y toda ciencia: y si tuviese toda la fe de tal manera que
traspasase los montes, y no tengo amor, nada soy.
“Y si repartiese toda mi hacienda
para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no
tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene
envidia, el amor no obra sin razón, no se ensancha, no es injurioso, no busca
lo suyo, no se irrita, no piensa el mal, no se huelga la injusticia, más se
huelga de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta.
“El amor nunca deja de ser, más
las profecías se han de acabar, y cesarán las lenguas, y la ciencia ha de ser
quitada. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos. Más cuando venga
lo que es perfecto, entonces lo
—67—
que es en parte será quitado.
Cuando yo era niño hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, más
cuando ya fui hombre hecho, dejé lo que era de niño.
Ahora vemos por espejo, en
obscuridad, más entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, más
entonces conoceré como soy conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y
el amor, estos tres dones; empero el mayor es el amor. (1 Cor.13) Hacer esto
hermano y el diablo huirá y sus problemas huirán con el. Recuerden que Satanás
vive, y está activo, y cada día necesitamos clamar fervorosamente a Dios por
ayuda y fortaleza para resistirlo, mientras Satanás reine tenemos que subyugar
al yo, tentaciones que vencer, y no hay ningún lugar para parar, no hay ni un
punto donde se puede decir que hayamos llegado y que hayamos logrado
plenamente.
“La vida cristiana es una marcha
hacia adelante, Jesús se sienta como refinador y purificador de su pueblo, y
cuando su imagen sea perfectamente reflejada en ellos, serán perfectos y santos
y preparados para la traslación”. Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 p. 340.
Si los cristianos nunca se acusan, nunca comunican unos a otros los errores, las
debilidades, fracasos, y problemas ajenos, se encontrarán tan unidos que nada
podrá romper su unidad cristiana. Pero semejante espíritu de unidad, puede
mantenerse
—68—
sólo por un pueblo que mantenga
una vigilancia incansable sobre sí mismo, siempre para ver ojo a ojo y hablar
las mismas cosas, abandonando sus propios caminos y pensamientos, a cambio de
los del Señor. Es imperativo, por lo tanto, que cada creyente en la Verdad
Presente enseñe y practique solamente la Verdad Presente, –no enseñe nada menos
o más allá de lo que sea publicado, no entreteja en ello sus interpretaciones
privadas o construcciones, teorías e ideas privadas, y no haga nada menos y más
de lo que el mensaje exija. Así colocando a un lado todos sus pensamientos y
todos sus caminos y aprovechándose de los del Señor (Isa. 55:8—9), en devoción
exclusiva al Espíritu de verdad, realmente entonces podrán rechazar el espíritu
de confusión y retener el espíritu de amor y unidad. Y puesto que habrá
fortaleza y espiritualidad sólo cuando haya unión, ningún miembro de un grupo
de pueblo puede descuidar su deber en mantener la unidad cristiana.
Pregunta No. 105.
¿Tendría usted la bondad de explicar Efesios 5:22—24?
Respuesta:
“Las casadas estén sujetas a sus
propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así
como Cristo es la
—69—
cabeza de la iglesia, la cual es
su cuerpo, y él es su salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo,
así también las casadas lo estén a sus maridos en todo”. Efe. 5:22–24
Claramente, este mandato divino
obligo a la esposa a respetar a su marido, como lo haría al Señor, siendo el
esposo el salvador temporal de la familia, como Cristo es el Salvador eterno de
la iglesia. “. . . Cristo . . . amó a la iglesia, y se entregó a si mimo por
ella, para sanctificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por
la palabra”. Efe. 5:25, 26. Cuando ella desobedece esta dirección divino, ella
insulta a Dios”.
“Maridos, amad a vuestros
mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a si mismo por ella”.
Efe. 5:25
Así que igualmente obligatoria y
sagrada es la responsabilidad del marido a su esposa, el ha de considerarla
como Cristo hace con su iglesia. Cuando el hace menos que esto, el viola la ley
del Señor. Así mientras que la iglesia tiene el deber de respetar y obedecer a
su Señor, la esposa ha de respetar y obedecer a su esposo; y el esposo tiene la
obligación de cuidar y amar a su esposa como el Señor ama y cuida por su
iglesia. De aquí se ve que la casa del Señor es comparada a la casa del marido.
De acuerdo a esto, en la misma forma en que el Señor controla los asuntos de su
casa, la iglesia, así el marido ha de controlar los asuntos del hogar, la
familia.
—70—
Y puesto que el bienestar de la
iglesia depende de su cooperación con la voluntad del Señor, de igual manera el
bienestar de la familia depende de su cooperación con la voluntad del padre.
Doblemente claro, por lo tanto, es el hecho, que igual como Cristo es la cabeza
sobre la iglesia, así el padre es la cabeza del hogar, igual como una iglesia
convertida se regocija en agradar a su esposo, su cabeza, Cristo, así mismo la
esposa convertida se regocija en agradar a su cabeza, su marido. En este estado
feliz, los dos, el hombre y la mujer se dan cuenta que son después de todo el
segundo yo, o el uno del otro, que cada uno es el segundo yo para el otro.
“Pero quiero que sepáis,” declara
Pablo, “que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la
mujer, y Dios la cabeza de Cristo. Todo varón que profetiza con la cabeza
cubierta, afrenta su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza
descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado”.
“Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón.
Porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer;
pero todo procede de Dios”. 1 Cor. 11:3—5,11,12. Esta relación del hogar tan
bella, a menudo es minada y destruida por el mal manejo financiero o por una
educación errónea. O por las dos cosas, porque el modelo divino no es
respetado. El Señor apoya a su esposa,
—71—
su iglesia, pero ella misma
maneja el medio de cambio, el dinero, para pagar las cosas que ella compra; de
acuerdo, por lo tanto, aunque el esposo apoye el hogar, la esposa debe manejar
el dinero para las cosas necesitadas para dirigir el hogar, y si el esposo está
recibiendo solamente una entrada de subsistencia, luego aun más especialmente
él debería dar el cheque de pago a su esposa, para que ella pueda tener un
presupuesto para cubrir las necesidades del hogar hasta el otro día del cheque
del pago. Con la esposa así manejando el dinero grandes ventajas así serán
acarreadas, pues es ella sola quien lo usa, y por lo tanto sabe las cosas que
se necesitan en el hogar. Así, sabiendo sus limitaciones financieras diarias,
ella sabrá precisamente qué ella puede, y qué no puede comprar para manejar el
hogar.
Naturalmente, entonces ella daría
diligencia, para que solamente las cosas necesarias sean cuidadas primeramente.
Así impidiendo cualquier compra excesivas de una cosa por su parte, o cualquier
compra no suficiente de otra cosa por su esposo, o viceversa—esta última
condición, resulta inevitablemente, si él controla el dinero y sólo le da poco
a poco para hacer las compras. Dirigida como debería, la bolsa no se vaciará y
el hogar no sufrirá faltas. Ningunos pleitos, y separaciones de familias o
destrucción del hogar.
Por supuesto el esposo y la
esposa deberían siempre consultar juntos para conseguir aprobación mutua y
completa, para cualquier cosa que hagan.
—72—
Si, sin embargo, las ganancias de
la familia son más que solamente una subsistencia, entonces él y la esposa
pueden juntos, hacer un presupuesto más amplio de sus ganancias, primero
cuidando de los corrientes gastos necesarios, luego poniendo en el banco, o
invirtiendo lo que queda.
Así para comprender que el esposo
no es meramente el proveedor del dinero, sino que es el rey del hogar, “el
atador del hogar” y que la esposa no es meramente una sirvienta para cocinar,
lavar los trastes y la ropa, limpiar el piso y cuidar y criar a los hijos, sino
que es la reina del hogar, la ayuda conveniente para él,— comprender todo esto
es tener una apreciación verdadera de la felicidad y bienestar de un casamiento
divinamente inspirado.
“Mujer virtuosa, ¿quién la
hallara? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le
da ella bien y no mal todos los días de su vida. Busca lana y lino, y con
voluntad trabaja con manos. Es como nave de mercader; trae su pan de lejos. Se
levanta aún de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas. Considera
la heredad, y la compra, y planta viña del fruto de sus manos. Ciñe de fuerza
sus lomos, y esfuerza sus brazos. Ve que van bien sus negocios; su lámpara no
se apaga de noche. Aplica su mano al huso, y sus manos
—73—
a la rueca. Alarga su mano al
pobre, y extiende sus manos al menesteroso. No tiene temor de la nieve por su
familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles. Ella se hace
tapices; De lino fino y púrpura es su vestido. Su marido es conocido en las
puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra. Hace telas, y vende, y
da cintas al mercader. Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por
venir. Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.
Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. Se levantan sus
hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba: muchas mujeres
hicieron el bien; más tú sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia, y vana la
hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada”. Prov. 31:10—30.
Así mientras que la esposa reina,
cuida de los asuntos internos de la familia, el esposo rey, cuida de los
asuntos externos de la familia. Además, como el Señor mismo es el director de
su iglesia como escuela, y su “esposa” (la iglesia, pero especialmente el
ministerio—los que traen los conversos —los hijos a la fe), el maestro de sus hijos
(miembros), así el esposo es el director de su hogar como escuela y su esposa
la maestra de sus hijos.
—74—
“Para comprender lo que es la
verdad del matrimonio”, dice el Espíritu de Profecía: “se requiere toda una
vida. Los que se casan ingresan a una escuela en la cual no acabarán nunca sus
estudios”. ... “En vuestra unión para toda la vida, vuestros afectos deben
contribuir a vuestra felicidad mutua....más aunque debéis fundiros, hasta ser
uno, ni el uno ni el otro debe perder su indivi dualidad, Dios es quien posee
nuestra indivi dualidad...y a él debéis preguntar, ¿Cómo puedo yo cumplir mejor
el propósito de mi creación? Vuestro amor por lo que es humano debe ser
secundario a vuestro amor a Dios... ¿Se dirige la mayor parte de vuestro amor
hacía aquel murió por nosotros? Si es así, vuestro amor recíproco será conforme
al orden celestial. ... “Ninguno de los dos debe tratar de dominar, ambos deben
cultivar un espíritu de bondad, y estar bien resueltos a nunca perjudicarse ni
causarse pena uno al otro. No trate de contradecir uno al otro. No podéis obrar
así y conservar vuestro amor prorecíproco, las manifestaciones de la propia
voluntad destruyen la paz y la felicidad de la familia. No dejéis penetrar el
desacuerdo en vuestra vida conyugal, de lo contrario seréis desdichados. Ambos
deben ser amables en vuestras palabras, y bondadosos en vuestras acciones, y
renunciar a vuestros deseos personales. Vigilar vuestras palabras, porque ellas
ejercen una influencia considerable para bien o para mal. No dejéis traslucir
irritación en la voz, más poned en vuestra vida el dulce perfume de la
semejanza de Cristo.
—75—
“Antes de entrar en una unión tan
íntima como el matrimonio, un hombre debería saber dominarse a sí mismo, y como
obrar con los demás.
“Hermano mío sea bueno, paciente,
indulgente, acuérdese que su esposa le ha aceptado por marido, no para que
usted la domine, sino para que le ayude.
“Hay una victoria que ambos
debéis obtener, cueste lo que cueste, la victoria sobre la terquedad, no la
obtendréis sino mediante la ayuda de Cristo, podréis luchar mucho tiempo para
dominaros, pero no tendréis éxito, Si no recibís la fuerza de lo alto. Mediante
la gracia de Cristo, podréis obtener la victoria sobre vosotros mismos y sobre
vuestro egoísmo. Si vivís la vida de Cristo, a cada paso demonstrando la
abnegación propia, si manifiestas constantemente una simpatía siempre mayor
para con aquellos que necesitan ayuda, obtendréis victoria tras victoria, día
tras día.
“Aprenderéis a dominaros y a
fortalecer los puntos débiles de vuestros caracteres. El Señor Jesús será
vuestra luz, vuestra fortaleza, vuestra corona de gozo porque habréis sometido
vuestra voluntad a la suya, mediante su ayuda, podréis destruir al egoísmo
hasta en sus raíces más profundas.
“La indulgencia y el altruismo
caracterizan las palabras y las acciones de quienes nacieron de nuevo para
vivir una vida nueva en Cristo Jesús” Joyas de los Testimonios, Tomo 3 p.
95—100.
—76—
“El gran movimiento de reforma
debe principiar presentando a los padres, las madres y los hijos, los
principios de la ley de Dios.... Muéstreles que la obediencia a la palabra de
Dios es nuestra única salvaguardia contra los males que están arrastrando al
mundo a la destrucción,... por su ejemplo y su enseñanza, los padres se decidirá
en la mayoría de los casos el destino eterno de sus familias....
“Si se induce a los padres a
rastrear los resultados de su acción, muchos quebrantar el hechizo de la
tradición y la costumbre. Inculca en la conciencia de los padres la convicción
de los solemnes deberes que han descuidado durante tanto tiempo. Esto
quebrantará el espíritu farisaico y resistencia a la verdad como ninguna otra
cosa podría hacerlo. La religión en el hogar es nuestra gran esperanza, y hace
halagueña la perspectiva de que se convierta toda la familia a la verdad de
Dios.— Joyas de los Testimonios, Tomo 2 p. 406.
Solamente en un tal hogar
cristiano, es el reino de Cristo ejemplificado, y al hacer reflejar el reino,
todos los hogares unidos colectivamente, comprenden el reino más allá. Cuán
importante es entonces que la madre y el padre cooperen al máximo en dirigir el
hogar totalmente en el camino de Cristo para asegurar su existencia ahora y
para siempre.
El fracaso en la parte de
cualquiera de los dos para llevar a cabo estos principios, destruirá al
—77—
hogar y esparcirá la familia no
solamente para el tiempo actual, sino para la eternidad, mientras que la
práctica cuidadosa de ellos, salvaguardará la prosperidad y la felicidad de la
familia en este mundo, y asegurará su continuación eterna en el mundo venidero.
¿PUEDEN DOS ANDAR JUNTOS SI NO
ESTÁN DE ACUERDO?
Pregunta No. 106
¿Por qué los Adventistas Davidianos del Séptimo día y —
movimiento no se unen?
Respuesta:
Los Adventistas Davidianos del
Séptimo Día y el movimiento no se unen porque desgraciadamente no están de
acuerdo. Habiendo una divergencia amplia sobre algunas doctrinas, hace
imposible la unión bajo tales circunstancias.
Una tal diferencia doctrinal, por
ejemplo, es que el movimiento —enseña que los pecados en la madre iglesia
Adventista del Séptimo Día, le hace una parte de Babilonia, mientras que los
Davidianos enseñan, que aunque esté en una triste condición, en verdad, ella no
puede ser Babilonia, pues los pecados no hacen el nombre; igual como el nombre
no hace los pecados. Babilonia no es llamada así a causa de sus pecados, ni es
condenada por tener el nombre Babilonia, sino por haber caído y por haber
llegado a ser,
—78—
“habitación de demonios, y
guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y
aborrecible”. Apocalipsis. 18:2.
La iglesia Adventista del Séptimo
día puede estar en una condición aun peor, tanto peor, de hecho, que ella no
sabe que esta “cuitada, miserable, pobre, ciega y desnuda”, (Apocalipsis. 3:17)
pero, a pesar de todo, ella es llamada Laodicea, no Babilonia. Y sus miembros
están, no para ser sacados, como aquellos en Babilonia, sino más bien dejados
adentro y su “ángel” (liderazgo), está por ser vomitado. Los Davidianos están
luchando por salvar a los dos de esta tragedia, para renovarles en el favor de
Dios, y así guardarlos en la iglesia madre, mientras que el Movimiento, no
teniendo remedio para la enfermedad laodicense, está luchando por sacarlos
fuera.
Teniendo ellos semejante
creencia, y rechazando por consiguiente el mensaje Davidiano, (el remedio),
ello hace mutuamente imposible que ellos se unan con nosotros y que nosotros
nos unamos con ellos.
Como el Señor, además, ha
revelado la verdad avanzada por los Davidianos, pero ninguna por el grupo,
obviamente, si hubiere de producirse una tal unión ellos deberían
necesariamente corregir sus errores, sus ideas, y luego juntarse con nosotros,
aceptando el mensaje de la hora undécima, en lugar de que nosotros arrojemos
fuera las joyas de verdad, y retengamos solamente uno o dos puntos especiales,
que ellos exaltan.
—79—
Además, ni siquiera reclaman
autoridad de la inspiración por lo que están haciendo ahora. Así que ellos, no
teniendo el don profético entre ellos, el —grupo está corriendo sin haber sido
enviado.
Dice el Espíritu de Profecía,
expresando la actitud de la primera iglesia cristiana. “Sino se podía asegurar
la unidad sin sacrificar la verdad y la justicia, más valió que siguiesen las
diferencias y aún la guerra”. Conflicto de los Siglos p. 49.
“Hemos de unirnos, pero no sobre
una plataforma de error” Elena G. White, Serie B: 2, p. 47.
Así que uno puede ver fácilmente,
que aunque nuestro deseo ferviente sea para cumplir la oración de Jesús por la
unidad, no nos atrevemos hacerlo sacrificando la verdad, pues no estaríamos uno
con Cristo, aunque estuviéramos uno con todos los otros.
“Hay peligro de que seamos tan
celosos de mantenernos fuera de Babilonia,” dice la fundadora de la iglesia
Adventista del Séptimo día, “que podemos cometer su error más notable: eso de
fijar una estaca y rehusar de sacarla y avanzar. Cuando dejamos de desaprender
errores, caeremos como los que hayan pasado ante nosotros. Hemos aprendido
mucho, y no hay duda de que haya mucho más para que aprendamos . . . Es el
espíritu de progresar y de seguir adelante que nos colocará finalmente como
remanente, sin mancha en el Monte de Sión Celestial. Mi conclusión es que no
deberíamos renunciar.
—80—
ninguna verdad espiritual, excepto nuestras falsas aplicaciones e interpretaciones de Escrituras, y consecuentemente, ideas falsas de orden y decoro que deberían abandonarse cuanto antes”. Review and Herald, 29 de mayo, 1860.
¿COMO EVITAR CRIAR HIJOS
MALOS?
Pregunta No. 107.
¿Cómo podríamos mejor ayudar a los hijos entre las edades
de 2 a 12, a ocupar su tiempo?
Respuesta:
Porque la mayoría de nuestros
hijos en esta época laodicense, son en algunos aspectos permitidos de crecer
como cizaña, en lugar de ser adiestrados como seres humanos, la pregunta de
cómo utilizar debidamente el tiempo, es muy pertinente en realidad.
En primer lugar todos los padres
deberían darse cuenta del valor de adiestrar de tal manera a sus hijos, que con
inteligencia, fidelidad y valentía puedan cumplir los deberes de la vida, y
enfrentar sus problemas. De esta forma, ellos no llegarán a ser parásitos o
personas socialmente mal-ajustadas, como clavijas cuadradas en agujeros
redondos. No obstante, muchos padres permiten que sus hijos resbalen adelante
sin preparación para cuidarse de sí mismos, e indiferentes a los multiples
desafíos de la vida. Luego cuando maduran, estas almas deformadas encuentran la
vida algo pesado y desagradable, en lugar de un gozo excelente; cada cosa que
intentan, a cada vuelta en el camino, se encuentran con amarga derrota, sus
hogares llegan a ser faltos de higiene, desaseados, y no convenientes para
vivir, y sus familias, en turno llegan a ser deprimidas, sin utilidad,
compañeros no idóneos para la sociedad.
—81—
Los niños así criados, dejados a
sus propias invenciones para malgastar su tiempo, son como la langosta.
Jugando, cantando, y tomando el sol todo el verano, no pensando en el aliento
frío del invierno, ante el cual el pasto verde desaparece de los campos, la
langosta ha malgastado su tiempo, y ahora tiene que tener hambre y sufrir el
frío en el campo abierto. Pero la hormiga que ha trabajado atareadamente todo
el verano, tiene mucho para comer y un hogar bueno y calentito. Sólo el mal
criterio, y un amor ciego dejará a los niños a sí mismos para crecer en el
hábito de la langosta, no adiestrados en la sabiduría de hacer toda su obra en
los 6 días asignados, para merecer un descanso en el séptimo día.
Los padres que permiten que sus
niños malgasten así el tiempo, están tendiéndoles lazos mortales, están
haciéndolos no idóneos para esta vida, ni para la vida venidera. Al darles un
adiestramiento correcto en el hogar, una de las primeras lecciones importantes
que enseñarles, es siempre tener un lugar regular en el cual vestirse y
desnudarse, y todo el tiempo a colgar su ropa en el lugar debido, nunca
dejándola en cualquier lugar. Así teniendo un lugar para todo, y colocando todo
en su lugar, aligerará al mismo comienzo de la familia, no sólo los deberes de
casa, sino también guardará su casa limpia, aseada, y en orden noche y día, e
incidentalmente, añadirá a la vida de la ropa y de los muebles.
—82—
También eso ayudará mucho a ser
una persona limpia y nítida, bien ordenada, con una vida bien organizada.
Entre las muchas actividades
edificadoras para los niños, son los varios deberes del hogar, como lavar
trastes, preparar la cama, barrer, cepillar, quitar polvo, limpiar las
ventanas, trapear los pisos, la carpintería, hornear, cocer, y aún hacer
artículos sencillos de ropa y de muebles.
Luego hay actividades fuera de la
casa tales como mantener las afueras de la casa limpias y aseadas, cuidar el
jardín, cuidar de los animales, etc. Además hay otras actividades, incluso eso
de hacer compras económica y debidamente.
Y la más importante de todas,
leyendo y memorizando pasajes de la biblia y del Espíritu de Profecía se
debería cultivar cuidadosamente como un recreo culminante.
Para tener una personalidad y
carácter bien desarrollados e integrados, un niño debe primero desarrollar
debidamente las facultades físicas y mentales, igual como las espirituales. A
este fin, su entrenamiento debería comenzar muy temprano en la vida, justamente
tan pronto como él pueda caminar y jugar, porque si él es dejado a malgastar su
tiempo hasta que crezca, más adquirirá una naturaleza como zebra, una que es
imposible cambiar de hacer nada, para que haga algo.
Para evitar esta deformidad de
carácter, con un daño total e irreparable, como resultado,
—83—
Dénle temprano algunos deberes de
la casa y cuando él aprenda a hacer bien una cosa, promoverle a otra. El hogar
debe ser una escuela, y no una casa para jugar, tampoco debería dejarle tanto
tiempo para jugar fuera, como para acostumbrarse solamente a una vida de juego
y travesuras.
Y por todos los medios, nunca
permita a sus niños caer en el hábito ocioso de dejar los deberes de la mañana
para la tarde, y la obra de un día para el otro. Los trastes deberían lavarse
después de cada comida, nunca deberían permitir la comida secarse y endurecerse
en ellos. “Seis días”, dice el Señor, “trabajarás y harás toda tu obra”. Éxodo
20:9.
Cuando hay varios niños en el
hogar, los deberes cotidianos deberían dividirse entre ellos, y los padres
deben asumir los deberes del maestro, en esta forma cada jovencito, no sólo se
guardará de travesuras y de malas compañías, sino también llegará a ser útil e
industrioso, y a la misma vez desarrollando un cuerpo fuerte, un carácter
fuerte, y una personalidad feliz. Criado con este tipo de entrenamiento en su
niñez, raras veces uno se caerá en el vagabundeo o la infidelidad.
Pero permita a su hijo caer en el
hábito miserable de hacer algo solamente después de que usted le regañe, y
seguramente le enseñaría a odiarle a usted y al trabajo,
—84—
y por eso, en lugar de
adiestrarle a amar una vida de trabajo que le hará feliz e independiente, usted
le estará empujando a la ociosidad, la misma cosa que usted está tratando de
impedir, y estará aun incitándole a ser reñidor; pero que él sepa, que lo usted
diga, es lo que usted quiera decir, y él estará mucho menos propenso a pensar
que usted no tenga razón, y aun menos dispuesto a disputar o resistir su
palabra, y pensar que cualquier desobediencia a ella, no sólo es justificable,
sino aun recomendable.
Entonces, también, luche por
guiar a sus hijos a amar su obra, al mantener su interés en ella. Sea como
Dios: enséñeles en la misma manera en que El le está enseñando a usted. Escrito
esta: “Porque el Señor al que ama disciplina”. (Hebreos 12:6) El señala los
malos y los correctos hábitos de la vida, y advierte plenamente los resultados
que seguirán cualquier curso que uno pueda escoger—una bendición del uno, y una
maldición del otro. Haga lo mismo con los niños. Pero sea cuidadoso al hacerlo,
para que no los ponga en contra de Dios, amenazándoles que si ellos no hacen el
bien, él los castigará en esta forma o en aquella otra. Más enséñeles que él
está amonestándoles a evitar el curso malo, porque ello mismo les inducirá a
cosechar maldiciones, en lugar de bendiciones.
Al inculcar sobre la mente joven
estas dos consecuencias emplee ilustraciones sencillas. Muestre, como ejemplo,
que si uno no quita la bacteria de la comida de entre los dientes,
cepillándolos regularmente después de las comidas,
—85—
la bacteria va a comer los
dientes, como cuando una fruta llega a comerse por gusanos, en los árboles que
son cuidados, y el resultado últimamente será dolores, pérdida de dientes,
falta de belleza y gastos. De estos puntos específicos de causa y efecto, guíe
la mente del niño a ver su aplicación universal. Que violando las leyes de Dios
en cualquier aspecto, resultará naturalmente en dolor, tristeza, mal carácter,
una vida miserable, una muerte prematura.
Para tomarse en cuanto también,
como precaución vital y urgente, es el hecho irónico que los niños se inclinan
naturalmente a los hábitos malos, en lugar de los hábitos correctos, como animales
carnívoros naturalmente buscan carne en lugar de hierbas. “Se nos recuerda, “La
necedad está ligada al corazón del muchacho; más la vara de la corrección la
alejará de el”. (Prov. 22:15). El niño tiene que adiestrarse, paciente y
sabiamente, tiene que ser disciplinado y castigado. “Instruye al niño en su
camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de el”. (Prov. 22:6), Pero si
él llega a ser endurecido y obstinado, rehusando ser adiestrado, luego “castiga
a tu hijo mientras hay esperanza; más no se apresure tu alma para evitarle a
causa de llanto,” “el que detiene el castigo, a su hijo aborrece; más el que lo
ama, desde temprano lo corrige”. (Prov. 19:18; Prov. 13:24). De veras, “No
rehúses corregir al muchacho; Porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo
castigarás con vara, Y librarás su alms del Seol”. (Prov. 23:13,14.
—86—
Hasta cinco o seis años de edad,
dependiendo del temperamento del niño, los niños pueden ser sujetados al
castigo corporal, cuando otras medidas de disciplina y corrección han sido
empleadas sin éxito. Si en tales ocasiones, la vara se usa debidamente, el niño
puede responder de tal forma que nunca más la necesitará. Si, sin embargo la
necesidad surge de nuevo, luego sea sumamente cuidadoso de lo que haga, porque
tales niños que exigen un castigo más drástico, que el niño promedio, pueden
llegar a ser incorregibles, y desarrollar un complejo de temor y odio para con
sus castigadores. Así que mientras tal castigo sea calculado para impedir que
ocurra un gran mal en ellos, es probable que traiga un mal hasta peor, a menos
que pasos cuidadosos sean tomados para contrarrestar sus efectos
desmoralizadores. Debe ser dado con una demostración conmensurada y convincente
de un amor tan profundo y conmovedor sobre el que yerra, que no pierda el
afecto y el respeto por sus castigadores, y que su vida en el hogar no llegue a
ser una pesadilla tan apremiante como para obligarle a escapar de su hogar en
algún momento oportuno.
Los padres deben primero “razonar
con sus hijos, señalarles claramente sus equivocaciones, mostrarles su pecado,
y hacerles comprender que no solamente han pecado contra sus padres sino contra
Dios. Con vuestro propio corazón subyugado y lleno de compasión y con pesar por
vuestros hijos errantes, orad con ellos antes de corregirlos.
—87—
“Entonces vuestra corrección no
hará que vuestros hijos os odien, ellos os amarán, verán que los castigáis no
porque os han causado inconvenientes, porque queráis desahogar vuestro
desagrado contra ellos, sino por un sentimiento del deber, para beneficio de
ellos, a fin de que no se desarrollen en el pecado”. Joyas de los Testimonios,
Tomo 1, p. 398.
A todo costo, deben ser
influenciados para sentir que sus castigadores son sus mejores amigos, no sus
oponentes o enemigos.
“¿La madre puede preguntar ‘nunca
castigaría a mi hijo’? El castigo corporal, puede ser necesario cuando otros
medios no dan resultado; con todo, no se debería usar la vara, si es posible
evitar el uso, pero si las medidas menores fracasan, castigo que le traiga a
sus sentidos debería en amor ser administrado. A menudo, una tal corrección
puede bastar para toda una vida, para mostrar al niño que él no tiene las
lineas de control”. Consejos a los Maestros p. 116 (en inglés).
Pero habitualmente agarrar a los
hijos sobre cualquier y cada provocación, y sacudirles, darles en la cara,
azotarles y golpearlos en esta manera y a tiempos amenazarles con hacerlo es
una necedad más dañina y aborrecible por cualquier consi deración de
inteligencia, decencia, y humanidad. Continuando así, endurecerá y embrutecerá
y arruinará en lugar de salvar. Hará de sus víctimas pequeños animales viciosos
en lugar de nobles hijos de Dios.
—88—
“Algunos padres corrigen a sus
hijos severamente con impaciencia, y muchas veces con ira. tales correcciones
no producen un buen resultado. Al tratar de corregir un mal se crean dos. La
censura continua, y el castigo corporal endurece a los niños, y los separan de
sus padres”. Joyas de los Testimonios, Tomo 1, p. 148.
Cuando, sin embargo, usted tiene
que mostrar disciplina, sea serio, y haga de ella una tarea. Hágala tan bien,
que no tendrá que hacerlo de nuevo. Hoy, como nunca antes, la juventud está
demostrando una actitud, de confianza prematura, hasta tal punto, que aún
amenazan salir del hogar, si su deseo no es complacido. Pero no transija con
ellos en este período crítico, o finalmente llevarán las cosas hasta tal punto,
que finalmente tendrán que escaparse para cumplir su fanfarronada. No ceda.
Asegúreles, que si ellos quieren ir, usted les ayudará a salir abierta y
honradamente, y que no necesitan escaparse con cara de vergüenza, secretamente.
Finalmente, no haga que pierdan
respeto para usted y para su religión. No necesitan tanto de las doctrinas al
principio, como de las lecciones sencillas de la vida religiosamente,
imprimidas diariamente sobre sus mentes. Hagan que amén su religión,
ayudándoles a comprenderla, a ver su verdad, y su belleza. Nunca trate de
obligarles a tomarla por la fuerza,
—89—
sólo lo odiarán. Y nunca olvide,
que si su curso les conduce a enseñorear sobre usted en lugar de usted sobre
ellos, o si usted gobierna sobre ellos con fuerza, en lugar de amor, les
arruinará a ellos y a usted mismo también. Y cuando Dios pregunte ¿dónde está
el rebaño que fue dado? “Su rebaño bello,” usted será acallado”.
Que cada padre o guardian, por
palabra y ejemplo inculque en las mentes de los jóvenes, el hecho que:
EL TIEMPO ES PRECIOSO,
“La vida de Cristo desde sus
tempranos años, fue una vida de fervorosa actividad. Palabras de Vida del Gran
Maestro p. 280.
“Nuestro tiempo pertenece a Dios.
Cada momento es suyo, y nos hallamos bajo la más solemne obligación de
aprovecharlo para su gloria. De ningún otro talento que el Señor nos haya dado
requerirá más estricta cuenta que de nuestro tiempo.
"El valor del tiempo
sobrepuja todo cómputo, Cristo consideraba precioso cada momento, y así es como
deberíamos considerarlo nosotros. La vida es demasiado corta para que se
disipe. No tenemos sino unos pocos días de gracia en los cuales prepararnos
para la eternidad. No tenemos tiempo para perder ni tiempo para dedicar a
nuestros placeres egoístas, ni tiempo para entregarnos al pecado. Es ahora
cuando deberíamos formar caracteres para la vida futura e inmortal. Es ahora
cuando deberíamos prepararnos para el juicio probador.
“Apenas los miembros de la
familia humana han empezado a vivir, cuando comienzan a morir,
—90—
y la labor incesante del mundo
termina en la nada, a menos que se obtenga un verdadero conocimiento respecto a
la vida eterna. El hombre que aprecia el tiempo como su día de trabajo, se
preparará para una mansión y una vida inmortales, vale la pena que el haya
nacido.
“Se nos amonesta a redimir el
tiempo, pero el tiempo desperdiciado no puede recuperarse jamás, no podemos
retroceder ni un sólo momento, la única manera en la cual podemos redimir el
tiempo, es aprovechando lo más posible el que nos queda, colaborando con Dios
en su gran plan de redención. “En aquel que hace esto se efectúa una gran
transformación del carácter, Hijo de Dios, un miembro de la familia real, hijo
del Rey Celestial, y está capacitado para ser compañero de los ángeles.
PALABRAS DE VIDA DEL GRAN MAESTRO 278.
“Ahora es tiempo para trabajar
por la salvación de nuestros semejantes, hay algunos que piensan que si dan
dinero a la causa de Cristo, eso es todo lo que se requiere de ellos; el tiempo
precioso en el cual debieran hacer obra personal por Cristo, pasa sin ser
aprovechado. Pero es el deber y privilegio de todos los que tienen salud y
fuerza, prestar a Dios un servicio activo. Todos han de trabajar para ganar
almas para Cristo. Los donativos de dinero no pueden ocupar el lugar de esto.
“Cada momento está cargado de
consecuencias eternas, hemos de ser soldados de emergencia, listos para entrar
en acción al instante de dar aviso.
—91—
La oportunidad que se nos ofrece
hoy de hablar a algún alma necesitada de la palabra de vida, puede no volver
jamás, puede ser que Dios diga a esa persona: “Esta noche vuelven a pedir tu
alma,” y a causa de nuestra negligencia no está lista. En el gran día del
juicio, ¿Cómo rendiremos cuenta de ello a Dios?
“La vida es demasiado solemne
para que sea absorbida por asuntos temporales o terrenales, en un tráfago de
cuidados y ansiedades por las cosas que no son sino un átomo, en comparación
con las de interés eterno. Sin embargo, Dios nos ha llamado a servirle en los
asuntos temporales de la vida. La diligencia de esta obra es una parte de la
verdadera religión tanto como lo es la devoción. La Biblia no sanciona la
ociosidad. Esta es la mayor maldición que aflige el mundo. Cada mujer y hombre
verdaderamente convertido será un obrero diligente. “Del debido aprovechamiento
de nuestro tiempo, depende el éxito en la adquisición del conocimiento y
cultura mental. El cultivo del intelecto no ha de ser impedido por la pobreza,
el origen humilde y las condiciones desfavorables, pero atesórense los
momentos. Uno pocos momentos aquí y unos pocos momentos allí, que podrían
desperdiciarse en charlas sin objeto, las horas de la mañana tan a menudo
desperdiciadas en la cama, el tiempo que pasamos viajando en tranvía o en tren,
o esperando en la estación, los momentos que pasamos en la espera de la comida,
o de aquellos que llegan tarde a una cita, si se tuviese un libro en la mano y
se aprovecharan estos fragmentos de tiempo en estudiar,
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leer, o pensar cuidadosamente,
¡cuánto podría realizarse! Un propósito resuelto, un trabajo persistente y la
cuidadosa economía del tiempo, capacitarían a los hombres para adquirir los
conocimientos, y la disciplina mental que los capacitaría y calificaría para
casi cualquier posición de influencia y utilidad.
“Es deber el de cada cristiano
adquirir hábitos de orden, minuciosidad y prontitud. No hay excusa para hacer
lento y chapuceramente el trabajo. Cualquiera sea su clase, cuando uno está
siempre en el trabajo y el trabajo nunca está hecho, es porque no se pone en
él, la mente y el corazón. La persona lenta y que trabaja con desventajas,
debería darse cuenta que esas son faltas que deberían corregirse. Necesita
ejercitar su mente, haciendo planes referentes a como usar el tiempo para
alcanzar mejores resultados. Con tacto y método, algunos realizarán tanto
trabajo en 5 horas como otros en 10. Algunos que se ocupan en las tareas
domésticas, están siempre trabajando, no porque tengan tanto que hacer, sino
porque no se hacen planes para ahorrar tiempo. Por su manera de trabajar lenta
y llena de dilaciones, se dan mucho trabajo por poco. Tengan los tales un
propósito definido en su obra. Decidan cuanto tiempo se requiere para hacer una
tarea asignada, y entonces dediquen todo esfuerzo a terminar el trabajo en ese
tiempo. El ejercicio de la voluntad hará más diestras las manos.
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“Por falta de una determinación,
de echar mano de sí mismos y reformarse, las personas pueden volverse estereotipas
en cierto curso equivocado de acción, o mediante el cultivo de sus facultades,
pueden adquirir capacidad para dirigir el mejor servicio. Entonces sus
servicios serán solicitados en todas partes, serán apreciados en todo lo que
valen.
“Muchos niños y jóvenes
desperdician el tiempo que podrían haber empleado en ayudar a llevar las cargas
del hogar. Mostrando así un interés amante en su padre y madre, la juventud
podría llevar sobre sus hombros jóvenes y fuertes muchas responsabilidades que
alguien tiene que llevar”. Palabras de vida del Gran Maestro p. 277—280
“Es la misma esencia de toda fe
correcta de hacer toda cosa correcta al tiempo correcto”. Testimonios para la
Iglesia, Tomo 6, p.94.
(Las palabras itálicas son nuestras)
Ahora si usted ha gozado,
apreciado, y beneficiado de esta excursión de preguntas y respuestas a través
del Respondedor No. 4, y si usted desea continuar entonces, envíe por el
Respondedor No. 5. Le será enviado por correo como cortesía cristiana sin costo
y sin obligación.
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